Soria se entrega al terraceo obligada por las restricciones

Nuria Zaragoza
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Las terrazas cambian la estética de la ciudad. La pandemia ha disparado la instalación de veladores. En 2020 se llegaron aautorizar 170, el doble de lo habitual. Este año van 127 peticiones. ¿Han venido para quedarse?

Soria se entrega al terraceo obligada por las restricciones - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

La pandemia impone sus propias reglas al mundo de la restauración. Tras catorce meses de restricciones, al sector no le ha quedado más remedio que adaptarse... para no morir. En este contexto sanitario, las terrazas se han convertido en la única opción ‘legal’ de vida social y en la ‘garantía’ para un consumo seguro y responsable y, con ello, en el balón de oxígeno de una hostelería que prácticamente a diario tenía que reinventarse ante los continuos cambios normativos. Ha habido cierre total, limitaciones de aforo varias, obligatoriedad del consumo en mesa, y sentados, cierre del interior de los locales... medidas tan diversas y cambiantes que han convertido las terrazas en prácticamente la única puerta abierta al sector. 

No ha sido la panacea para un negocio acorralado por la COVID-19 pero, al menos, ha aliviado unas cuentas asfixiadas. Y, por buscar una lectura positiva, la pandemia ha servido en este sentido para dibujar una nueva fotografía urbana que, de algún modo, nos acerca a las grandes urbes europeas, donde desde hace ya tiempo tratan de disfrutar del más tímido rayo de sol en imaginativas y vistosas terrazas.  

170 terrazas.  El año pasado se instalaron en la ciudad el doble de terrazas de lo habitual y, este año, va camino de replicarse.  En concreto, en 2020 se concedió autorización a 170 terrazas, cuando la media son 80 (en 2011 se autorizaron 68, 72 en 2012 y 82 en 2018). Este año van ya cerca de 130 solicitudes, pero «a diario llegan nuevas peticiones», apunta la concejala de Turismo y Comercio, Yolanda Santos. 

El resultado de esta demanda disparada es una mayor oferta hostelera de calle pero, también, un cambio estético de la ciudad. Se nota en la zona centro, con la plaza Mayor, Herradores y el Tubo (ancho y estrecho) sembrados de mesas; pero se aprecia especialmente en los barrios, en los bares de siempre. El café diario ahora es en terraza y, para ello, nuestro ‘barman’ de referencia ha instalado desde una sombrilla de propaganda al puro estilo estival hasta una estructura de madera de lo más cuidada... y costosa. Porque al perro flaco todo son pulgas y a los hosteleros, por si tenían poco, les ha tocado invertir para poder trabajar en la calle. «No nos ha quedado más remedio», asume el portavoz de la Asociación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur), Pablo Cabezón. «Endeudarse aún más y acondicionar espacios para trabajar, no queda otra», añade resignado. 

venido para quedarse. Cabezón reconoce que «a nadie le gusta trabajar en la calle» y ha sido «difícil» adaptarse a esta situación, máxime en un Soria en el que la climatología no siempre acompaña. «Hemos pasado de que sea una parte residual del trabajo y algo muy estacional a que sea la parte fundamental del negocio y todo el año», resume. Aunque le cuesta ver la parte positiva de todo esto porque, reconoce, está ya «cansado» de que «la hostelería sea la que esté pagando el coste de esta pandemia», admite también que hay dos cuestiones que agradecer: «El Ayuntamiento ha entendido que había que dar facilidades para que la gente se reúna y que había que flexibilizar y poner menos trabas al uso de terrazas; y hay que dar las gracias también a los vecinos, porque se les han quitado plazas de aparcamiento y seguramente ahora están sufriendo más ruido que antes. La gente ha estado concienciada y es de agradecer», apunta. 

