Paco Rubio, espíritu de lucha y resistencia

Ical
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El empresario y expresidente del Numancia Francisco Rubio ha sabido exportar la marca Soria y trazar un camino de éxito a fuerza de sentido común y mucho trabajo. El martes recibirá el Premio Ical al compromiso humano por Soria

Paco Rubio, espíritu de lucha y resistencia

Francisco Rubio (Soria, 1956) representa el modelo de una persona hecha a sí misma. Su origen más que humilde y una infancia marcada por la muerte de su padre cuando él tenía 15 años le empuja al mundo laboral bien temprano, hasta convertirse en un empresario fundamental para entender Soria en lo económico, pero sobre todo en el respeto de sus paisanos. La receta para este camino de éxito es una vida dirigida a fuerza de sentido común y mucho trabajo, sin ostentaciones. Capaz de crear riqueza en una tierra enferma de despoblación, Francisco Rubio será siempre el presidente del Numancia. Estuvo al frente del equipo durante 25 años y no solo consiguió llevar al club a Primera División, sino también exportar la marca Soria como sinónimo de resistencia, lucha y humildad.

A pesar de haber recorrido medio mundo por ocio y por negocios, continúa mirando a la Barriada que le vio nacer; saludando a sus paisanos; creyendo en Soria, su tierra aliada que le ayudó a salir de la nada y hacerse a sí mismo. Francisco Rubio recibe el premio al Compromiso Humano por la provincia de Soria por su trabajo en el desarrollo de una tierra con dificultades, por la perseverancia en el arraigo a su tierra y por su capacidad de construir consensos sociales para luchar por lo propio.

En la pared principal de su despacho cuelga un gran cuadro del pintor soriano Rafael de la Rosa, que muestra una tarde de principios de diciembre en Oncala, en Tierras Altas, una comarca que, en su opinión, es “dura y muy olvidada, a pesar de ser una maravilla”.

Además de numerosos planos, su lugar de trabajo exhibe fotos de su mujer, de su hija, que trabaja como bióloga en Suecia y su hijo, que decidió dedicarse al cine y reside en Madrid. Paco Rubio, como le conocen en Soria, de momento, ha confiado su negocio a un sobrino, que ocupa ya la Dirección General del Grupo Herce. Afirma que a sus hijos les inculcó que se dedicaran a aquello que les hiciera feliz, que fueran buenas personas que no tontos, honestos, ahorradores, y ordenados. Es más les trasladó que en la vida no importa equivocarse y que, de hacerlo, no se lo reprocharía con el fin de no dejarles ningún tipo de losa emocional.

Actualmente el Grupo Herce cuenta con 165 empleados. A pesar de que el negocio no para de crecer y diversificarse, el empresario soriano tiene muy presente sus inicios en un barrio obrero con una economía primaria y pobre del que se siente profundamente orgulloso, porque de él salió mucho talento y gente emprendedora.

Resalta que actualmente hace negocios con empresarios vascos, algo que es fácil, y de los que admira su claridad en el sí o no y de haber sabido velar por sus intereses, incluso hasta con un partido político propio.

Meticuloso y trabajador reconoce que, si le es posible, visita cada obra que hace, y más si se construye en Soria. A pesar de estar a las antípodas de Jesús Gil “a quién le perdió la política y la vida en la pantalla”, reconoce que fue el burguense el que le animó a aupar al Club Deportivo Numancia a Primera.

Por su visión, talento, honestidad, calidad humana y por ser un adelantado a su tiempo afirma que admira al expresidente de Caja Duero Sebastián Battaner. En su vida una de sus decisiones más difíciles ha sido vender el Club Deportivo Numancia, ese que siempre llevará en su alma, a pesar de que él, confiesa, era del Atletic de Bilbao.