Los 'karoshi' españoles

María Jesús Álava
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Con este término reconocen en Japón a las personas que mueren por exceso de trabajo. Aquí no se llega a ese punto, pero sí al abuso horario

El término karoshi es el utilizado por el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar de Japón para reconocer las muertes por sobrecarga de trabajo. Son personas que pueden hacer jornadas de 12 o más horas y que acumulan hasta 100 horas de trabajo extra al mes.

En contra de lo que pudiéramos pensar, no se trata de un hecho infrecuente en nuestro país. Este es un fenómeno que pudo incrementarse en los años de crisis, pero hay sectores donde el exceso de horas de trabajo se ha convertido en algo habitual, y todo, a pesar de las graves consecuencias que entraña para el trabajador, y no solo para su seguridad física, también para su equilibrio emocional.

 

¿En qué sectores se da más el exceso de trabajo?

Se piensa que afecta especialmente a las pymes, autónomos y puestos de responsabilidad, entre los que se incluyen los llamados microgestores, pero también se da mucho en consultoría o en grandes despachos profesionales, con jornadas de más de 12 y hasta 14 horas y con épocas donde incluso trabajan los fines de semana. Seguro que hay muchos trabajadores, de todas las edades, pero también personas jóvenes, que viven una auténtica esclavitud en el trabajo.

 

El peligro de la no desconexión.

Cada vez son más las personas que sienten invadidos sus tiempos personales; reciben correos o llamadas en su teórico tiempo de descanso y les resulta muy difícil negarse a una práctica tan extendida en sus organizaciones.

Según constatan los técnicos de prevención de riesgos, este es un hecho que cada vez se extiende más. Con el nuevo concepto de flexibilización en el trabajo, muchísimas personas nunca desconectan, y eso hace que sean muy vulnerables a los problemas de salud física y emocional. Muchos profesionales trabajan, además, interconectados con diversos países y continentes, con diferencias horarias que a veces implican jornadas interminables, tanto en número de horas, como en la intensidad del trabajo.

 

¿Cómo nos afecta la sobrecarga en el trabajo?

A cada persona le puede afectar de una manera diferente, pero está claro que si no tienes tiempo para ti, que tus jornadas son maratonianas, que llegas a casa y sigues conectado, que comes rápido y mal, duermes poco, no haces ejercicio, sientes que no puedes implicarte en tu vida familiar y personal…, eso, más pronto que tarde, conlleva consecuencias tanto físicas como emocionales. 

Los accidentes en el trabajo se incrementan, como se incrementan los fallos en la seguridad, los accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares… Al final, cada persona tiene su talón de Aquiles y lo acusa de múltiples formas.

Desde la psicología, la constatación es clarísima. En nuestro centro hemos hecho numerosos estudios, que nos demuestran que más del 40 por ciento de los casos de estrés, ansiedad, insatisfacción vital, adicciones… se deben al exceso de trabajo y a la falta de equilibrio entre la vida personal, profesional y familiar.

 

Principales conclusiones

Está comprobado que el exceso de horas y de dedicación en el trabajo repercute en la salud física y emocional de los trabajadores y su incidencia va más allá del ámbito laboral, también afecta a las principales esferas de su vida: pareja, hijos, familia, amigos…

Entre los efectos más directos, está que la persona pierde el control de su vida y comienza una carrera con consecuencias muy nefastas. Con frecuencia siente un cansancio permanente, que le influye a nivel físico y emocional. Las somatizaciones son cada vez más frecuentes.

Emocionalmente, la persona se instaura en un pesimismo y un negativismo tan intenso que, con frecuencia, le lleva a la frustración, al conflicto y a crisis depresivas y de ansiedad.