La derrota frente al Teruel se esperaba pero desde luego el Río Duero no quiso regalarla, el líder no lo tuvo nada fácil para lograr esa victoria por tres sets a uno. Según Ignacio Sánchez, su objetivo era plantar cara y "no bajar los brazos" y a pesar de un primer set en el que apenas pudieron marcar 13 puntos frente a la fortaleza turolense, el ritmo aumentó según avanzó el partido, algo que se notó especialmente en un intenso e igualado segundo set en el que el Río Duero llegó hasta los 27 puntos gracias a mantener la cabeza fría.
Así, las sensaciones son positivas y afrontan con ganas el próximo encuentro, que será en casa frente al Melilla, este sábado a las 6 de la tarde.