La generosidad también puede salvar vidas

I. R
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Juan Antonio Reyes tiene 44 años y desde abril vive gracias a un riñón nuevo que le fue trasplantado después de pasar durante casi dos años por el tratamiento de diálisis. Hoy se celebra el Día Nacional del Donante de Órganos

La generosidad también puede salvar vidas

La vida de Juan Antonio Reyes cambió el pasado 11 de abril, cuando recibió, de madrugada una llamada que le anunció que su espera para ser trasplantado de riñón había terminado. "Fue algo que nunca me esperaba y al principio me asusté, pero después me lo tomé con normalidad", destaca. 

Según afirma, los médicos nunca han sabido diagnosticar por qué sus riñones comenzaron a fallar. "Solo notaba que me sentía siempre cansado", recuerda. Sin embargo, tras una recaída fue ingresado y le informaron de que sufría una insuficiencia renal crónica y debía someterse a diálisis. Pasó durante 23 meses por este tratamiento, y más de un año en lista de espera para recibir un nuevo órgano. Tras su experiencia, asegura que lo mejor es "no tener que estar enganchado a una máquina tres días a la semana". 

Debido a la operación y al tratamiento que ahora debe seguir, está jubilado. Vive con su mujer y sus dos hijos, de 9 y 12 años, en San Esteban de Gormaz, y gracias a un donante anónimo, ha recuperado su calidad de vida. 

Hoy es el Día Nacional del Donante de Órganos y mañana, 6 de junio, el Día Mundial de los Pacientes trasplantados. Ambas citas recuerdan la importancia de las donaciones y homenajean a quienes, con su generosidad, han mejorado el día a día de las personas que lo necesitan.