Salud sexual en el aula con Cruz Roja

Nuria Zaragoza
-

Los talleres de salud infantil cumplen 20 años. Cada año más de un millar de alumnos reciben formación sobre afecto y sexualidad

Salud sexual en el aula con Cruz Roja - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

¿Por qué vino la primera persona al mundo? ¿Cómo se sabe si tienes un óvulo? ¿Cuándo empiezas a tener la regla? ¿Qué pasa si haces pis cuando estás haciendo el amor? ¿Cuántos agujeros tienen entonces las chicas, uno, dos o tres?

Son algunas de las dudas que tienen los niños de cuarto de Primaria  (nueve años) cuando hablan de sexualidad. «Ana, la de Cruz Roja», les responde. Ella es Ana Isabel Delgado, la médico psicoterapeuta responsable de los talleres de educación para la salud en las aulas que Cruz Roja viene desarrollando desde 1998. 

El programa cumple este año dos décadas y lo hace, a la vista de los resultados, con una salud de hierro. Porque los talleres encantan a los niños (El Día de Soria puede dar fe de ello tras participar en uno de ellos) pero, además, porque consiguen romper las barreras y afrontar con «naturalidad» un tema a veces «tabú» en las conversaciones entre padres e hijos. Porque previenen, informan y forman;potencian hábitos saludables; impulsan el diálogo y la participación; promocionan valores fundamentales... El listado argumental es largo pero quizá el mejor resumen lo hacen los propios niños: «Genial, interesante, muy chulo, entretenido, original, diferente, divertido...» son algunos de los adjetivos con los que evalúan los pequeños el taller. 

Y eso llega tras dos horas de charla participativa en las que Ana Delgado consigue mantener el interés de los chavales, una tarea nada sencilla teniendo en cuenta que son chicos y chicas de nueve años y que de lo que se habla es de «afecto y sexualidad».De cómo demostramos que queremos a alguien, del sexo de las personas (que no el género), del aparato reproductor de niños y niñas, de cómo entra el bebé en la barriga, cómo se hace el amor, cómo y dónde crece el bebé en el cuerpo, cómo nace... pero, también, de aspectos prácticos como saber cómo se pone una tampón, a qué edad suele venir la regla y cuánto dura, cuándo dejamos de crecer... «No me ha dado tanto asco», sentencia una de las alumnas al terminar el taller. Y su frase refleja de forma muy sintética cómo los pequeños empiezan la charla, y cómo la terminan. Normalizando una situación que es normal, natural, fisiológica. Ymientras charlan sobre todo ello, en el aula se cuelan también conceptos como respeto, negociación, empatía, ser buenas personas... y, también, el bullying, el alcohol, el tabaco, las drogas...  Ningún tema se elude y ninguna pregunta se queda sin responder. Porque la clave está en «la normalización». «Se trata de que lo vean como algo normal, como lo que es, no como un monstruo que va a llegar y nos asusta», apunta Delgado, quien define a estos niños como la «generación de la esperanza», en la que confiamos para que hagan un mundo mejor.

Participan, interactúan, experimentan, preguntan, afirman, juegan, ríen, expresan... actúan libremente, sin tapujos, con naturalidad. Pero siempre con respeto. Es la base, recalca Ana. En el taller, y en la vida. 

Los protagonistas del taller de hoy son los niños de cuarto de Primaria, pero esta formación llega también a sexto, en todos los colegios de Soria. En Secundaria la formación continúa, pero ya a cargo de Cruz Roja Juventud. Pero ¿cómo surgió todo?

Ana Delgado lleva vinculada a Cruz Roja desde hace 30 años. Empezó como médico docente y era la encargada de coordinar la formación que impartía la entidad a enfermeros, médicos, auxiliares... Pero las aulas y los niños siempre fueron como un imán para ella, así que hace 20 años ideó estos talleres infantiles de la mano de sus dos hermanos profesores, contando también con la complicidad de la entonces secretaria, Carmen Heras Uriel. 

la idea de tres hermanos. La experiencia comenzó con un taller en el colegio Nuestra Señora del Pilar [donde es profesora su hermana María Dolores Delgado], pero pronto creció a cinco, siete y hasta diez talleres. Tras los Escolapios llegó Escolapias, Sagrado Corazón... hasta llegar a todos los colegios de la ciudad, públicos y concertados. 

En los primeros años Delgado tenía su jornada al cien por cien dedicada al Centro de Formación de Cruz Roja, por lo que «pasaban» por sus manos 3.000 niños al año y «se hacían talleres desde tercero hasta sexto de Primaria, y también en Infantil». Nunca ha estado sola. Agradece el apoyo y la labor de los voluntarios. 

Llegó un momento en que su cuerpo le pidió un respiro y le surgió la oportunidad de trabajar como médico en el Centro de Reconocimiento de Cruz Roja. No quería dejar la docencia en las aulas ni abandonar los talleres, así que optó por complementar el trabajo de bata blanca con el de chaleco rojo y mantener el taller de afectividad y sexualidad en cuarto y sexto de Primaria. Ahora, «unos 1.100 niños reciben esta formación a lo largo del curso escolar». 

«aprendo todos los días». Es incapaz de distanciarse de esta actividad que tanto le aporta. Porque es «satisfactoria», «muy enriquecedora», «siempre aprendes», destaca, al tiempo que alude también al taller de padres que celebra previo al de los niños y que es «especialmente interesante». «Hacemos el mismo taller y es muy enriquecedor para que la formación sea integral, para que estemos toda la comunidad educativa involucrados en este proyecto», recalca. «La idea que he tenido siempre con este proyecto es que estemos todos juntos, que padres, alumnos, educadores, profesores... vayamos siempre hacia un objetivo común  y tengamos todos claro la formación y las metas que queremos obtener», añade. Por ello, sentencia, «estoy muy orgullosa con esta actividad». 

superinformación. «Sin lugar a dudas, los niños de hoy en día maduran muchísimo antes que los de antes, en todos los niveles», apunta sobre cómo ha cambiado la sociedad en estos 20 años.«Se ha adelantado la edad en todo muchísimo» y eso es «verdaderamente preocupante», asume Delgado, que ha ido adaptando los talleres a las necesidadesde de cada momento. No en vano, puntualiza, «cada grupo es diferente». 

El por qué de este cambio es casi una obviedad. Con la sociedad de la información, «hay una superinformación que puede ser maravillosa, o verdaderamente perversa». Por ello, su labor está clara: «Ellos tienen una superinformación pero muy desordenada. Yo intento recoger esa información que tienen y ordenarla. Poner cada cosa en su ‘cajón’».