El 'corazón' de San Benito se prepara para la faena

Nuria Zaragoza
-

La actividad arranca este sábado en los corrales de la plaza de toros. Desde este momento, el pulso de la fiesta está también ahí. Conocemos cómo se trabaja en chiqueros

El ‘corazón’ de San Benito se prepara para la faena - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Las puertas y portones de los corrales y chiqueros de la plaza de toros de Soria están regados de embistes. Los astados que han desfilado por allí desde su construcción hace ya más de 90 años (aunque en 1963 se reformó) se han encargado de dejar su impronta. Rayones, desconchados, golpes... Es la huella de decenas de animales que han dado sentido a las ferias taurinas de las fiestas patronales y populares de Soria año tras año.

La ciudad se prepara para vivir este sábado el Desencajonamiento, una fiesta de reciente creación que cada vez reúne a más público. En el monte de Valonsadero, pero también en el Coso de San Benito (popularmente, la Chata), todo está listo para recibir a los novillos que serán protagonistas de las fiestas de San Juan de este 2019. 

La cita consiste básicamente en eso, en desencajonar, en recibir a los novillos que llegan desde la ganadería en camiones y descargarlos en el albero de la plaza y en el monte. Doce llegarán a Valonsadero (los que protagonizarán La Saca) y dieciséis al coso (los doce del Viernes de Toros, dos sobreros para el Viernes y dos sobreros para la Saca).

En el momento en el que los novillos desembarquen, se dará por iniciada de alguna manera la fiesta en su vertiente más taurina. Pero, a partir de ahí, comienzan días intensos de trabajo en los corrales de la Chata donde, en momentos puntuales, se llegarán a concentrar más de 50 animales (entre novillos, bueyes, vaquillas para los festejos populares y toros para las corridas de abono) a los que hay que atender. 

El Día de Soria ha querido conocer cómo se prepara la plaza para estos días y, también, cómo es la actividad en el corazón del lugar más taurino, en los corrales. Entre ‘bastidores’ trabaja Pedro Sanz Muñoz, el encargado de la plaza de toros de Soria. Lleva toda la vida en faena, así que no le preocupa en exceso ni la actividad que está por llegar ni el peligro que entraña en ocasiones su trabajo. Tampoco la presión e ilusión que hay puesta sobre él como uno de los protagonistas clave de la fiesta. No en vano, cumplidos ya los años para su jubilación, se mantiene en el puesto por compromiso con la fiesta, y con la ciudad. 

Nos recibe sobre el albero, donde entrena al mismo tiempo el matador de toros soriano Rubén Sanz. De ahí vamos al patio de cuadrillas, el punto de partida (y también de conclusión) de cualquier festejo taurino. Ahí es donde se descargan los toros cuando llegan de la ganadería. En el caso del Desencajonamiento, sin embargo, se hace de forma diferente ya que los novillos se descargan en el centro de la plaza -donde se instala una rampa- para que así los pueda ver el público desde las gradas [cuando se hacía en corrales la participación era limitada]. 

En cualquier otro festejo, la llegada de los animales a la plaza se hace siguiendo el proceso habitual. El camión se asienta, de culo, en la manga, una larga rampa que da acceso a corrales. Pero antes de llegar, en la parte final de la maga, se ubica la báscula. Entre dos puertas móviles queda bloqueado el animal durante unos instantes para ser pesado. Es un punto básico para que los veterinarios y gubernativos autoricen su salida a la plaza ya que, como marca el reglamento taurino, en una plaza de segunda (como es la de Soria) los toros que se lidien tienen que superar, como mínimo, los 435 kilos. 

Una vez pesados... «¡toro fuera!». Hay seis corrales en total «y se utilizan todos», asegura Pedro, quien repara también que «en algunos momentos utilizamos incluso la zona de la bajada de La Saca como corral porque, si no, es imposible». La puntualización es importante porque, cabe advertir que, por ejemplo el Viernes, se juntan en la plaza los animales de la novillada de la mañana y de la tarde, los que han llegado de La Saca, la corrida del sábado y la del domingo, los mansos y las vaquillas, «y no se pueden mezclar, nunca», recalca el responsable de la plaza. En ocasiones es casi un rompecabezas dar sentido a la circulación de los bravos, pero lo consiguen gracias a la experiencia y a las mejoras en seguridad que se han hecho desde hace ya unos años en corrales. 

