Luis Rey puede respirar tranquilo aunque la situación política actual, con injerencias externas incluidas, no invita a bajar la guardia. Sin embargo, el golpe asestado a la PPSO en El Burgo abre una fractura casi definitiva entre el partido liderado por José Antonio de Miguel y los populares de Yolanda De Gregorio. El PP ha puesto sobre la balanza en las negociaciones el  daño causado en tiempos recientes a la formación la salida de activos como Antonio Pardo, Ascensión Pérez, Cabrejas o Elvira, causantes, por obra y gracia de la fragmentación, de los peores resultados de los populares.Tras el paso por las urnas una importante facción del PP ha tratado de convencer a De Gregorio para que evitase un acercamiento y posterior negociación con el partido que les ha fagocitado. A pesar de la postura de pesos pesados del partido, que apostaban por comenzar la reconstrucción del PP negando cualquier atisbo de protagonismo a la PPSO, De Gregorio lo intentó con el desenlace conocido. Las diferencias insalvables entre Pardo y De Gregorio y la autonomía demostrada por los candidatos populares en El Burgo o San Leonardo enterró cualquier posibilidad de acuerdo.

Sin entrar Ciudadanos en acción, aunque ha habido encuentros a máximo nivel en los que se ha implicado el propio alcalde capitalino Carlos Martínez, el popular Peregrina negoció con Luis Rey una mayor participación del PP en las comisiones de la Diputación. El panorama, de no producirse una carambola rocambolesca, parece clarificado para un PSOE beneficiado una vez más, ya lo fue el 26M, de la lucha fratricida entre PP y PPSO.