La idea de Dani Mateo de correr una maratón siempre ha estado ahí, «desde el principio lo he visto como algo que llegaría en el futuro». La decisión definitiva llegó este verano, «en septiembre empezamos a entrenar, buscamos una fecha y esa será el 7 de abril en Rotterdam». Un cambio de distancia que pasa de los cinco y 10 kilómetros a los más de 42 que supone esta prueba. La adaptación va por buen camino, no en vano la lleva el forjador de campeones, Enrique Pascual Oliva, una garantía de éxito para DaniMateo, «con él tengo la confianza de que estoy en el buen camino». El destino es cumplir con su sueño desde que decidió que, a pesar de sus estudios de magisterio, se dedicaría por completo al atletismo, correr en unos Juegos Olímpicos. Busca la mínima para Tokio 2020 en este nuevo reto. Está preparado y ahora solo desea que llegue ese día con el que espera bajar de esas dos horas y 12 minutos que piden de mínima.
adaptación. Cuadriplicar la distancia habitual de competición conlleva a su vez nuevos hábitos de preparación, «es curioso porque en los entrenamientos que hacía solo había un día de intensidad muy grande. Ahora todos los días son de una gran carga prolongada, y cuando no hay tanta toca hacer rodajes de unos 20 kilómetros». Una nueva manera de trabajar que sorprende a Dani Mateo, «parece que no he corrido en la vida, te cambia todo porque es el entrenamiento elevado al máximo». Esta rutina hace que «tenga que cuidar todo al mínimo detalle, desde el descanso pasando por la alimentación».
No hay que llevarse a engaños, ya lo hacía, «siempre he ido controlando todo al máximo pero ahora me llama la atención que en los entrenamiento voy peor al principio que al final». El cuerpo ha cambiado,«hay ciertas preparaciones que antes eran ritmos difíciles y que ahora son sin más. Cada entrenamiento es distinto pero hay cosas que ahora veo mucho más fáciles que el año pasado».
Es inevitable pensar que el cambio de distancia viene justificado por una difícil mejora de las distancias de cinco y 10 kilómetros, aunque no es exactamente así, «me he quedado muy lejos de las marcas que podía hacer pero viene por falta de oportunidades en carreras para lograr las. Era complicado ver que estaba bien pero no podía demostrarlo, por eso ahora doy este paso». La maratón puede asemejarse mejor a ese potencial que el soriano siempre ha tenido, «es lo que pensamos, reconozco que estoy entrenando de forma perfecta y esa carga de trabajo siempre me ha ido bien».
la primera carrera. El 7 de abril será la cita de Rotterdam, su primera maratón, «es un mundo tan nuevo que tengo la incertidumbre de cómo saldrá la carrera, pero el objetivo es lograr la mínima para estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020». Eso implica correr en menos de dos horas y 12 minutos,«pienso que tengo el ritmo y me encuentro bien pero no hay que olvidar que llevo muchas semanas para un día y puede que llueva, haga viento o no se den las condiciones adecuadas para lograrla. Eso no es algo que me pese, de hecho el tener una fecha concreta me motiva aun más, me gusta».
Se nota y se ve que esto es algo para lo que lleva preparándose toda la vida, «es mi sueño, podía haberme dedicado a otra cosa, he tenido oportunidades, pero si corro es para poder participar en unos Juegos Olímpicos». Ambición e ilusión no le falta, condiciones siempre ha tenido y ahora solo falta poner la guinda a todo este trabajo para conseguir esa mínima. Ha llegado el momento y Dani Mateo lo afronta con la tranquilidad de saber que los 42 kilómetros es la distancia y el camino adecuado para conseguirlo.