El vóley soriano también se escribe en femenino

S. Recio
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Tras una década sin equipo de féminas absoluto, el Río Duero Soria y el Sporting CV Santo Domingo aspiran a lo máximo y pelearán por el ascenso de categoría

El vóley soriano también se escribe en femenino - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

No es normal que en una ciudad como Soria se acumulase una década sin voleibol femenino absoluto. Uno de los deportes más practicados no era capaz de conseguir una plantilla para competir. Las excusas eran las habituales, «no hay suficientes jugadores, se tienen que ir a estudiar fuera». Solo faltaba dar un empujón y este paso adelante ha llegado de la mano de los clubes con más solera. El Río Duero Soria y el Sporting CV Santo Domingo han puesto toda su fuerza a disposición de conseguir formar esta estructura y a falta de un equipo, toma dos tazas. Ambos clubes cuentan esta temporada con equipo en la Segunda División Femenina Nacional, 38 jugadoras que demuestran que solo se necesitaba un pequeño impulso para lograr el objetivo.

Sporting es cuarto y Río Duero quinto, muestran un alto nivel competitivo y una rivalidad sana que se pondrá en liza el próximo 23 de enero en Los Pajaritos. «Vamos a ganar nosotras», asegura con rotundidad Sara Carnicero, capitana del Sporting. «Eso lo tendremos que ver», le replica Alba Bravo, líder de las celestes. Al margen de quién se llevará esa victoria, hay un mensaje común: «Va a ser un día muy especial». Una auténtica fiesta del voleibol para celebrar un regreso que nadie entiende que no haya llegado antes.

iMplicación celeste. Hace dos veranos Elías Terés realizaba un llamamiento a jugadoras, quería contar con un equipo femenino para el Río Duero Soria. Han tenido que pasar dos pretemporadas para conseguirlo. «Esta vez la ilusión ha ganado a los problemas», comenta Alba Bravo que señala que «a la gente le gusta mucho el voleibol y solo necesitábamos estar implicadas y apostar fuerte con ello». La demostración son las 18 jugadoras de la plantilla, «hay que hacer incluso convocatoria para los partidos».

Una de las grandes dudas era saber si estaban preparadas para competir, «aunque hay jugadoras de todas las edades, muchas no jugábamos desde nuestra etapa juvenil y eso se ha visto en el inicio». Tras una primera derrota, conseguían ganar en su debut en casa ante el Universidad de Valladolid, «eso nos dio el impulso definitivo para saber que íbamos en el camino correcto». La quinta posición, a dos victorias del liderato, lo confirma.

El día a día se ha convertido en la parte favorita de la plantilla. De romperse la cabeza buscando horarios para entrenar, se ha pasado a una rutina que destaca por «la gran implicación del grupo». Son una piña, «eso se ve en la entrega e implicación de cada entrenamiento, con mucha garra, lo que ha hecho todo mucho más fácil». La evolución ha sido constante.

En la cancha esa unión se transmite a la hora de competir, «no se da un punto por perdido, luchamos absolutamente cada bola y eso al final da resultados». También hay carencias, «tenemos muchos defectos en la recepción y debemos mejorar si queremos seguir arriba». Aunque el convencimiento es absoluto, «a lo mejor al acabar la temporada resulta que la recepción es nuestra mejor arma». Esta evolución va de la mano de la del Sporting Santo Domingo. Dos equipos que, al contrario de lo que podía pensar en un principio, se retroalimentan. Poder mirar al vecino se ha convertido en un incentivo.

Nostalgia. El Santo Domingo era el equipo de voleibol femenino en Soria. Su desaparición supuso un duro revés del que ha costado recuperarse. Tras la fusión del club con el Sporting, todo fue más sencillo, «era algo que necesitábamos», analiza Sara Carnicero, capitana del equipo. Para ella también es positivo que haya dos clubes, «además nos conocemos entre nosotras, somos muchas y para un solo equipo no hubiese sido posible». Ellas cuentan con 20 integrantes.

El equipo dirigido por Daniel González no oculta su objetivo de pelear por el ascenso, «somos conscientes de que es complicado y que hay equipos de mucho nivel, solo nuestra evolución marcará si es posible, aunque ahora lo más importante no son los resultados». A pesar de ello solo acumulan dos derrotas en siete partidos.

Este equipo cuenta con más jugadoras con experiencia que su rival soriano, pero también ha tenido una adaptación complicada, «lo más importante ha sido el volver a competir en una cancha y poder tener una coordinación adecuada entre nosotras». Son muy diferentes, «y eso ha llevado un tiempo hasta tener una manera de jugar más fluida». Aquí las ganas también son un incentivo, «hablamos entre nosotras y dijimos que había que tener un equipo, que el voleibol femenino tenía que volver, y eso era lo más importante».

El partido ante el Río Duero  será el colofón a estos meses de trabajo, «por encima de todo queremos que haya mucha gente en Los Pajaritos, que disfruten de un gran espectáculo, eso hará que todo esto se consolide y siga adelante con el tiempo». El voleibol femenino anhelaba volver a rugir en Soria y ahora no hay quien lo pare.