En este sentido, recuerda Pedro, se han puesto burladeros en la zona de la bajada de la Saca, se han instalado chapas en la zona superior de corrales para que, si algún animal intenta saltar, «no te eche abajo», se han construido comederos fijos de hormigón sobre cada burladero... Además, recuerda, «todos los corrales están comunicados», lo que facilita el tránsito y la actividad diaria. «La seguridad es lo primero», recalca. 

Lo tienen bien en cuenta todos los miembros del equipo. Porque Pedro no está solo en esta labor. Aurelio, Vicente, Galo y Sergio le ayudan. En la plaza, y en el monte. Ellos se encargarán todos los días, sin descanso alguno, dos veces al día, de dar de comer a los animales. «Los novillos que vienen este sábado (16 en total) comen dos sacos de pienso y dos alpacas de paja a diario», especifica el responsable. Además de alimentarlos, hay que cuidar que no les molesten, que no haya bajas, que no se dañen los animales... 

nuevos espacios. Pero a veces hay accidentes y es necesario reemplazar algún novillo sanjuanero con los sobreros. Si son los de Valonsadero, «es obligatorio despuntarlos», ya que todos los animales que van al monte van recortados de cuernos. Esta labor se hace también en la plaza, en el mueco exactamente. Es un espacio no especialmente conocido. Se trata de un habitáculo de madera donde se introduce el animal y queda encajonado. Una vez fijada la cabeza con una cuerda, lo que le impide moverse y, por tanto, dañarse, se procede al despunte. 

Esta labor debe estar supervisada por un veterinario y, para facilitar su trabajo, este año se ha hecho una obra en la zona de corrales. En concreto, se ha ganado un espacio que había en la zona de cuadras. «Dado que tenía la techumbre muy alta, hemos ganado un piso por la parte superior, de manera que se ha conseguido ganar tres zonas de oficina-camerinos, un baño, y un pasillo sobre la zona del mueco para poder ver desde arriba estos trabajos de despunte», explica Sanz. 

a chiqueros. Los novillos del Viernes de Toros permanecerán en corrales hasta el mismo día que salgan a la plaza. Siempre que es posible (por necesidades de espacio), «les dejamos dos corrales -los más grandes- abiertos para que se puedan mover», explica Pedro. Cuando llegue el gran día, tocará emprender el camino al albero. Su orden de salida a la plaza vendrá marcado por el lote en el que caigan (antes de la lidia se hacen lotes de dos intentando equilibrar pesos, presentación...), así como por el sorteo (la mañana de festejo se celebra en corrales el sorteo, donde se decide el torero que les dará muerte). 

Decidido esto, de los corrales grandes donde han pacido tranquilos irán pasando uno a uno a las corraletas (hay dos). Y, de ahí, se irán distribuyendo según orden de lidia a su correspondiente chiquero. 

Hay diez chiqueros en total en la plaza de Soria y «en ocasiones los utilizamos todos», asegura el responsable municipal del coso. Nos pone un ejemplo, «cuando hay rejones, tienes los seis de la corrida cada uno en su chiquero, los sobreros para la corrida y los sobreros para los rejones». 

Los chiqueros ya están dispuestos también, con su cama de viruta. Nos llama la atención la luz... Pedro nos explica:«Dejar la luz dada o apagada cuando ya está enchiquerado el animal depende del ganadero. Algunos nos dicen que la dejemos siempre encendida, otros apagada, otros que unas horas antes de la corrida... depende». 

cambio de ganadería. Todo está dispuesto ya en el coso de San Benito para empezar la faena. De momento, los primeros en llegar serán los novillos de la ganadería de Hermanos Marcen de Villanueva de Gállego, en Zaragoza, para el Viernes de Toros. A las ocho de la mañana. Después, en Valonsadero, desembarcarán los de Ramón Sánchez Recio de Almodóvar del Río (Córdoba), protagonistas del Lavalenguas, La Compra, y La Saca. 

En principio no iba a ser esta ganadería, si bien la empresa Tauroemoción ha comunicado la sustitución por problemas veterinarios. El tema sanitario es una prioridad, recalca. De hecho, minutos después de nuestra visita acudirán a desinfectar la zona de corrales.