El Gobierno de EEUU prohibió ayer los cruceros a Cuba y restringirá las visitas culturales de los ciudadanos estadounidenses, en un nuevo intento por asfixiar a la economía de la isla y responder a su «papel desestabilizador» en Latinoamérica. Estas medidas endurecen el embargo comercial al régimen comunista y buscan presionar a La Habana para que retire su apoyo al presidente venezolano, Nicolás Maduro.

En un comunicado, el Departamento de Estado aseguró que el objetivo es acabar con el «turismo velado» que, a su juicio, «ha servido para llenar los bolsillos de los militares cubanos, que son la misma gente que apoya a Maduro en Venezuela y que reprime al pueblo cubano en la isla».

Así, desde ayer están prohibidos los viajes culturales y educativos de contacto con el pueblo cubano, conocidos en inglés como people to people y que permitieron a miles de estadounidenses visitar la isla tras el deshielo iniciado en 2014 por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

Por regla general, los norteamericano tienen prohibido hacer turismo en Cuba, pero hasta ahora podían viajar si cumplían con algunas de las 12 categorías existentes: visitas gubernamentales, actividades de medios de comunicación o centros de investigación, proyectos educativos, religiosos y médicos, entre otros. Ahora, esas categorías quedarán reducidas a  debido a la eliminación de la clasificación people to people.