Una semana después de su desalojo, algunos vecinos del número 3 de la calle Bodas Reales han vuelto a sus casas pero sólo unos minutos. La Policía les ha dejado entrar para recoger parte de sus pertenencias. Es el caso de Pablo y Alba, quienes han regresado a su piso en el que llevaban viviendo casi dos años y que tuvieron que abandonar hace siete días por la aparición de unas grietas en el inmueble contiguo en pleno barrio del Calaverón.

Pablo Ramón ha explicado que "hemos cogido casi toda la ropa, hemos abierto tres maletas encima de la cama y a echar cosas casi sin pensar para hacerlo lo más rápido posible". "La policía nos ha hecho un favor dejándonos entrar porque el primer día apena cogimos unas cosillas y como vas sin fecha de vuelta pues fuimos rápidos, pero para que se va a alargar un pelín", ha comentado.

De momento están viviendo en casa de los padres de ella. Otros vecinos se han reubicado con familiares y en un caso los servicios sociales han tenido que buscar un alojamiento alternativo a una familia de cinco miembros. 

Parece que no hay riesgo de derrumbe en cuanto a la estructura, sino que el peligro está en que parte del revestimiento de la fachada se venga abajo. Por eso sería necesario demolerla de manera controlada. Una solución nada fácil.

"Según lo que nos están diciendo es que van a empezar ya, porque han tenido que ver todas las posibilidades: que si apuntalar, que si tirarlo, subirse al tejado a ver qué hacen...  y en principio dicen que igual lo tienen que tirar", ha detallado Pablo Ramón.

Ahora la pelota estaría en el tejado de la compañía aseguradora del edificio donde debe actuarse, el número 1 de la calle Bodas Reales.