La primavera será cálida y seca como el invierno

Ana I. Pérez Marina
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Los modelos indican «continuidad» tanto en temperaturas como en precipitaciones

La primavera será cálida y seca como el invierno

No hay argumento en el que pueda sustentarse el negacionismo que de vez en cuando aflora en torno al cambio climático y sus consecuencias. Lejano queda aquel recuerdo de los crudos y largos inviernos sorianos de grandes nevadas y heladas extremas. La estación invernal 2018-2019 pasará a la historia meteorológica soriana por sus elevadas temperaturas y por la ausencia de precipitaciones. Una tendencia que, según los modelos que manejan en la Delegación de Castilla y León de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), continuará, sin duda, hasta finalizar este mes de marzo y, probablemente, en abril y mayo.

«En Soria el invierno ha sido entre cálido y muy cálido de media en cuanto a temperaturas; las máximas, muy cálidas, desde luego», matiza Jesús Gordaliza desde el servicio de Aemet. De hecho, la provincia que más anomalía cálida ha anotado en la Comunidad autónoma ha sido Soria, en concreto, 2,2 grados centígrados por encima de la media normal de referencia que es de 3,8 grados (diciembre-enero-febrero que es el periodo que se considera invierno para los meteorólogos) y en esta ocasión se ha situado en 6º. Cabe puntualizar que el comportamiento de los mínimas ha sido el habitual, sin embargo, «se han disparado» las máximas. «Nunca ha habido un invierno tan cálido en Soria», apunta.

Otro dato que merece la pena resaltar es que en Soria capital se alcanzó el 23 de febrero la temperatura más alta de la historia en este mes con 21,8 grados.

ni lluvia ni nieve. Además de la excepcionalidad de las temperaturas primaverales, incluso veraniegas, del invierno que terminó a las 22.57 de este miércoles 20 de marzo, la estación también ha sido calificada como seca. Tomando como referencia el inicio del año hidrológico en octubre, en este medio año se han registrado en Soria 186 litros, mientras que lo normal son 257, por lo que existe un déficit del 27%, un porcentaje que se eleva al 50% desde enero de 2019.

«En lo que queda de marzo no se espera lluvia y las previsiones para abril y mayo son pesimistas en este sentido, aunque hay que esperar», señala Gordaliza. Y es que la tendencia para los dos próximos meses es que seguirá la «inercia» de escasas precipitaciones y de temperaturas «más altas» de lo normal. «Continuidad del invierno», resume.

Otro problema añadido es que el reservorio de nieve en la montaña también es «menor» de lo habitual a mediados de marzo, por lo que el deshielo aportará menos recursos hídricos que otros años.

«Estos inviernos son ahora excepcionales, pero dentro de nada serán normales. Es un síntoma. Inviernos más cálidos y más cortos. Veranos también más cálidos y más largos. Ante los datos no se puede negar el cambio climático», advierte.