Luthier o el arte de 'revivir' guitarras y bajos

Ana Pilar Latorre
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A Nacho Morán este hobby se le ha ido de las manos, ya que le dedica muchas horas. A él le apasiona y entretiene: todos instrumentos tienen arreglo

Luthier o el arte de 'revivir' guitarras y bajos

Un luthier, lutier, laudero, lutero o violero? es una persona que construye, ajusta o repara instrumentos de cuerda frotada y pulsada. Nacho Morán asegura que él no los es, porque solo los arregla y no los crea de cero, como sí hace Thomas Holt Andreasen, un prestigioso y cotizado luthier danés de guitarra española formado en Granada con los mejores maestros y que reside desde hace unos años en Espejo de Tera.  

Para Morán, trajinar con estos instrumentos, destriparlos y volver a montarlos para que queden como nuevos es un hobby que se le ha ido de las manos. Lo cierto es que muchos músicos sorianos recurren a él e incluso tiene lista de espera. Trabaja como ingeniero y es padre de familia, por lo que dedica a esta afición parte de su tiempo libre, principalmente por las noches.     

Este músico zamorano afincado en Soria toca la guitarra desde hace muchos años, se formó en el conservatorio y montó un grupo de rock en Zamora, llamado Bijou, que vendió discos en México, Francia,Estados Unidos... «Estuvo bien», recuerda, y, «aunque nos ofrecieron cosas guays, decidimos seguir con los estudios de ingeniería industrial». Cuando terminó la carrera estuvo trabajando en distintos lugares, como Albacete y Segovia, hasta llegar a Soria.

Interesado en los instrumentos de cuerda, cuando su familia se iba a dormir aprovechaba para desarmarlos totalmente y volverlos a montar una vez reparados o, por ejemplo, ajustarlos porque llevaban mucho tiempo sin tocarse. «Me fui juntando con muchas guitarras y amplificadores», explica. Mateo García Pérez, de la escuela de música Cajón Desastre,  comenzó a pedirle reparaciones de guitarras, ajustes...

Insiste en que no es luthier, ya que no construye guitarras porque no se ha formado para ello y no tiene instrumental para hacerlo, sino que repara y aconseja, porque se considera un «friki» y mucha gente le pide opinión a la hora de comprar un instrumento. «Es un sueño poder crear una desde cero... Lo que pasa es que tienes que tener una máquina de control numérico. Hacer una guitarra parece fácil pero no lo es, no es coger un trozo de madera y cortarlo», comenta deseando cumplir el propósito cuando se jubile. 

un lugar. Al tiempo, conoció la galería Arte 64, en la avenida de Valladolid, y se animó a formar parte de este espacio cultural. Ahora está reparando muchos instrumentos, entre ellos un bajo de luthier que ha examinado antes para después reparar los trastes, la electrónica... «Lo que más se estropea son los trastes, porque no se limpian, y la humedad y el sudor de las manos los deterioran mucho.Las cuerdas se quedan negras y al final los trastes se acaban como oxidados con el roce. La cuerda no reacciona y la guitarra no suena bien», detalla el reparador-luthier.

En su «cubículo» de trabajo intenta dejar como nuevos los instrumentos, principalmente guitarras y bajos eléctricos, pero también amplificadores a pequeña escala. «Todo se puede arreglar en estos cacharros, todo», indica. En su taller hay amplis, pedales, cuerdas... ha comprado y vendido un montón de piezas e instrumentos. En cuanto a su herramienta, tiene una especial para limar trastes, para comer y coronar el metal a su ritmo. Otra diferencia es que «los luthier expertos trabajan mucho más rápido porque cobran por horas». Reconoce que también fabrica él mismo muchos utensilios y nos muestra otra herramienta para saber si un traste está recto o no, como un nivel, aunque él suele trabajar mucho a ojo. 

El reparador explica que hace «un completo» a guitarras y bajos que le llegan, ajustarlos puede costar unos 30 euros y dejarlos perfectos algo más. Destripa el instrumento entero, que es lo que no hace nadie, y se afana en limpiar óxidos para que queden como nuevos, lo que puede costarle incluso toda una noche. Tiene más de 30 guitarras suyas que las tiene por hacer, porque no le da tiempo.

Muchos músicos que hay en grupos locales acuden a Nacho Morán. «En Soria hay muy buena gente tocando, a nivel musical. Hay un montón de grupos buenos, como Blues Deluxe, Vanessa & The Criminals... Está muy bien», apunta haciendo referencia a la variedad de estilos. También hay mucha afición de gente que aprende a tocar. Ahora tiene lista de espera: un bajo de los Trócolos, una acústica, una bandurria o un laúd...

Su prioridad es su trabajo como ingeniero y su familia, pero en cuanto puede se escapa al taller, sobre todo por las noches, cuando se concentra en el entramado de instrumentos. Agradece especialmente a su mujer el poder dedicarle tiempo a esta afición.