"No creo que se llegue a abrir toda la cárcel de Soria"

Nuria Zaragoza
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Lamenta que nadie se haya puesto en contacto con los trabajadores para coordinar la apertura del nuevo centro penitenciario y, avisa, se va «justos» en tramitación y en «el control y conocimiento» de la infraestructura por quienes van a trabajar allí

"No creo que se llegue a abrir toda la cárcel de Soria"

Javier de Diego es el portavoz del sindicato CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) en la cárcel de Soria y acumula 34 años funcionario de prisiones. De estos, más de una década lleva escuchando que Soria  contará con un nuevo centro penitenciario con capacidad para cerca de 800 internos (720 celdas).  

Como representante de los trabajadores, ¿le han informado cuándo se abrirá la nueva cárcel?

Con los representantes de los trabajadores no se ha hablado para nada, en absoluto. 

Por su experiencia, ¿qué estimación maneja para la apertura?

Nos podemos fijar en Ceuta y Archidona (Málaga), que son de las últimas que han abierto. Ceuta se creó en el boletín [BOE] el 16 de marzo de 2017 y se abrió con internos el 13 de octubre de 2017, es decir, siete meses después. Archidona, que es más grande que la nuestra (1.008 celdas) se creó el 17 de marzo y se abrió once meses después, el 27 de febrero de 2018. Teniendo en cuenta estas fechas, no entendemos cómo hay tanta prisa ahora en abrir esta prisión. ¿Qué intereses hay?

¿Pero la nueva cárcel de Soria está ya creada oficialmente?

No está creada. Creo que está recepcionada parcialmente por la Secretaría General, pero tampoco lo sabemos seguro. Lo creemos porque ha estado por aquí Mercedes Gallizo, la presidenta de la SIEP [Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado].

La nueva cárcel cuenta con ocho módulos. Se dijo que empezaría con cuatro, luego se ha hablado de dos. ¿Qué cree que sería más apropiado?

Lo correcto sería empezar con dos módulos y, en todo caso, con algún polivalente. Así empezaríamos más o menos con lo que tenemos ahora y luego, por supuesto, podemos ir subiendo módulos. Porque no podemos olvidar que la nueva son 720 celdas y ahora tenemos 98, con lo cual, entiendo que antes de ir tenemos que conocer el edificio, su funcionamiento, sus peculiaridades... y eso lleva un tiempo. 

¿Dos módulos sería más o menos los mismos internos que hay ahora?

Perfectamente podrían entrar los de ahora porque tenemos unos 150 internos y hablamos de módulos de 72 celdas. Pero hay que tener en cuenta además que, cuando hablamos de dos módulos, no son solo esos dos. Hay que abrir la enfermería, ingresos, aislamiento, la cocina, la panadería, el cultural, las comunicaciones... es decir, alrededor de esos dos módulos hay que abrir una serie de departamentos y eso también conlleva funcionarios. 

En principio, dos módulos y esos departamentos necesarios estaría bien para empezar, pero a ver lo que deciden porque se ha hablado de dos, de cuatro... Si son cuatro, habrá que ir trayendo internos de otras cárceles, pero hay que tener en cuenta también otra cosa: en Ceuta hay casi 900 celdas y tiene 286 internos, en Archidona son 1.008 celdas y tiene 406 internos, y Dueñas ha llegado a 1.800 y ahora tiene 800-900. 

Teniendo en cuenta esto y que la población reclusa cada vez es menos numerosa, ¿cree que se llegarán a abrir alguna vez los ocho módulos?

Creo que no. Porque, además, lo que se está regulando ahora es que aquellos internos que tengan menos de cinco años de condena y es la primera vez, que no entren, que vayan a una sección abierta o una semilibertad. Pero es que el País Vasco en breve coge las competencias y habla también de semilibertad desde muy inicio. Y, a los ejemplos que he dicho antes, sumamos también Pamplona, que no está ni a la mitad. Quiero decir con esto que es complicado que se llegue a abrir toda la cárcel y que se necesiten esos 400-500 funcionarios que se dijo. Yo creo que no los veremos. 

