"Se nos está utilizando a nivel político"

Nuria Zaragoza
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Son dos de las caras visibles del movimiento feminista en Soria. hacen balance para El Día de Soria de un 2018 histórico y alertan sobre los riesgos de retroceso en los derechos de las mujeres

"Se nos está utilizando a nivel político" - Foto: Eugenio Gutierrez M

S egún el último barómetro del CIS, casi nueve de cada diez españoles opinan que queda mucho por hacer para lograr la igualdad entre hombres y mujeres y casi la mitad considera que movilizaciones como las del 8 de marzo son necesarias para fortalecer las reivindicaciones sobre las libertades y los derechos de las mujeres. Gema Coronel del Río y Ana Latorre Cristóbal, dos de las integrantes de la Asamblea Feminista de Soria, analizan la situación en la provincia.

¿Por qué es necesario el 8M? ¿Y por qué es necesaria una huelga?     Gema Coronel del Río: Porque hay una mayoría que percibe que, evidentemente, no hay una igualdad real y hay que reivindicarlo y seguir luchando por ello, y visibilizarlo. Aunque se pueda trabajar en otros ámbitos, salir a la calle creo que visibiliza los problemas. Pero el 8M es también algo festivo, para afianzar lo que hemos conseguido y celebrar que lo tenemos.

Ana Latorre Cristóbal:Simone de Beauvoir decía que los logros de los derechos de las mujeres no se consiguen para siempre, sino que hay que seguir reivindicándolos porque, si no, puede llegar otra oleada, como nos está pasando en este momento, y que volvamos atrás y perdamos los derechos. Entonces, no podemos dejar de estar ahí en la calle en un día que es festivo y, al mismo tiempo, reivindicativo en lo que son los derechos civiles, sexuales, económicos, laborales, reproductivos de las mujeres.

El año pasado marcó un punto de inflexión. ¿Qué ha cambiado desde ese 8M histórico? 

A. L.:El año pasado confluyó una movilización mundial. Todo empezó en Argentina con el asesinato brutal de Lucía Pérez. Las mujeres argentinas y del continente empezaron a levantar la voz y fue el detonante. Eso pasó a los países de la zona del Caribe y de América del Sur, y ahí se sumó también el movimiento ‘me too’ en Estados Unidos, con los escándalos sobre acoso a mujeres del mundo del cine. Se sumaron también las voces de África y Asia, y confluyó desde diferentes movimientos en la huelga general, que fue lo inédito del año pasado, crear una huelga de mujeres bajo el lema ‘si nosotras paramos, se para el mundo’. ¿Qué ha cambiado? Yo creo que este año seguimos todas en la lucha pero ha cambiado que, como han visto tenemos mucha fuerza, se nos está utilizando a nivel político. 

El año pasado después de la huelga todas las corrientes políticas empezaron a sensibilizarse sobre temas de género, sobre el feminismo. Pero este año, sin embargo, nos están utilizando y nos están embarrando el terreno y cambiando los discursos. El año pasado todo el mundo era feminista. Este año «soy feminista pero a mi manera», y eso es lo que no vale. Si eres feminista eres feminista para defender los derechos de las mujeres. Y los derechos de las mujeres ya decimos nosotras, las mujeres, cuáles son. 

G.C.: Las diferentes corrientes políticas ponen adjetivos al feminismo [como feminismo liberal] y ahora parece que algunos partidos enarbolan ellos el feminismo. Al feminismo no hay que ponerle adjetivos, porque ya hay una definición clara. 

Los partidos políticos centran su mensaje en las mujeres, para no descolgarse del 8M y porque estamos en el marco de un proceso de elecciones. ¿Se está utilizando el feminismo para hacer campaña? 

A.L.:El año pasado después del 8 de marzo todas las corrientes políticas apoyaron las reivindicaciones de género. Este año son las mismas pero, sin embargo, hay corrientes que están utilizándonos para hacer reivindicaciones, pero como con filtros. «Esto sí, pero a mi manera». Y por ahí es por donde no pasamos. Se nos está utilizando, sobre todo, por una corriente que viene de la derecha y del centro. 

¿Y qué papel debe jugar la política en el movimiento feminista? ¿Sería interesante poder alcanzar un acuerdo para que no hubiera esa utilización?

G.C.:Claro, sería lo mejor. 

A.L.: El problema es que es muy difícil ponerse de acuerdo con quien no se quiere poner de acuerdo. Hay corrientes políticas que no quieren asumir que somos iguales. De hecho, si oyes las declaraciones de Vox, cualquier mujer tendría que echarse las manos a la cabeza. Lo que están queriendo hacer estas nuevas corrientes reaccionarias es insultarnos con el término ‘feminazi’, cuando lo que estamos defendiendo es la igualdad entre hombres y mujeres. ¿Quién está en contra de la igualdad? No les gusta que estemos en la calle. 

G.C.: También creo que este tipo de corrientes lo que pretenden es hacer un poco de ruptura dentro del feminismo. El año pasado salimos todas a la calle, daba igual que fueras rubia, morena, de derechas, de izquierdas... Y,con esto, como pilla además en precampaña, percibo que nos están intentando separar. 