 Añade también el paso al frente que se ha dado en ese sentido para «adaptarnos a otras ciudades europeas» y considera que las terrazas han llegado a Soria «para quedarse». «Los hosteleros estamos ya pidiendo permiso para instalar estructuras de calidad y mantener siempre que sea posible», anuncia, reconociendo que es un «nicho de mercado que, hasta ahora, no estaba explotado». Eso sí, avisa ya, que nadie se piense que se puede recuperar el negocio perdido solo con esto porque «la hostelería tiene una deuda interna importante y, desde luego, solo con las terrazas no se sobrevive». En esta tesitura, Cabezón confía en que la situación sanitaria mejore y se den nuevas aperturas a un sector asfixiado que, advierte, necesita también el apoyo de las administraciones. 

autorización por año. Desde el Ayuntamiento de Soria, asegura la concejala responsable, han tenido claro desde el primer momento que el apoyo a las terrazas y la eliminación de cargas administrativas era parte de la solución para aliviar a los negocios hosteleros de las graves consecuencias de la crisis del coronavirus. Y eso, reconoce, aún suponiendo en ocasiones ocupar la vía pública (plazas, aceras, aparcamientos...). Precisamente por ello, apunta Santos, tanto el año pasado como este se analiza «una a una» cada una de las solicitudes que se recibe y se emite «un informe consensuado con seguridad, con el arquitecto, con el departamento...» donde se trata de «flexibilizar la ordenanza para permitir al sector trabajar» pero, también, «tratando de afectar lo menos posible». En este sentido, recuerda la edil, «los acuerdos de flexibilización son solo para un año»  y, «cuando llegue la normalidad, es posible que algunas de las terrazas ahora concedidas no se autorice», avisa. 

El Ayuntamiento ha recibido este año 127 solicitudes, de las cuales 90 ya están autorizadas y, el resto, en tramitación. «Las solicitudes van llegando continuamente, a diario, sobre todo en las últimas semanas y se están tramitando con mucha celeridad», aseguran desde el Consistorio, desde donde recuerdan que este año ha habido que volver a estudiar cada expediente para adaptar la distribución de cada terraza a la normativa vigente (Acuerdo 76/2020, de 3 de noviembre de la Junta de Castilla y León). «Por ello, ha sido necesario por un lado tener en cuenta toda la normativa de aplicación, flexibilizar la normativa municipal de nuevo para este año (acuerdo de Pleno de febrero) y establecer para cada caso el aforo máximo del 100% de la terraza, así como el 80% para el nivel de alerta 1 y el 75% para los niveles de alerta 2 a 4», especifican fuentes municipales. En todos los casos, se envía a cada establecimiento, además de la notificación, la autorización o tarjeta (que se debe colocar en un lugar visible) que incluye el plano y el cuadro resumen explicativo de los aforos y, a mayores, el personal de la Concejalía está informando de forma telefónica y personalizada por si hay alguna duda. Por último, a cada establecimiento se remite también un resumen de la normativa COVID explicando las normas, las agrupaciones de personas, etc. 

revisar la ordenanza. Precisamente con la mirada puesta ya en el futuro y sobre la idea también de que «las terrazas han venido para quedarse», Santos anuncia que el Ayuntamiento tiene previsto «revisar la ordenanza municipal» relativa a terrazas y veladores. «Lo teníamos ya pendiente porque además queríamos incluir el tema de las barras en la calle que se instalan en fiestas, pero la pandemia nos ha trastocado los planes. Ahora queremos estudiar y analizar la situación, estudiar las sugerencias, y consensuar para, de cara al año que viene, tener ya una nueva ordenanza que regule todo esto y que incluya también el tema del ornato, porque hay que reconocer que ahora algunas no cumplen la estética y nos gustaría que las terrazas sumen como ciudad», justifica. 

Además de facilitar la tramitación, desde el Ayuntamiento se ha hecho un esfuerzo por apoyar al sector y, entre otras, se acordó la exención de la tasa de veladores para 2020 y 2021, lo que ha supuesto una ayuda que, de media, supone un ahorro de 1.500 euros al año por establecimiento. Además, se acordó la exención de la tasa de agua y basura del último trimestre del año 2020 y se impulsaron las ayudas Iberaval, donde el sector de la hostelería ha recibido más de 100.000 euros (la media es de 2.000 euros, con cerca de 40 negocios de hostelería apoyados). También las ayudas para pymes han beneficiado al sector, ya que los negocios de la hostelería han recibido cerca de 160.000 euros (con una ayuda media de 1.200 euros). Las ayudas municipales al sector van, por tanto, desde los 1.200 euros hasta los más de 8.000. Y esto sin contar las ayudas indirectas, como las campañas de dinamización, turismo...