Ceuta está en 214 funcionarios, más algunos laborales. Archidona está en 251 en la RPT y 40 laborales. Teniendo en cuenta esto, difícilmente vamos a ver esos 419 que decían aquí con la RPT completa. Creo que nos iremos a los 200 y algo, si es que logramos pasar de ahí. 

¿Cuál es la plantilla actual y qué plantilla se necesitaría para dos módulos?

Hablamos de 140 en la RPT, de las cuales hay 30 sin cubrir.Realmente tenemos 110 y once funcionarios de prácticas, y cuatro también de Trabajo Penitenciario. Pero, dentro de estos datos, hay que tener en cuenta algunas cosas. Porque, de esas 30 vacantes, 18 son de interior. Y, de esos 110 disponibles, hay 18 de segunda actividad, es decir, cubican en los 110 pero no van a hacer vigilancia en interior.

Si tuviéramos todo cubierto, igual con 50 funcionarios más era suficiente pero, con los datos actuales, se necesitan en torno a 80 o cien funcionarios más para abrir la nueva cárcel.

Hay una nueva convocatoria de ayudantes de Instituciones Penitenciarias con 900 plazas, ¿resuelve el problema de falta de personal?

No, porque el problema es acuciante, hay entre 3.500 y 4.000 vacantes a nivel nacional. Me acaba de llegar ahora una nota de la cárcel Fontcalent (Alicante) donde los compañeros de CSIC, UGT, CC. OO. y Acaip denuncian que no tienen personal suficiente para atender las necesidades del centro. Y esa situación se da allí pero se da en Soria, donde hay 30 vacantes. 

En esta tesitura, ¿cómo se va a dotar la cárcel de Soria? ¿Será necesario un concurso extraordinario? ¿O qué procedimiento se puede plantear?

Pamplona se abrió con todos los de la cárcel vieja y 50 de prácticas de la oposición de ese año. Aquí podría hacerse así, con la gente de la convocatoria de 2019 [que contó con 900 plazas]. También podría hacerse en julio un concurso de traslados, como se hizo en Ceuta yArchidona en 2017.Allí, cuando ya se preveía que se iban a abrir estos dos centros, salieron unos anexos especiales para ambos centros para pedir gente, en tanto en cuanto se abría. Pero, si queremos abrir en octubre, aquí ya no da tiempo a esos anexos porque son seis meses para ese concurso de traslados. Ya no da tiempo a resolver, nos iríamos a diciembre. Por eso pensamos que lo lógico, o por donde pueden ir las cosas, es que, de la oposición de 2019, que están ahora en prácticas, hacer un acopio de gente. Unos vendrán voluntarios y a otros les dirán:eres el último (de acuerdo a la nota de oposición), te toca Soria.  Ahí la Secretaría tiene una baza porque, aunque hay unos plazos, los agota y puede ‘jugar’, utilizándolos como comodín según las necesidades. Yo creo que en los funcionarios de prácticas es donde va a estar la apertura del nuevo centro. 

Se habla de octubre, ¿da tiempo?

En cuanto a mover a los funcionarios no hay problema, porque se cesan y automáticamente se da unos días para venir. Pero sí vamos justos en cuanto al control y conocimiento de la nueva cárcel. Abrir una prisión no es de hoy para mañana, hay que saber cómo funciona todo, probar bien todas las instalaciones, y controlar el funcionamiento de cada instancia... Necesita un tiempo suficiente. Hablamos de una prisión y de seguridad, y es fundamental esa seguridad para los internos... y para nosotros. 

Por ejemplo, es necesario conocer cómo funciona la torre de control. Se necesita que al menos dos funcionarios de vigilancia de cada grupo conozcan ese programa que controla toda la prisión. Ese curso se debe hacer.  

La cárcel actual es de nivel 2.1. ¿El cambio a la nueva supondrá un cambio de nivel y la consecuente llegada de presos más peligrosos?

Actualmente hay nueve clasificaciones para las prisiones. Nosotros siempre hemos pedido una RPT acondicionada a la cárcel que se va a abrir pero, también, una reclasificación, que va a venir dada por muchas incógnitas que tenemos ahora mismo. Ya no solo hablamos de dos o cuatro módulos, hay que saber por ejemplo si van a venir mujeres. Y hay que desvelar la incógnita del aislamiento.   Ahora tenemos siete celdas por cuatro módulos, es decir, 28 celdas de aislamiento. Aislamiento cerrado, del artículo 96. ¿Quién dice que no vayamos a tener?  