A.L.: Están dejando a mujeres fuera. El año pasado estábamos todas, y fue una gozada porque salieron a la calle también mujeres que a lo mejor nunca habían salido antes, y también nos acompañaron hombres. Eso fue lo potente del año pasado. 

Ahora, dicen que «no están a favor del feminismo sino de ser femeninas», que «las feministas nos quieren quitar nuestra importancia como madres, como parejas...». No es así. Nosotras no negamos, tú eliges con tu vida si eres madre, si tienes pareja, quién quieres ser o quién no. Nosotras lo único que queremos es poder vivir en sociedad en igualdad de condiciones. 

Mencionaban antes el peligro de dar un paso atrás... Algunos partidos han replanteado de nuevo el debate sobre la Ley de Violencia de Género y sobre la Ley del aborto. ¿Hay una ofensiva ideológica por modificar y limitar las conquistas de las mujeres?

G.C.: Creo que sí. Con los años que tengo, a mí es cuando más miedo me da. Las mujeres hemos ido adquiriendo derechos y yo veo peligrar mis derechos según quien legisle, y me da miedo. Por mí, y por mis hijos y por mis hijas. 

A.L.: Y luego es una irresponsabilidad negar la violencia de género. Desde el 2003 que se empiezan a recoger los casos de violencia hacia las mujeres ejercidos por sus parejas o exparejas suman casi un millar, es una barbaridad, y no es una violencia que se produzca porque sí, es el último eslabón de la sociedad machista, de la sociedad patriarcal, que educa de diferente manera. Por supuesto y afortunadamente ha habido cambios, pero de fondo sigue que nuestro papel es un papel de cuidados y el del hombre de trabajar fuera de casa, y eso está ahí. Las excedencias para los cuidados las seguimos cogiendo nosotras -aunque afortunadamente hay parejas que se van incorporando-, y por ahí va parte de los ejes centrales de la huelga. Apoyamos una corresponsabilidad en el tema de cuidados y el hogar. 

No obstante, no solo es política. La asociación HazteOir.org ha arrancado de nuevo su autobús contra el «feminismo radical». ¿Se han radicalizado también los mensajes contrarios el feminismo a nivel social?    

G.C.: Lo de ‘feminazis’ también es otro adjetivo, y el feminismo no es nazi, es todo lo contrario. Es imposible. A la gente se le influye mucho y nos quedamos mucho con los titulares, con lo de arriba, pero sin profundizar. No nos han enseñado a ser críticos... 

A.L.: Y lo que está ocurriendo es que están vendiendo, están contando algo de nosotras que no es real. Si te dicen que estas mujeres están agrediendo a los hombres por el hecho de ser hombres y obligando a las mujeres a no ser madres, a no tener pareja... pues la gente se hace una idea confundida. Nosotros no decimos eso. Se inventan una realidad contra el feminismo y ¡claro que la gente reacciona contra esa realidad! Pero es que están mintiendo y están tergiversando la realidad. Por el hecho de ser mujer todas somos feministas porque ¿quién no reivindica igualdad? 

La Fundación del Español Urgente (Fundéu) tuvo que recordar que el término «feminismo» no es antónimo de «machismo», sino el «principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre», como recoge la Real Academia Española. ¿Se utiliza el término erróneamente de forma intencionada para generar oposición?

G.M.:Sí. Y creo que hay gente a la que le repatea que lo que se pide con el feminismo, que es la igualdad, se llame feminismo. 

A.L.:Siempre hay que recordar que el antónimo de machismo es hembrismo, y nosotras no somos hembristas. Estamos hablando de género, no de sexo, y el machismo es una construcción social basada en una superioridad. Las primeras feministas se definieron como tal porque necesitaban romper todo lo que les estaba oprimiendo y todas esas cadenas que no les permitían votar, abrir una cuenta corriente, salir del país... sin el permiso de sus padres o maridos. De ahí vienen los términos feministas. Y yo creo que, por ser justas con todas esas mujeres -que algunas han muerto defendiendo la igualdad-, es una irresponsabilidad que haya partidos y corrientes reaccionarias que nos estén insultando directamente. 

G.M.:Se está embarrando mucho y a la opinión pública le llegan mensajes mezclados. Por ejemplo, antes hablaba con tres chicos que aparentemente apoyan las manifestaciones, apoyan la igualdad, pero me decían que ven demasiadas corrientes y contradictorias. Entonces, yo creo que están embarrando las cosas, porque no hay corrientes contradictorias. 

Dentro del feminismo hay gente que quiere ser madre, gente que no, que quiere pareja, que no... Porque tener unos derechos no te obliga a ejercerlos. Yo puedo hacerlo, o no. 

A.L.: Y están siempre con el mensaje de que estamos en contra de los hombres. Nosotras no estamos en contra de los hombres, estamos en contra de los asesinos y los maltratadores. 

G.C.: Es que nosotros queremos que los hombres sean compañeros.