Las caras de los jugadores del Río Duero Soria no tienen nada que ver con las de la semana pasada. Con la permanencia sellada se han liberado de una tensión acumulada al quitarse el peso de un posible descenso que hubiese dado al traste con 31 años consecutivos en la Superliga. Ahora afrontan el partido ante Palma con la idea de salir a disfrutar e incluso subir una posición en la tabla para terminar octavos. Lo harán con pocos jugadores pero sin más presión que la de disfrutar, "es el momento de dar una oportunidad a aquellos que trabajan mucho a diario pero no cuentan con tantos minutos", comenta Manuel Sevillano.

Se pondrá así el cierre a una complicada temporada que el propio Manuel Sevillano reconoce como "mala, y más si tenemos en cuenta los objetivos que nos marcamos en septiembre". En verano tocará hacer borrón y cuenta nueva para afrontar la trigésimosegunda temporada del voleibol soriano en la élite.