Los trabajos de prospección se justifican por ser un proyecto sometido a Evaluación de Impacto Ambiental y el objetivo es valorar el grado de incidencia sobre el patrimonio arqueológico y etnológico, de acuerdo con lo contemplado en el artículo 30.1 de la ley 12/2002 de Patrimonio Cultural, estableciendo en su caso las oportunas medidas de protección o documentación.
El proyecto prevé la construcción de tres naves, con las instalaciones complementarias y vallado, así como una balsa de purines, ocupando una superficie de 972,75 metros cuadrados. Para ello se llevará a cabo previamente la prospección arqueológica intensiva y de cobertura total en el ámbito de afección del proyecto.
No no hay ningún Bien de Interés Cultural (BIC) en un radio de tres kilómetros. Los BIC castillo de Gormaz y la ermita de San Miguel se sitúan a 4,4 kilómetros, la atalaya de Mosarejos a cuatro kilómetros y la atalaya de Nograles a 5,9 kilómetros, por lo que a priori no se producen afecciones indirectas sobre dichos elementos.