La aparición de restos de cera y humo en la portada de San Bartolomé tras la noche de San Juan no es algo nuevo. Según denuncia la Diócesis, grupos de gente sin identificar han tomado como costumbre desde hace ya varios años celebrar determinados ritos en el templo ubicado en el cañón del río Lobos. Más allá de la naturaleza de esta costumbre, lo que se rechaza desde la iglesia y también algunos vecinos del pueblo es que se perjudique al patrimonio. En el caso de la portada de la ermita el pasado 31 de mayo se recepcionaba la restauración realizada durante ocho meses con un coste de 115.000 euros. La Diócesis recuerda que en su día planteó a Patrimonio la conveniencia de instalar una valla de protección, posibilidad que ha sido rechazada. En el pueblo también señalan que esta nueva costumbre de origen desconocido se viene realizando desde hace años con la presencia de decenas de personas sin identificar.