Savia nueva y experiencia en el salón municipal

Nuria Zaragoza
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A sus 20 años, Juan Carlos García se estrena como alcalde de su pueblo, Fuentecantos. Con 77, Dámaso Garcés acumula ya nueve legislaturas al frente del suyo, Villaseca de Arciel, y va a por la décima. Son el alcalde más joven y el de mayor edad

Savia nueva y experiencia en el salón municipal - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

¿Diez legislaturas? ¡Madre mía!, ¡Es toda la vida!». Con este entusiasmo recibe Juan Carlos García a Dámaso Garcés al conocerse. El Día de Soria reúne al soriano más joven que ostentará una Alcaldía en la provincia y a uno de los regidor de mayor edad y, también, con mayor respaldo vecinal. Son la cara y la cruz de la política municipal soriana o, mejor dicho, la imagen de la experiencia y la savia nueva en la política más cercana. Veteranía y juventud al servicio del vecino. 

A sus 20 años, García se estrena como alcalde de su pueblo, Fuentecantos, tras recibir el apoyo del 53,49% de sus votantes. Con 77 años, Garcés suma ya 36 años en el Ayuntamiento de su pueblo natal, Villaseca de Arciel. Cuatro años de concejal y 32 como alcalde, un cargo que acaba de revalidar. Allí han votado 18 personas y 15 le han dado su apoyo (dos han sido nulos y una abstención), así que se dispone a asumir su décima legislatura, que le llevará hasta los 81 años, de los que ha dedicado 40 a la política. O, mejor dicho, a su pueblo. Porque si en algo coinciden los dos es que no están ahí ni por vocación política ni por hacer carrera ni por interés económico ni particular. De hecho, ambos tienen unos ingresos del ayuntamiento mínimos. Les mueve su pueblo. Sus vecinos. Nada más. 

«En los pueblos entras aunque no quieras, no es porque tengas vocación política. Bueno, yo tengo vocación por arreglar el pueblo y porque esté bien. Me gusta hacer cosas por mi pueblo. Si no, no estaría aquí, porque para no hacer nada, me estoy en casa», afirma Dámaso, quien, tras casi cuatro décadas al frente del Ayuntamiento asegura que «se pueden hacer muchas cosas, todo lo que quieres». Eso sí, matiza, «si hay dinero». 

Juan Carlos acaba de llegar pero comparte también el mismo sentimiento. «Cuando vemos que a los jóvenes nos expulsan de la provincia, pues no solo toca resignarse, sino que hay que trabajar por conseguir un futuro, por conquistar (más bien) un futuro», justifica. «Arreglar el pueblo y que sea atractivo para que la gente joven se quede», añade Dámaso.

«En mi primer discurso, al poco de ser elegido como candidato al Congreso [cabe recordar que García fue candidato por su partido al Congreso de los Diputados], siempre dije que me negaba a irme de mi pueblo, y para eso lo que hay que conseguir es buscar oportunidades. Eso me llevó a meterme en el partido y, una vez dado el paso, pensé... pues vamos al pueblo, a hacer cosas, a dinamizarlo», justifica Juan Carlos sobre su candidatura y, ahora, Alcaldía.

Con la distancia temporal y espacial que les separa, los dos comparten esa pasión por su pueblo, que les ha llevado a vivir siempre allí y a resignarse a abandonarlo, a pesar de los problemas funcionales que puedan tener en momentos puntuales. «Yo siempre he vivido en Villaseca, desde que nací, y aún sigo, y seguirá hasta que pueda», asegura Garcés. Admite que en el futuro, «habrá que verlo», pero no por una cuestión de deseo sino «porque el problema de los pueblos es que, si no tienes carnet de conducir, pierdes la independencia para poderte mover y te tienes que ir. Si no, no me iría nunca», garantiza. 

Por su parte, el objetivo de Juan Carlos es «conseguir las herramientas» tanto en su pueblo como en la provincia de Soria «para que al final quedarse en los pueblos sea una opción, que se pueda elegir quedarse o no». «Mi pueblo tiene una característica y es que no tiene tanta gente mayor como otros. Es un pueblo que, al estar cerca de Soria, ha llevado a muchas familias, a gente joven a vivir allí. Entonces, se trata de darle vida para intentar conseguir que la gente se quede un poco en el pueblo, porque al final somos un pueblo dormitorio. Yo, el primero, durante el día trabajamos en Soria, los niños vienen al colegio con el autobús, tienen las actividades en Soria, el fin de semana se vienen a Soria... Queremos que haya un poco de dinamismo y que la gente pueda quedarse en el pueblo los fines de semana», anuncia ya sobre lo que serán sus líneas de trabajo. 

¿Cómo conseguir sus objetivos y frenar la despoblación del medio rural soriano? Cada uno tiene sus propias herramientas. Dámaso cree que hubiera sido básico «que se hubiera puesto una industria» en la zona ya que actualmente «es solo agricultura, cereal» y, con la mecanización del campo, se necesitan pocas manos de obra para trabajar todo el término. 

Desde el punto de vista de Juan Carlos la idea va por otra línea. «En nuestro caso es diferente porque estamos a diez minutos de Soria. En nuestro caso no es tanto el tema del empleo, queremos que la gente se quede en el pueblo, que no todas sus actividades se centren en la capital. Hacer un poco de convivencia», explica. 

De hecho, en Fuentecantos el problema no es la falta de niños. No en vano, «aquí se podría abrir la escuela, pero carecería en parte de sentido», considera. El servicio de transporte funciona «muy bien» y recuerda, «fue un logro de mi abuela, porque antes tenía que ir con las niñas andando hasta la general, un kilómetro y medio, porque no paraba en el pueblo». El objetivo, por tanto, es más generar dinamismo y que no solo sea pueblo dormitorio. 

En Villaseca sin embargo el problema es otro. Hace ya tiempo que perdieron a los niños en las calles, y la escuela cerró en los años 70. Afortunadamente, regresan cada verano. 

García aprovecha el encuentro para pedir algunos consejos sobre cómo conseguir la ayuda de la Diputación para obras. «Yo no hago como otros que piden una obra y, cuando ven que no llegan, renuncian. Eso está mal porque quitas la obra a otro», invita Dámaso, quien nos enseña los últimos arreglos en la iglesia, el ayuntamiento, el bar, una zona infantil... «Con voluntad y tiempo se pueden hacer cosas», le aconseja.Es el secreto. 

Por cierto, se nos olvida un dato. García se presentó por Podemos. Garcés, por el PP. Pero, como pueden comprobar, en la política más cercana lo que importa no son las siglas. Es el pueblo.