En busca del 'oro negro' soriano

Ana Pilar Latorre
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La temporada ha comenzado y se espera que las bajas temperaturas aporten un mayor aroma durante estos días. El presidente de la Asociación de Trificultores de Soria analiza las claves del sector

En busca del 'oro negro' soriano

La temporada de recogida de trufa ya ha comenzado en la provincia, «desde mediados de noviembre en plantaciones y desde el uno de diciembre en campo». El presidente de la Asociación de Truficultores de Soria, Antonio García, avanza a El Día de Soria que «está un poco inmadura todavía, va con algo de retraso con respecto a otros años», tal vez por el calor que hizo en octubre. Ahora las temperaturas acompañan porque hace frío, por lo que confía en que esta semana «pueda coger algo más de aroma».

«La producción está condicionada al riego» y en superficie «cada año se va plantando algo más y van entrando poco a poco» porque «se obtiene una producción significativa de ocho a diez años desde que se inicia la plantación». Las producciones en bosque son una mínima parte en comparación con las plantaciones, que sin embargo no alcanzan el volumen de las de Teruel, donde se multiplican en los últimos años. 

La asociación, con unos 50 miembros, mantendrá un encuentro a principios de año. Son truficultores de distintas zonas, ya que «está muy repartido, hay más dispersión que en provincias». Son pocos los que se dedican solo a ello y suelen optar a la vez por planta forestal, mientras que la mayoría tienen otras ocupaciones. El perfil más frecuente corresponden a los que «se dedicaban a la trufa de manera tradicional y después empezaron  a cultivar. Poco a poco se han ido icorporando agricultores y gente de fuera que ha conocido esta opción de cultivo a través de las ferias». En Soria ha habido una menor inversión de personas ajenas al sector en comparación con otras provincias. 

Sobre la inversión, «depende de varios factores, sobre todo del número de hectáreas». «Es costoso porque necesitas la tierra, aunque puede haber un agricultor que la tiene en terrenos que no producen mucho. No es tan fácil como se piensa...», apunta. En Soria, la finca más extensa es la de Arotz y se remonta a los años 60. «Está ampliando superficie, replantando e instalando riego», añade.

estudio exhaustivo. Los truficultores esperan aconocer el estudio que está realizando la Asociación Forestal de Soria (Asfoso), que se presentará probablemente en la Feria de la Trufa de Abejar. «Esperemos que arroje un poco de luz» para promover y poner en valor este cultivo, indica Antonio García. 

Por su parte, Pedro Medrano, gerente de Asfoso, adelanta que a través de este estudio desarrollado durante 2021 se podrá conocer el tamaño medio de las explotaciones, los costes de producción, los kilos que se producen y la previsión para los próximos años... «Será de interés porque va a ofrecer una radiografía del sector trufero en la provincia, tanto en producción como para hacer una reflexión sobre el apoyo a nuevas plantaciones o aspectos de comercialización», apunta. También reconoce que «Aragón juega en otra división» por los pasos que se han dado.

vuleve la feria. La Feria de la Trufa de Abejar regresa en febrero, algo que ven con muy buenos ojos desde la Asociación de Truficultores. «Es muy importante a nivel de divulgación, ha dado a conocer la trufa y ha permitido incorporaciones al sector, además de promocionar su consumo, ya que la trufa era un poco desconocida en Soria, incluso en las zonas productoras», expone.

Respecto a la Mesa de la Trufa, con representación del sector y las administraciones, «hace tiempo que no se ha convocado, desde primavera», pero los truficultores confían en que se vaya avanzando en sus principales reivindicaciones, como la marca de calidad. «En otros sitios ya la tienen, como Aragón», añade. «Es un proceso complejo, porque hay que decidir quien lleva la titularidad de la marca, esa responsabilidad», aquí en Soria se valoró que fuera Diputación y también se pensó en los propios truficultores. Pero ahí se quedó el tema, «hay unas cuestiones necesarias para el desarrollo». La marca de la Trufa de Aragón se desarrolla a través del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).

Sobre la diferencia de la trufa soriana y aragonesa, «Soria ha sido pionera en determinados aspectos y tiene un nombre, es una trufa de calidad como muchos otros productos (manzana, viñedos, setas...) por características como la altitud de los terrenos, los contrastes térmicos...». «Tenemos buena trufa, es verdad, lo que pasa que en Soria se ha explotado menos. Soria y Huesca fue donde se dieron a conocer las trufas. Pero tiene ese marchamo, igual que se vincula a las setas, y calidad», añade el truficultor. 

Los truficultores de Soria venden en su mayoría a distribuidores, aunque otros también directamente a restaurantes o tiendas. «Lo más normal es ir a un mayorista que hace compras semanales, que venden a Italia o Francia». En Soria no hay un mercado, mientras que en Teruel lo hay semanal, con compradores a todos los niveles, incluso de Francia. De ahí, una parte va para la industria y orta parte para el mercado fresco. Igualmente, quiere dejar claro que muchos productos con trufa «son un fraude», porque llevan aroma de trufa, un producto químico derivado en el mejor caso de un producto natural. «Se usa la química para aromatizar cualquier cosa, lleva de todo menos trufa.