Y otra de las incógnitas es ¿y por qué no podemos ser tránsito? Nosotros ahora dependemos de Zuera a nivel de traslados pero, con la nueva, podríamos entrar dentro de los circuitos de tránsito [es decir, que en el movimiento de los internos entre cárceles, Soria se utilice como parada intermedia, lo que supone la llegada de presos de perfiles diversos]. Con estas premisas, ¿por qué no tenemos que ser 1.1? 

Hablamos de la apertura pero a veces se olvida que hay una cárcel funcionando. ¿Cómo afectan esas 30 vacantes en el día a día en el interior?

Por ejemplo, hay dificultades para dar reglamentariamente las vacaciones. Otro de los problemas es la disponibilidad para coger los días libres. A veces también se merma la seguridad, porque una misma persona tiene que estar haciendo dos y tres servicios. ¿Cómo puede estar un funcionario abriendo las cancelas y tiene que controlar a la vez la cocina, la lavandería, la enfermería o, a veces, incluso la segunda galería? Eso repercute en una acumulación de funciones a veces que no es acorde. 

Han denunciado en varias ocasiones también que la cárcel actual no reúne las condiciones de habitabilidad. 

Igual hay mucha prisa para abrir la nueva cárcel por el tema de los requerimientos a los que se está viendo expuesto el centro actual en relación a una serie de medidas en prevención de riesgos laborales. Hablamos por ejemplo de determinadas dependencias que no cumplen con la calidad del aire, hablamos del sistema contra incendios, hablamos de unos requerimientos en relación a cómo funciona el Comité de Seguridad y Salud, donde hemos tenido nuestros más y nuestros menos. Es decir, se habla de una serie de cosas que van a requerir mucha inversión en un centro antiguo, cuando tenemos un centro nuevo recién construido.

Lo venimos diciendo desde hace ya tiempo en los comités pero no nos han hecho caso hasta que la Inspección ha visto los problemas que había realmente en la prisión. 

Hay que decir también que el desencadenante por el que ha venido esto ha sido la muerte de nuestro compañero Lucas por el COVID. Esto ha desencadenado que hayamos metido todos estos temas para demostrar que nuestro compañero ha muerto por un tema de contagio del COVID en el centro en el que trabajaba, por ser considerado un accidente en acto de servicio. 

¿Cómo ha sido la gestión de la pandemia en la cárcel?

Ya en febrero del año pasado nuestro sindicato planteó a nivel nacional que se tratase el tema en la Comisión Prevención de Riesgos Laborales, e hicieron caso omiso. Yo se le dije a la Inspección y el 4 de marzo ya estaba pidiendo protocolos y unas normas de actuación, más limpieza y mascarillas, y equipamiento para el personal. La semana del 9-10 una serie de funcionarios empezó a presentar síntomas y el 21 ya tenemos tres casos diagnosticados con PCR. En esa primera época hubo trece casos, y hasta el 24 de marzo no se empezaron a dar mascarillas. A partir de ahí, algunas cosas se han hecho bien, como cortar los contactos con el exterior [...] Estamos vacunados en principio todos los funcionarios con una primera dosis de AstraZeneca, pero no sabemos de momento nada de la segunda. Esperamos que se solucione pronto. Los internos se vacunaron todos la semana pasada con Janssen. No quiere decir que no pueda entrar el virus pero esperamos que, con estas medidas, esté más controlado y se pueda evitar el miedo que teníamos, que hubiera un brote y colapsar el hospital. Porque hay que recordar que hay dos habitaciones especiales en el hospital para presos y aquí hubo trece internos con el virus. Si llegan a necesitar ir al hospital, pues ya tenemos el problema.

Y todo esto les ha pillado además con el problema del médico, ¿no?

