La colección etnográfica del Numantino

Benito Arnáiz (Etnógrafo)
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Es la gran desconocida pero ofrece numerosas posibilidades a medio plazo

La colección etnográfica del Numantino

Arado, trillo, yugo, coyunda, hoz, dalle, zoqueta, bieldo, colodra, cedazo, escriño, duerna, gamella, almohaza, jamuga, enjalma, serón, alforja, angarilla, esquila, cencerro, agramadera, espadilla, rueca, huso, carda, devanadera, urdidor, telar, odre, llar, trébede, morillo, jubón, saya …, son nombres que denominan a algunos de los bienes culturales, catalogados como etnográficos, que se custodian en el Museo Numantino de Soria.

Y a estos nombres se pueden vincular verbos como arar, trillar, uncir, segar, beldar, acarrear, agramar, espadar, cardar…, todos ellos asociados a labores, oficios, tareas y conocimientos que han sido habituales hasta hace unas décadas y hoy en día se refugian en la memoria de algunas de las personas mayores, en libros etnográficos y en los diccionarios de la lengua española.

El Museo Numantino, que en este año ha cumplido el centenario de su inauguración, conserva como Museo Provincial, además de los objetos culturales originarios de las ciudades de la antigüedad – Numancia, Tiermes, Uxama… -, de asentamientos y edificios históricos procedentes de excavaciones en núcleos urbanos actuales, de yacimientos arqueológicos de toda la provincia desde el Paleolítico al siglo XX y de enclaves paleontológicos, una numerosa colección de bienes etnográficos procedentes de más de cincuenta localidades de la provincia. Al conjunto de estos bienes les denominamos bienes culturales o bienes integrantes del patrimonio cultural. Y este apelativo implica que son creaciones, útiles o enseres que han sido elaborados y utilizados en una época histórica y, en consecuencia, refleja los modos de vida, los trabajos o las creencias, deseos o anhelos de una grupo social en un territorio y en un momento determinado. 

Todos estos objetos o bienes, han tenido una función y uno o varios usos, ya sean prácticos o simbólicos. Al recogerlos, depositarlos y conservarlos en el Museo reconocemos, como sociedad, su valor cultural. Esta representatividad cultural es analizada por investigadores profesionales que proporcionan, a través de su estudio, su datación cronológica, su información documental y su significado dentro de un contexto socio-cultural y de un espacio territorial. Sus conclusiones permiten entender y explicar la diversidad de las culturas de los grupos humanos que se han sucedido a lo largo del tiempo. 

La colección etnográfica. En los años sesenta del siglo XX se inició la recopilación de bienes etnográficos de la mano de Teógenes Ortego Frías que reunió una colección heterogénea de aperos agrícolas y ganaderos, producciones artesanales y creaciones pastoriles, estos últimos estudiados de forma monográfica. Este interés por los objetos de la sociedad agroganadera de la provincia de Soria, en proceso de cambio por las innovaciones tecnológicas, se incrementó durante el periodo de dirección del Museo Numantino de J. L. Argente Oliver (1974 - 1998). En los años setenta y ochenta del siglo XX se produjo un amplio número de pequeñas donaciones, sobre todo de útiles relacionados con trabajos agropecuarios y de enseres de ámbito doméstico reunidos en el ámbito familiar. 

La valoración por el patrimonio etnográfico y por su documentación se refleja en la adquisición de colecciones temáticas - alfarería, cestería y cerería – y en el montaje de exposiciones monográficas. Así el Museo Numantino organizó en el Palacio de la Audiencia el montaje expositivo titulado La cerámica tradicional en Soria, ayer y hoy de una realidad artesana, celebrada en el año 1994; esta actividad conllevó la adquisición de producciones alfareras antiguas y de nuevos alfareros junto al encargo de piezas específicas a los últimos ceramistas tradicionales. Esta exposición completó, con una visión provincial, otra anterior organizada en el año 1979  sobre la producción alfarera de la localidad de Tajueco. Años más tarde con el cierre del taller de cerería de la localidad de Pozalmuro se realizó un trabajo de documentación tras la donación de piezas por parte de sus propietarios, con las que se instaló una exposición en el Museo Numantino en el año 1992, acompañada con demostraciones de diversos procesos artesanales y una publicación que recopila el catálogo de las piezas de este taller. En los últimos veinte años, con la dirección de E. Terés (1999-2018) y M. Arlegui (a partir de 2018), se han  producido diversas donaciones de indumentaria tradicional, aperos agrícolas y ganaderos, mobiliario y útiles domésticos y, entre los últimos documentados, un nuevo conjunto bien documentado, procedente de un taller de cerería de la localidad de Ágreda.

El número total de bienes culturales de carácter etnográfico custodiados en el Museo Numantino supera los dos mil. De ellos sobresale la colección de alfarería, con más de cuatrocientas obras, procedentes de alfares históricos ya desaparecidos: Ágreda, Almazán, Boos, Deza, Quintana Redonda, Soria y Tajueco. Entre ellos destaca la representación de Tajueco, Quintana Redonda y Almazán. Los objetos domésticos, con unas cuatrocientas piezas, están representados por pequeños útiles de cocina, elementos de vajilla, recipientes diversos, mobiliario y algunos elementos constructivos. Los aperos agrícolas y ganaderos corresponden a los trabajos de cultivo de la tierra, recolección, trilla, transporte, almacenaje, así como al aparejo para el ganado, correajes, cabezales, yugos, sillas o alforjas. De algunos oficios especializados se ha efectuado una valiosa labor de adquisición y donación, destacando las colecciones de cerería de Pozalmuro y Ágreda. Otros oficios artesanales o domésticos están bien representados, como los referidos a la actividad textil o la carpintería; otros  tienen una presencia más reducida como las herramientas de forja o de zapatería. Por su valor simbólico y representatividad cultural hay que reseñar la artesanía pastoril, con un conjunto de colodras o cuernas decoradas que dan testimonio de la importante dedicación ganadera de la provincia de Soria.

El reto de futuro. La colección etnográfica del Museo Numantino, en gran parte desconocida y parcialmente expuesta en años anteriores, ofrece numerosas posibilidades para desarrollar en el futuro a medio plazo actividades expositivas y didácticas. La limitación de superficie del Museo Numantino, como la de tantos Museos, no permite exponer de modo permanente la colección de los bienes culturales etnográficos que custodia de modo que en la actualidad el Museo cumple la obligación de conservar e investigar dichos fondos.  Los fondos etnográficos necesitan un espacio considerable para su exposición, no solo por el tamaño de algunos de ellos sino, sobre todo, porque aquí la contextualización de los objetos es imprescindible.

Sabemos que el Museo tiene el proyecto de realizar con regularidad exposiciones temporales que puedan mostrar este importante patrimonio soriano que con planteamientos actuales y renovadores, analicen, reflexionen y expliquen la diversidad cultural de su entorno territorial, la pervivencia de manifestaciones culturales y la asignación a las mismas de nuevos significados. De este modo consolidará su función de   ser un instrumento para reflexionar sobre este legado cultural y su aportación al presente, debatir y confrontar experiencias vitales diferentes, en las que se expresen emociones e identidades formadas en contextos históricos diversos, lo que, sin duda, contribuye al diálogo social y  permite comprender los aspectos que integran la cultura.