¡Arriba el Mayo!

Ana Pilar Latorre
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La Asociación Juvenil los Bretos de Covaleda recuperó la pingada hace seis años. El ritual de origen celtíbero se celebra en el popular paraje del Cubo, junto a la ermita de San Cristóbal

¡Arriba el Mayo!

Covaleda, como otras muchas localidades de la comarca de Pinares y de la provincia soriana, volverá a pingar su pino mayo en el paraje del Cubo, junto a la ermita de San Cristóbal, el primer sábado del mes de mayo (este año el día cuatro). Es un acto organizado por la Asociación Juvenil los Bretos, colectivo impulsor de la tradición hace seis años después de que se hubiera perdido, y cuenta con la colaboración de numerosos vecinos del pueblo. Unos días antes se busca un pino en el monte de Valdorno. Este año el encargado de escogerlo ha sido Óscar Jimeno, un chaval de la asociación, ya que los jóvenes conocen muy bien el terreno. 

El mismo día de la pingada, en torno a las ocho de la mañana, se tala el pino mayo, que suele tener de 1,5 a 1,9 metros cúbicos y medir de 10 a 15 metros. Al pino se le quita la picota de la parte de arriba y se le coloca otra más pequeña, además de la bandera de Covaleda, que muestra el escudo con la corona, con un pino a la izquierda y un castillo a la derecha. «El año pasado se cortó con sierra de mano pero este año seguramente se optará por la motosierra», explica Claudia Alfageme Jiménez, presidenta de este colectivo juvenil.

paso a paso. El siguiente paso es el traslado del tronco tirado por bueyes hasta el paraje, a un kilómetro de distancia, y la pingada comienza a las doce y media. Se utilizan pinzas, sogas y, sobre todo, la fuerza de los mozos. «Cuesta mucho levantarlo, pero tras conseguirlo y fijarlo es una gran satisfacción», comentan un grupo de jóvenes que han participado en la pingada en años anteriores. «¡Arriba el mayo!», es lo que se escucha durante la pingada, que culmina con el gran tronco ya erguido que puede verse desde varios puntos de la localidad, con la bandera ondeando en el extremo superior. «Alguna mujer valiente también se atreve», comenta la presidenta de la asociación, aunque confiesa que a muchas les da pudor al tratarse de una actividad que requiere mucha fuerza. 

El consejo y la ayuda de los mayores ha sido algo fundamental para la recuperación de la pingada del mayo en Covaleda. Para arrastrar el mayo con bueyes se cuenta con la colaboración de Raúl Herrero y de Fernando Jimeno, ‘El Colín’; mientras que a levantarlo y guiarlo ayudan expertos  como César Rioja, ‘El Rochito’. Una de las curiosidades de la pingada de Covaleda es que se sortea el mayo y otros dos pinos del mismo monte, recaudando unos 800 euros para la asociación. Los pinos, rectos y con mucha madera se suelen vender a empresas de la zona, aunque hay otros afortunados que prefieren quedárselos.

Para la presidenta, supone «un orgullo» haber podido recuperar una tradición tan extendida en la comarca pinariega. «Es algo muy nuestro y motivo de alegría, además de un día de fiesta para el pueblo en el que nos juntamos los vecinos y los que vienen de fura. Se llenan los bares y la plaza. Tenemos también una comida de hermandad de la asociación, en la que nos juntamos un centenar de jóvenes, hay charanga para ambientar la jornada y verbena por la noche», detalla. La asociación cuenta con 260 socios de 18 a 35 años. Entre sus actividades se encuentra la organización de la verbena de los mozos el primer fin de semana de agosto y el Carnaval, en colaboración con el Ayuntamiento y empresas.