Otoño Musical Soriano, cultura segura a metro y medio

Nuria Zaragoza
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Formaciones más pequeñas, se prescinde de artistas internacionales, no habrá descansos, filas enteras sin ocupar... El festival se adapta al COVID

Otoño Musical Soriano, cultura segura a metro y medio

En marzo estaba prácticamente cerrado el programa pero, en estos seis meses, ha habido que hacer plan a, plan b, plan c... y así hasta perder la cuenta de todas las adaptaciones necesarias para asumir las diferentes normativas que iban apareciendo en el boletín oficial. Pero ni siquiera una pandemia ha podido con el Otoño Musical Soriano, que cumple su 28 edición. Porque «la cultura es segura». Porque «la cultura es salud», recalca su director, José Manuel Aceña.

Este miércoles, el Coro Nacional de España inauguraba el festival en el Auditorio Odón Alonso del Palacio de la Audiencia. Apenas un centenar de afortunados podían escuchar en directo el Réquiem de Fauré en homenaje a las víctimas de la COVID-19. 

La imagen era tan extraña como fría. Filas enteras vacías de público (alternando una ocupada, una vacía) y tres asientos de separación entre asistentes para garantizar el metro y medio de distancia que impone la normativa. El aforo de cerca de 500 asientos ha quedado reducido a menos de una cuarta parte en esta edición, por lo que las entradas están ya prácticamente agotadas. Este año, reconoce su director, «no es un éxito llenar»; aunque todos los años lo consiguen en condiciones ‘normales’. Se imponen otras medidas como accesos controlados, conciertos más cortos y sin descanso (para evitar el trasiego de gente), ausencia de programas en papel... El concierto era transmitido en streaming a través del canal de YouTube del Ayuntamiento para llegar así a un mayor número de público y paliar en parte la reducción de aforo.

La apertura dejaba ya ver lo que va a ser esta edición, la del coronavirus. Se mantiene la seña de identidad del festival, la calidad, la excelencia, pero cambia todo lo demás. Escenarios, programación, público... todo ha tenido que ser acoplado a la ocasión.  

formaciones más pequeñas.  «La programación se ha adaptado al escenario», que en esta ocasión es uno, en singular, porque todo se concentra en el Palacio de la Audiencia. Se prescinde de todos aquellos lugares donde el público o el espacio escénico no permitan guardar la distancia de seguridad de metro y media impuesta por la Junta para los actos culturales en espacios cerrados. La primera consecuencia de esta medida, dos «sacrificios»:este año no habrá maratón musical ni concierto para niños. El primero, «porque perdería la esencia», la espontaneidad, la masificación, la suma de grupos en un mismo escenario... El segundo, porque Educación lo desaconseja.   

Solo se hará una excepción. Será con el concierto de Diego el Cigala, que se hará en el pabellón del San Andrés, para ganar aforo. La justificación es casi una evidencia,«a un polideportivo no puedes llevar una orquesta, porque perdería en excelencia, en calidad, que es lo que no vamos a sacrificar nunca», justifica el director del festival, José Manuel Aceña.

El repertorio del siglo XVIII y plantillas clásicas serán la tónica en los conciertos ofrecidos, favoreciendo la nueva distribución espacial necesaria para garantizar la distancia social entre los artistas. Se ha buscado «música interpretada por formaciones apropiadas para el espacio que tenemos», apunta Aceña. Eso supone «formaciones más reducidas», «de formato pequeño», lo que «no significa de peor calidad». Sobre el escenario, como máximo, se verán 30 personas. Será con la Joven Orquesta Sinfónica de Soria, que han tenido que reducir también la formación para la ocasión y acomodar el repertorio. 

Esta edición, «prescindimos de varios artistas internacionales que teníamos pensados», añade el director del FOMS. Aventuraron problemas para poderlos traer dadas las dificultades de movilidad entre países y la anulación del concierto de Sokolov les ha dado la razón. Como consecuencia, «contamos con artistas nacionales e, incluso, artistas locales de gran calidad». 

La primera ‘muestra’ llegará el 21 de septiembre con el Sexteto Cluster, integrado por profesionales sorianos «de prestigio». También en la clausura de esta especial edición habrá notas sorianas. La Novena sinfonía de Beethoven sonará «como un canto a la esperanza, como una oda a la alegría» en estos tiempos difíciles. Será con el arreglo magistral de Liszt para dos pianos, a cargo del dúo MolinaA&Uchi (Mario Molina es soriano). «Contamos con nuestros profesionales», destaca Aceña. 

poesía y música. «Uno de los fines del festival siempre ha sido unir la poesía con la música. Odón Alonso siempre lo pretendía», rememora. Este año, a pesar de las condiciones extremas, no podía ser menos y el festival no ha querido pasar por alto las dos efemérides que se celebran en Soria.  

«Aunque la música es muy efímera queríamos que quedara algo para siempre y hemos encargado una obra ex profeso para esta efeméride». Será la obra que interpretarán los sorianos Sexteto Cluster en homenaje al poeta Gustavo Adolfo Bécquer en el 150 aniversario de su fallecimiento, con un encargo al compositor Daniel Amadeo Zimbaldo sobre una selección de sus Rimas cuyo recitado durante la interpretación de la obra correrá a cargo del conocido actor de ascendencia soriana Juan Echanove. «Hemos unido varios ingredientes. Un compositor argentino que lleva años residiendo en Soria, músicos sorianos con poesía soriana, y tenemos la suerte de que va a colaborar Echanove, de orígenes sorianos», especifica. 

La otra efeméride que celebrará el OMS será el centenario de la llegada de Gerardo Diego a Soria. «Se va a presentar el inicio de un ciclo que vamos a hacer durante el primer trimestre del año que viene. Va a ser un ciclo de doce conferencias-conciertos», resume el director del festival, al tiempo que recuerda la ‘versión’ pianista de Gerardo Diego. «Hizo doce conciertos de toda la historia del piano con el piano del Casino en la sala que ahora lleva su nombre y un primer concierto lo hizo con Mariano Granados de recitador. Ese concierto se va a emular como presentación del ciclo en el propio festival. Estará como pianista Josep María Colom y como actor y voz Joaquín Notario

El OMS llega marcado por la COVID-19 pero la apuesta del Ayuntamiento por la Cultura se mantiene firme. La «línea de trabajo» sigue como en los actos culturales de este verano, «ante todo, imponer la seguridad y que los usuarios vean que son espacios seguros, asépticos, donde pueden disfrutar del espectáculo», destaca el técnico de Cultura del Ayuntamiento de Soria, César Gonzalo, quien admite que se han tenido que ir «adaptando» a las nuevas normativas continuamente. 

En este OMS, lo que más ha resultado «determinante» ha sido la imposición del medio y medio entre espectadores. «Eso ha limitado muchísimo y el aforo se ha visto tan reducido que, en cuanto salieron a la venta las entradas, la demanda se disparó», indica. Como normas generales, resume, «se mantiene el uso de la obligatoriedad de la mascarilla, el mantenimiento de metro y medio, hidrogeles, personal de limpieza y desinfección en cada espectáculo, personal de limpieza continuo en los baños, itinerarios de entrada y de salidos separados, siempre personal a la disposición del espectador (que también se ha tenido que formar)...». 

No se utilizará el aire acondicionado pero se abrirán «ciertas puertas del palacio para que se renueve el aire». La puerta, a pesar de que hay menos público, abrirá una hora antes. «Nos adaptamos lo mejor que podemos a las circunstancias actuales», resume Gonzalo.