La ocupación hospitalaria tiene una tendencia fluctuante a lo largo del año, condicionada fundamentalmente por dos factores durante los meses de invierno: la propensión a la descompensación de pacientes crónicos y la mayor incidencia de enfermedades infecciosas, con una especial relevancia en los periodos epidémicos del virus de la gripe.

Durante estos meses aumenta la actividad asistencial, conllevando un incremento de las atenciones en los servicios de urgencias y de las hospitalizaciones.

Los factores indicados ocasionan que en el Complejo Hospitalario de Soria, como ocurre en todos los centros hospitalarios de nuestro país, existen periodos de máxima ocupación hospitalaria, fundamentalmente de enero a marzo; de mínima ocupación, de finales de junio a finales de septiembre; y de ocupación intermedia, en el resto de los meses. En un complejo hospitalario como el de Soria, con una buena dotación de camas entre los dos hospitales, la ocupación en estos periodos invernales puede acercarse al 100 %, a pesar de que en verano esta cifra se sitúa en el 60 %.

Para evitar que, en periodos puntuales, la demanda de camas alcance la capacidad de los hospitales, e incluso que la supere, la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria ha establecido un ‘Plan de contingencia ante situaciones de incrementos de demanda de hospitalización’, que viene realizando hace varios años y que para 2020 aprobó en el mes de diciembre del pasado año.

En él se plantean una serie de medidas, tanto en los hospitales como en Atención Primaria, de incremento de recursos y camas hospitalarias, pero también de definición de procedimientos asistenciales y de tratamiento y aislamiento de enfermos ante situaciones epidémicas. El incremento total de camas hospitalarias podría superar el 10 % sobre la capacidad total del complejo hospitalario.