Durante su anterior etapa al frente de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro impulsó el carné por puntos, una de las medidas más controvertidas de los últimos años en materia de seguridad vial pero, también, más efectivas. Ahora, en su regreso (el pasado verano se incorporó al equipo de Pedro Sánchez en el Gobierno al frente de la DGT), ha puesto sobre la mesa nuevas iniciativas que vienen, de nuevo, cargadas de polémica. La primera, reducir la velocidad máxima en las carreteras convencionales a 90 kilómetros por hora, ya está en marcha. Pero se esperan más, como  limitar a 30 kilómetros por hora la velocidad en calles de única dirección, introducir cursos de conducción segura en el examen de conducir de forma obligatoria y con un premio de dos puntos para el que lo supere de forma voluntaria, aumentar los radares, o subir las sanciones por usar el móvil al volante, superar la velocidad máxima o no usar cinturón, casco o sillita infantil. El objetivo en todos los casos coincide:minimizar el riesgo en carretera ya que la siniestralidad vial, lejos de reducirse, va en aumento. Los datos le dan la razón:en 2018 se registraron 1.777 accidentes en las carreteras de Soria, lo que supone un incremento del 2,54% respecto del año anterior (1.733 accidentes), según los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico. Esto significa que cada día se registran en Soria 4,86 accidentes viales. 

Los datos estadísticos ayudan a dibujar el perfil de la siniestralidad en Soria. La mayoría de los accidentes se registran en zona interurbana y son provocados por la irrupción de animales en la calzada, especialmente corzos. Gran parte de la siniestralidad solo provoca daños materiales, si bien en un 8% de los casos hay víctimas. El año pasado fallecieron trece personas en las carreteras. La N-122, seguida de la N-234 y la comarcal             CL-166 son las que mayor siniestralidad soportan en la provincia.