Innovación con sello soriano

N.Z.
-

Un soriano, Aarón Molina, crea Therminer, una empresa que ejecuta centros de datos y, mediante un novedoso sistemas de refrigeraciónlíquida, transforma el calor que producen estos centros en agua caliente

Innovación con sello soriano

Criptomonedas, Bitcoin, Ethereum, centros de minería, procesamiento de datos, tecnología blockchain... Es posible que todos estos conceptos le suenen a otro idioma, pero debe saber que está ante el lenguaje del futuro y, posiblemente, ante una de las innovaciones más importantes del milenio que permitirá -permite ya- «mejorar la vida de las personas» y, también, la rentabilidad de las empresas. 

 Un soriano, Aarón Molina, se ha propuesta allanar el camino para hacer esta tecnología más accesible. Ha creado Therminer, una empresa innovadora dedicada a «ejecutar centros de procesamiento de datos sostenibles» que, en su caso, aplica a la minería de criptomonedas. 'Traducido', los centros de datos son instalaciones donde se alojan ordenadores, redes, almacenamiento y otros equipos; las criptomonedas son monedas virtuales, criptodivisas, y la más conocida es el Bitcoin pero hay más tipos, como Ethereum; y «los mineros no son nada más que ordenadores resolviendo un algoritmo de la red. Cuando se resuelve ese algoritmo, se procesa una transacción y, por realizar ese trabajo de procesamiento, los mineros reciben una compensación económica», explica Molina, quien ha fundado la empresa junto con su socio Gonzalo García. 

La base de Therminer son los centros de minería pero su proyecto no se queda ahí. Tirando de su formación como ingeniero de Caminos e ingeniero Industrial, este soriano ha ideado una exclusiva tecnología de refrigeración líquida que permite extraer en forma de agua caliente el 90% del calor que emiten estos centros de minería. Ese agua caliente se puede utilizar después en industrias, piscinas, hoteles, edificios residenciales para calefacción, diferentes procesos productivos... de modo que, por un lado, se eliminan los costes de refrigeración del centro, se reducen los costes de infraestructura y se aumenta la vida útil de los equipos y, a la vez, se reutiliza la energía para otros procesos. En definitiva, «crear centros más rentables, seguros y sostenibles». 

el origen del proyecto. Este ingeniero soriano se adentró en el mundo de las criptomonedas gracias a su primer trabajo, un fondo de inversión de capital riesgo donde analizaba la rentabilidad de las empresas al objeto de invertir en ellas. Eso le permitió contactar con empresas innovadoras del sector tecnológico y observó que aquellas que empleaban la tecnología blockchain [traducido: cadena de bloques], la tecnología en la que se basan las criptomonedas, tenían un mayor potencial de rentabilidad. A partir de ahí, decidió probar en primera persona y emprendió en el mundo de las criptomonedas. Empezó en el garaje de su casa, donde instaló cinco equipos de minería con una potencia de siete kilovatios. Como todo equipo electrónico, los ordenadores producían calor, «como cinco estufillas de eléctricas funcionando las 24 horas», compara. Dar salida a ese calor era un problema, y un coste añadido (de ventilación, aire acondicionado...), por lo que comenzó a investigar «cómo podía hacer para que la propia instalación de calefacción de la casa pudiera utilizar el calor de los equipos». 

Tirando de formación, de experiencia y de una trabajo de investigación previo, «conseguimos diseñar un equipo que, mediante refrigeración líquida [se utiliza un líquido que se hace circular a través de los procesadores], extraemos el calor y ese líquido se puede utilizar como agua caliente», explica Molina. 

Este sistema daba respuesta a su problema de partida (refrigerar el calor producido por su centro de minería) y, a mayores, le permitía tener un ahorro económico por dos vías: porque con esta exclusiva tecnología de refrigeración líquida «los centros ejecutados consumen un 30% menos de energía eléctrica» y porque «el 90% de la energía que se consume se recupera en forma de agua caliente que se puede utilizar para otros procesos, evitando producir agua caliente con gasoil o gas natural y reduciendo las emisiones de CO2 en más de un 80% (con esta tecnología cada centro de datos de 20 kilovatios ahorra en su vida útil de unos 180.000-200.000 kilos de CO2, estima)». Por tanto, ahorro económico, ahorro energético, y consumo más responsable y respetuoso con el medio ambiente. 

 Aplicar ese proyecto doméstico a gran escala fue el siguiente paso y el germen de Therminer, ya que «el agua caliente la puedes utilizar para la calefacción de casa pero, también, para cualquier tipo de proceso: climatización, secado, calentar una piscina, una industria… incluso para producción eléctrica en baja temperatura». Constituidos en enero de 2021 como empresa, en este apenas un año de vida han ideado ya varios proyectos en diferentes provincias como Zaragoza y Aranda de Duero, y tienen varias líneas de trabajo abiertas, algunas en Soria. 

En sus proyectos siempre hay dos partes, un inversor, que opera el centro de datos o se queda con el beneficio económico que este genera; y un consumidor, que tiene un beneficio por tener un consumo de agua caliente de una forma más económica. Sobre esta base, trabajan en dos modelos de negocio, según si el inversor y el consumidor coincidan, o son diferentes. 

En el primer caso, ejemplifica, podría ser una industria farmacéutica que precisa tener una temperatura fija en su almacén. Decide hacer un centro de datos y aplicar el sistema de refrigeración de Therminer, lo que le permitiría que «se queda con la rentabilidad del centro de datos que, en estos casos, está estimada en un 300% de ingresos económicos. Si ha invertido 100.000 euros en el centro, en cuatro años va a obtener 300.000 euros de beneficio, cuando antes era un proceso que le estaba costando unos 15.000 euros en calefacción al año. Además, obtiene un ahorro de CO2 e incrementar la calificación energética del edificio», explica Molina. 

El segundo de los modelos es para empresas que les interesa el ahorro de costes pero no puede hacer la inversión del centro de datos ni quieren dedicarse a minar criptomonedas porque es un negocio que quizá se aleja del suyo y no lo entienden. En esos casos,  Therminer se encarga de plantear un proyecto y de buscar inversores para el desarrollo del centro de datos. A través de crowdfunding, micromecenazgos, publicitan participaciones para que quien quiera pueda invertir comprando una o varias participaciones. 

Este modelo propone, a los inversores, que «cada participación tiene una rentabilidad asociada y recibirá la parte porcentual que corresponda de los beneficios». Y, al consumidor, la empresa, ahorrar sus consumos.

En esos casos, Therminer asume la gestión de los centros de minería ya que, con una buena gestión, la rentabilidad es mayor.