Nuestra lucha con lo del médico empieza en septiembre del 2019 cuando había dos y la jefa del servicio médico se va y queda un solo médico. Tiene sus guardias, sus días... y, lógicamente, empiezan los problemas porque nos encontramos varios días, incluso semanas, que no tenemos médico. Eso repercute en las enfermeras, que asumen una carga de trabajo y competencias que no les corresponden. 

Luego este médico se jubiló y, hasta que en noviembre no llegó el médico de Menorca en comisión de servicio, estuvimos unos meses sin médico, todo a cargo de las enfermeras. Se ha ido renovando mes a mes al de Menorca, hasta que al final ha venido un médico interino. 

Sería deseable que hubiera otro médico pero, por lo menos, tenemos uno que se hace responsable de la situación del día a día, porque hay aspectos diarios como el cumplimiento de sanciones que requieren de la presencia del médico, y en esas fechas se dejó de cumplir esos partes. 

Han denunciado también la falta de cocinero y que algunos días son los propios internos quienes hacen la comida solos. ¿Eso es así?

Eso sigue ocurriendo. Hace muchos años que se jubiló el segundo ayudante de cocina y ahí seguimos. Cuando el cocinero se coge sus vacaciones, sus días... los internos tienen que hacer el menú. Lo hacen pero desde luego que no están capacitados ni es su competencia. ¿Y si algún día ocurre algo? ¿De quién van a ser las responsabilidades? 

No entendemos por qué no se cubre esa plaza porque, además, es personal laboral y sí que hay posibilidades de contratar. La muestra la tenemos ahora con la trabajadora social, que tiene una baja y se ha contratado a otra persona.

Desde 2013 que vino el director actual hay que reconocer que, en materia de personal, no ha funcionado. 

El director, Segundo Pascual, se jubila y ya se ha dado a conocer el nombre de la nueva directora, Concha Zurdo. ¿Han tenido ya alguna reunión con la nueva dirección?

No, no hemos tenido ningún contacto. Viene una mujer y me parece bien. Estoy totalmente a favor de la igualdad, pero hay que tener en cuenta también algunas cosas... 

La señora Gallizo, siendo directora general, unificó las escalas masculina y femenina. Hay una sola escala y ahora están entrando muchas mujeres como funcionarias. Es perfecto, pero hay un problema:una mujer en un centro de hombres hay labores que no puede hacer, como cachear. Eso supone que no puede quedarse sola en un módulo porque, si por ejemplo ve un mal movimiento en un interno y cree que puede haber algo de drogas, no le puede cachear, tiene que recurrir a un compañero. Igual ocurre al contrario, un funcionario no puede cachear a una interna. Eso ya lo hemos  padecido y tarde o temprano habrá problemas en ese sentido. No es un problema de capacidad, es un problema de funciones que no se puede hacer y cómo repercute eso en los centros. 

En cuanto a la directora, esperamos poder reunirnos y dialogar y llegar a acuerdos por el bien de todos. 

Denunciaron la masificación de la cárcel, ¿qué situación hay ahora?

Hemos bajado. Hemos tenido 175-180 y ahora estamos en 150. Está bien por un lado, pero hay un problema con el tema de talleres, porque necesitaríamos algún interno más para trabajar. Ahora son 78 trabajando en el taller y es una lucha continua porque, para cumplir los requerimientos de la empresa, se necesita más personal. Pero no me refiero a que nos manden internos buenos, me refiero a internos que vengan a trabajar. Si el referente de esta prisión son los talleres, lo lógico es que, cuando se pida un interno para trabajar, se miren las circunstancias, porque ahora nos encontramos que tenemos 150 pero no todos son internos que valen para trabajar. Eso se debería controlar desde Madrid y no traernos internos que van tres días al taller y no quieren volver porque no quieren trabajar. Sería necesaria una preselección. 

Talleres siempre ha sido la niño bonita de Soria pero ¿hasta qué punto son importantes para la cárcel y para la reinserción? Porque también hay cierta polémica ya que a veces las empresas dan trabajo a la cárcel y despiden a parte de sus plantillas. 

No voy a entrar en ese tema, aunque tengo mi planteamiento. A efectos de la prisión viene bien porque la gente está ocupada, puede aprende un trabajo, pueden tener un ingreso... Ahora bien, yo también he llevado la Escuela diez años y no entiendo por qué un interno va a ir al taller y no sabe leer ni escribir. ¿No estamos reinsertando? Pues primero que pase por la escuela para que sepa leer y escribir y defenderse y, después, vaya al taller. 

