Equipo de vacunación Soria: Más de 187.000 dosis de salud

A.I.P.
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Hace un año que el equipo de vacunación se puso en marcha y, desde entonces, han protegido a cerca de 75.000 sorianos frente a la COVID-19

Equipo de vacunación Soria: Más de 187.000 dosis de salud - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Paula, Daniel, Paqui, Alba, Marina, Ana y María acuden a la convocatoria de El Día de Soria. Son siete de los diez enfermeros que forman parte del equipo de vacunación COVID en Soria, quienes han repartido más de 187.000 dosis de salud frente al SARS-CoV-2 a cerca de 75.000 sorianos. La sexta ola está causando estragos evidentes, con el contagio desatado, pero la presión hospitalaria demuestra que la vacunación funciona. De no ser así, probablemente, los ingresos tanto en planta como en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) estarían desbordados, como mínimo al nivel de la primera ola.

La respuesta de los sorianos, de todas las edades, supone una satisfacción para estos jóvenes sanitarios que han estado en primera línea distribuyendo esperanza desde el 30 de diciembre de 2020, cuando Felicitas Jiménez, residente en Los Royales, recibió la primera dosis de Pfizer de las manos de Paula Manzano. «Puse la primera vacuna temblando», recuerda la enfermera. «Oficialmente, fui la primera en poner una dosis en Soria», continúa, «pero Daniel estaba al mismo tiempo en Ágreda... Fue mucha emoción. Lo más importante es que tenemos un pedazo de equipo de vacunación».  

Aparte de los cambios en protocolos que se han ido sucediendo, en este año de vacunación el escenario ha cambiado sustancialmente. Una vez más, los datos corroboran los hechos: en la jornada del martes, en la parte nueva del hospital Santa Bárbara, se inyectaron más de 3.000 sueros, un récord que se traduce en aliento en estos momentos en los que cada día la cifra de contagios es peor que la del día anterior. 

«Anécdotas tenemos de todos los tipos. Desde los días en los que había convocatoria de vacunación y que, por un motivo u otro, había que cancelar;   hemos vacunado sin luz... fuimos de pueblo en pueblo en pleno temporal Filomena... Y los niños, los niños han sido geniales, venían con mucha ilusión y ha sido muy grande», sostiene Paula Manzano, que pone el acento en que es «muy gratificante» comprobar el alto porcentaje de cobertura en la provincia de Soria, muestra de la concienciación ciudadana.

La complicidad entre los compañeros es evidente y en estas fechas lo demuestran con unas sudaderas navideñas con las que se han equipado, iniciativas que toma el grupo para «trabajar más a gusto» y también para ponerle otro toque a la amabilidad que caracteriza a estos sanitarios.

«Queda mucho por hacer aún, pero, en mi opinión, esta ola es el principio del fin. Podemos ver que la vacunación ha servido de mucho y ha debilitado al virus, que al principio era mucho más letal. Ahora la gente se contagia y la mayoría lo pasa como una gripe, es más leve», sostiene Paula Manzano.

La enfermera pone el acento en que cuando se vio que los mayores de las residencias estaban protegidos les proporcionó «un sentimiento muy bonito» después de lo mucho que sufrieron en la primera ola de la pandemia.

aprendizaje diario. Daniel Cano también forma parte del equipo,  que «lo es todo», desde el primer día. Algunos integrantes ya habían trabajado codo con codo en la recogida de muestras en el inicio de la pandemia y no dudaron en incorporarse a la vacunación cuando se lo propuso la directora de Enfermería de Atención Primaria, María Victoria Álvarez. «No me lo pensé, fui de cabeza y superorgulloso», confiesa.

Admite que el primer día de vacunación fue una «locura» y que fue a Ágreda «asustado». «Estuvimos practicando con heparina... Después de dos, tres, cuatro meses... ya eres un experto, pero al principio no sabes lo complicado que puede ser», asegura. En aquellas salidas íbamos dotados de un maletín con adrenalinas, desfibrilador... «con todo». «Cada vacuna que cogíamos era oro. Ha pasado un año y el otro día recordábamos cuando decíamos que en verano seguiríamos vacunando... y han sido otras Navidades. Lo que queda...», comenta.

Entre las curiosidades que  menciona de estos doce meses de vacunación frente a la COVID-19 se encuentra otro de los hitos de este 2021 finiquitado: el temporal Filomena. «Íbamos en el taxi a -18º y casi teníamos que poner la calefacción para que no se nos congelaran las vacunas», rememora Daniel Cano.

El enfermero hace hincapié en el aprendizaje diario que le ha supuesto formar parte del grupo de vacunación. «Un día era una cosa, no sabíamos si al día siguiente había que hacerlo igual... Hay que destacar el papel de enfermería en la pandemia, tanto en los centros de salud como hospitales, enfermería ha aportado mucho en todos los sentidos. La respuesta ha sido increíble, tanto de los profesionales como de la gente», resume.

Daniel Cano asume que tiene «mala memoria» y por ello agradece cuando en la calle le reconocen y le dicen: «Tú me has vacunado». «Ves que lo que has hecho sirve para que la situación mejore. Aunque no hay que relajarse y queda mucho camino por delante. Hay que seguir trabajando igual y cuidándonos todos», destaca.

experiencia especial. Alba Cornejo lleva más de cuatro años ejerciendo como enfermera y confiesa que no ha habido «nada tan especial como esto». Fue contratada en un primer momento para recoger muestras de PCR en domicilios y cuando comenzó la vacunación se sumó a esta tarea. «Somos el mismo equipo, joven, con ganas y con mucha predisposición», resalta. No recuerda a quién le puso la primera inyección frente al coronavirus, pero sí que fue en la ronda de segundas dosis en la residencia de Los Royales. «Al principio no teníamos tanta habilidad, íbamos poco a poco. Ahora, en tres semanas, ha sido una macrovacunación en el hospital Santa Bárbara. El principio lo recuerdo como el inicio del fin», afirma.

Alude a la «rabia» que les daba no poner las segundas dosis en centros de la tercera edad durante la tercera ola porque había brote entre los mayores o la incidencia era alta. Pero se queda, precisamente, con ese buen sabor de comprobar que las residencias estaban a salvo, «cuando íbamos viendo que los resultados eran muy buenos». Y también pone el acento en lo satisfactoria que  está siendo la inmunización de los más pequeños.