El porcino produce más de 700.000 metros cúbicos de residuo

Ana I. Pérez Marina
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Las granjas generan purines para abonar el 40% de la superficie agrícola de Soria

El porcino produce más de 700.000 metros cúbicos de residuo

La cabaña porcina en Soria (a 1 de enero de 2020, según datos del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería) superó las 486.000 cabezas de ganado. La expansión del porcino va en paralelo a la gestión de los purines. Así las cosas, si un cerdo cebado de 120 kilos produce un metro cúbico de purín en su vida (suele estar en torno a los ocho meses) el año pasado se generaron más de 700.000 metros cúbicos de purín. Es una estimación, ya que en el censo se han incluido las cerdas reproductoras, cuya supervivencia se sitúa entre los dos y tres años. 

Tal y como indican los estudios que maneja la Federación de Asociaciones de Productores de Ganado Porcino de Castilla y León (Ferporcyl), que preside Miguel Ángel Ortiz, también representante de Asociación Provincial de Productores de Ganado Porcino (Aporso), las cuatro millones de cabezas de ganado porcino contabilizas en la Comunidad autónoma produjeron 7.671.393 metros cúbicos de purín (6,9 toneladas) en 2019, por lo que la media es de 1,7 metros cúbicos por animal. En este caso, si se aplica esta media al censo porcino soriano, la cantidad de residuos porcinos generados supera los 800.000 metros cúbicos anuales.

Una cantidad asumible, tal y como defiende el presidente de Aporso. Ese purín sería suficiente para abonar en Soria el 40% de la superficie cultivable. «Si en Castilla y León estamos hablando de un 20%, aproximadamente, en Soria es un 40%, tenemos mucho recorrido, tenemos todavía un 60% donde aprovecharlo», resume Ortiz.

A su juicio, los argumentos en contra de la expansión del porcino que se difunden están «obsoletos» y advierte de que apenas se problemas por la aplicación de purines. «Una actividad como esta que crea tanto empleo y representa tanto en el PIB [6%], los perjuicios que pueda tener son más que asimilables respecto al beneficio que nos da», considera el presidente del sector en Soria y en Castilla y León.

En este sentido, Ortiz pone el acento en el «esfuerzo inversor» que están realizando los ganaderos en la adaptación tanto de las cisternas como en los aplicadores de purín, con lo que se reducen las emisiones y, por consiguiente, los olores que desprenden los residuos. 

nueva moratoria. Próximamente se publicará una nueva moratoria de un año para este 2020 para el cumplimiento de los requisitos de aplicación de los purines en la Comunidad. «Será idéntica a la de 2019», puntualiza a El Día de Soria el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, que aclara que se incluirá en la resolución de la Dirección General de Política Agraria Comunitaria en la que se establece la  clasificación  de  los  criterios  de  evaluación  de  gravedad, alcance y persistencia, y el cálculo de las reducciones a los efectos de aplicar la condicionalidad de las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC).

Con esta moratoria, como ya ocurrió en los dos ejercicios anteriores, se quiere evitar sanciones para los profesionales agrarios por el incumplimiento de los requisitos de la condicionalidad que afecta directamente sobre las ayudas de los pagos directos de la PAC, con el fin de que tengan tiempo suficiente para adaptar sus herramientas e infraestructuras de trabajo.

Transcurrido este año, los profesionales del campo tendrán prohibido echar purines mediante sistemas de plato y abanico sobre superficies agrícolas que es el método habitual que se emplea, así como la aplicación mediante cañones.

plantas. Asimismo, el presidente de Aporso se refiere a la reapertura de las plantas de purines de Almazán y Langa de Duero, después de que la reforma del Gobierno del sector eléctrico obligara al cierre de estas instalaciones. «La de Ágreda, que está muy deteriorada, o la de Los Rábanos de biogás, es muy difícil que vuelvan a abrir. Las otras dos [Almazán y Langa de Duero] no sabemos cuánto purín van a recoger», señala Ortiz. No obstante, el representante del sector reitera que «como mejor aprovechado está el purín» por parte de los productores de porcino es en la «revalorización agrícola, sin duda» e insiste en que «hay campo en el que todavía cabe más». «Podemos hablar de zonas concretas en las que no haya más cabida, pero por cómo se gestionan los purines tenemos mucho campo por aprovechar», abunda. 

En el caso de la planta de cogeneración de purines de Langa de Duero, ya hay ocho trabajadores, según Ortiz, y la intención es ampliarlo con «dos o tres» empleados más. «Son personas vinculadas al pueblo, que viven y desarrollan su actividad allí. Algunas veces se nos llena la boca con lo de la España vaciada, en la que hay que invertir, y cuando viene un ganadero con 2.500 madres que puede gastar entre cinco y siete millones, con 12-15 puestos de trabajo, pues se dice que no», reflexiona. 

nueva ordenanza. Por otra parte, el presidente y vicepresidente de Aporso, Miguel Ángel Ortiz y Raúl Labanda, respectivamente, se reunieron recientemente con el alcalde de Almazán, Jesús Cedazo, para trasladarle las demandas de los ganaderos de la zona ante la próxima aprobación de la ordenanza reguladora de aplicación de purines, estiércoles y otros residuos biodegradables de origen exclusivamente agrícola.

Entre las alegaciones planteadas por los ganaderos, se abordó la reducción del periodo de tiempo durante el cual no se puede echar  el purín en el periodo veraniego, así como la rebaja de 1.500 a 1.000 metros de anchura de la zona de exclusión de los límites extremos del casco urbano de Almazán, estableciendo el límite con la autovía A-15.

«Hay actuaciones de deben ser de sentido común. A los ganaderos intentamos explicarles que hay ciertos días al año o momentos de la semana que no se deben sacar purines, aunque la ley nos deje, ni siquiera mover la cuba de la cisterna de la cochera. Por nuestra parte no hay que incurrir en malas prácticas o dar una mala imagen», sostiene Ortiz.

De esta forma, los ganaderos proponen que se reduzca la restricción para aplicar purines desde el 1 de julio a dos días después de que finalicen las fiestas de la Bajada de Jesús. En la propuesta de ordenanza municipal, la prohibición se extiende a partir del 22 de junio, por lo que los productores estiman que esos días de junio «se pueden aprovechar», hasta primeros de julio, teniendo en cuenta que «no hay demasiado turismo todavía en esas fechas». Y creen, de la misma forma, que una distancia de un kilómetro en el casco urbano es suficiente, ya que si se extiende a kilómetro y medio, según sus cálculos  «en algunos puntos se solapa» con pedanías de alrededor que marcan 200 metros. «Con los nuevos aplicadores, con las inversiones que ha hecho el sector en las cisternas, las emisiones y olores son menores», subraya Ortiz.