Por su experiencia, ¿la reinserción es posible?

¿Y por qué no puede ser posible? Es que tendría que ser eso. Pero el problema es que el que lleva toda la vida  delinquiendo y entrando y saliendo de la cárcel, es que no conoce otro mundo, tiene un entorno desestructurado y es muy complicado. 

Tendría que ser. Pero igual tampoco tenemos ni el material ni el personal que necesitamos. Hablo de psicólogos, psiquiatras, de adicciones, de la escuela... ¿Por qué no vamos a creer? Creemos, pero la experiencia de 34 años te dice que es muy difícil.

¿Cómo describiría el trabajo de la cárcel en el día a día?

Nuestro trabajo está estipulado en un reglamento, en una serie de instrucciones... y en eso nos basamos, pero el problema es que ahora mismo nuestra Secretaría nos tiene un poco tirados por los suelos, y todo se legisla o se instruye a favor del interno, y el funcionario es un mero interviniente que está ahí pero ni se acuerdan de él, ni le forman, ni le dan medios, ni le defienden ante las agresiones... 

El día a día es difícil y, si la situación se complica, no nos queda otra que juntarnos y resolver las situaciones, que a veces son complicadas. No deja de ser un mundo donde intervienen los que trafican, los que consumen, donde todos saben de qué pie cojea el otro, donde siempre hay uno que lleva la voz cantante... y, a veces, se dan situaciones problemáticas. Quizá aquí en Soria no tanto, pero en las cárceles grandes se dan situaciones complicadas a diario. 

Hace un tiempo denunciaban «motines, peleas y agresiones». ¿Se ha calmado estas situaciones?

Ahora se están retomando los traslados y hemos recibido una serie de gente nueva y hemos sacado del centro algunos internos que estaban coaccionando y montando grupos de presión. Esto es muy cambiante y hoy podemos estar en una situación de cierta normalidad, pero siempre puede haber situaciones complicaciones del día a día. 

Llevan años reclamando ser agentes de seguridad, ¿qué supondría?

Hay sentencias -como una de esta semana en Segovia- donde se considera atentado a la autoridad una agresión a un funcionario de prisiones. Esto supone que la pena, en lugar de seis meses, igual son tres años por una amenazas de muerte a un funcionario. Los juzgados ya lo están diciendo y lo somos y es importante que se reconozca que somos agentes de la autoridad y que, si un interno nos agrede, nos amenaza, no se vaya  a ir de rositas. 

Una de las grandes demandas de los sindicatos es la equiparación salarial con compañeros de otras comunidades, como Cataluña. La Guardia Civil ya ha logrado esa equiparación, ¿confían en conseguirlo ustedes?

Ahora hay una plataforma creada de los sindicatos negociando con la administración y parece ser que, dentro de la Ley de Cuerpos de Función Pública Penitenciaria, va la reclasificación y confiamos en que se negocie esto. No tiene sentido que, desempeñando las mismas funciones, no tengamos el mismo sueldo. 

¿Cómo ha afectado la política de acercamiento de presas de ETA a la cárcel de Soria?

Andábamos en los cinco internos y ahora estamos en seis o siete. Es verdad también que, interno que se va, nos llega otro. 

A nivel interno realmente ahora no afecta. En tiempos sí tuvimos gente de la línea dura, pero eso ha desaparecido y ahora no hay problemas con ellos. Los internos vienen, se comportan y cumplen. 

Si tuviera que poner unos deberes a la administración, ¿qué diría?

Que cumplan las RPT, que para eso están, porque falta personal. La reclasificación de centros también es necesaria. Que se nos reconozca que somos agentes de la autoridad. También se habla de la adscripción al grupo B por parte de los que están en el cuerpo C1, y que salga adelante esa Ley de Cuerpos de Función Pública Penitenciaria. En cuanto al centro nuevo, solicitaríamos un transporte para el funcionario como lo hay en todas las prisiones que están fuera del casco urbano.