La sexta ola se ralentiza tras alcanzar el pico

N.Z
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Aunque las cifras de contagio siguen siendo de récord, se aprecia una ralentización en el crecimiento de los positivos. Delgado estima que la sexta ola se extenderá hasta febrero. Este lunes se podría haber registrado el pico

La sexta ola se ralentiza tras alcanzar el pico - Foto: Eugenio Gutiérrez

¿Cuándo acabará esta sexta ola? Las cifras de contagios por SARS-CoV-2 siguen siendo muy elevadas en la provincia, pero algunos signos podrían indicar que la denominada zona de meseta de la sexta ola no estaría lejos. 

«Desde el punto de vista epidemiológico es probable que las cifras de contagio se mantengan esta semana en los 200-300 casos nuevos diarios y, luego, se registre un descenso, que posiblemente será lento y durará hasta la primera semana de febrero. La repercusión hospitalaria se produce entre una semana y quince días después, de modo que esta ola va a durar hasta mediados o finales de febrero», estima el gerente de Asistencia Sanitaria en Soria, Enrique Delgado, quien asume ya que «habrá séptima ola» después, porque «la capacidad de mutación del virus es tremenda». 

De momento, desde el ámbito sanitario los esfuerzos se centran en poner freno a una sexta ola que sigue con una «transmisión comunitaria descontrolada» y con «ómicron como variante ya mayoritaria», lo que supone que el contagio sigue en cifras máximas. En apenas un mes se han infectado 8.000 personas en Soria. Desde diciembre, cerca de 9.000. Esto significa que esta sexta ola ha causado una tercera parte de todos los contagiados registrados desde que comenzó la pandemia. 

A estas alturas ya nadie pone en duda que esta oleada ha sido la más contagiosa de la seis registradas. La prueba es que, tras su paso, más de una cuarta parte de la población de Soria forma parte de los registros COVID tras haber padecido la enfermedad. En concreto, más de 24.000 sorianos han sido contagiados desde marzo de 2020, el 27% del total de la población de Soria. 

«ligera» contención.

Aunque las cifras siguen siendo de récord, con cerca de 1.800 nuevos casos en la última semana y una positividad que supera el 30%, se aprecia una ralentización en el crecimiento de los positivos (la semana pasada hubo 2.200), lo que  podría ser un signo de avance contra el virus. Este lunes se podría haber alcanzado el pico, con una incidencia de 4.948 casos por 100.000 habitantes. Desde entonces, la tasa baja lentamente. «En los últimos días se observa una contención del número de casos y una ligera tendencia a disminuir. Probablemente estamos llegando al pico de la sexta ola a nivel epidemiológico, pero sigue habiendo muchos casos», señala el gerente. 

Queda camino por recorrer para dar esta sexta ola por superada pero hay signos que parecen indicar que el ritmo de crecimiento ha comenzado a ralentizarse. La ola sigue creciendo, es obvio, pero más despacio. «Hemos notado que ha bajado la demanda de test de antígenos. Probablemente tenga que ver también con que se están haciendo muchos autotest, pero es evidente que se ha rebajado la demanda respecto de hace unas semanas y eso es una mejoría», apunta Delgado sobre algunos de los indicativos de esta leve mejoría. Alude también a que «han empezado a disminuir en la última semana las bajas laborales por COVID. La semana pasada se vivió una situación dramática y ahora eso ha bajado un poco. Aunque la situación sigue siendo mala, es probable que mejore en las próximas jornadas por esa leve contención de los casos que se aprecia», confía. 

Hay un dato más que, a juicio del responsable sanitario, puede indicar una contención de esta sexta oleada: «En el hospital estábamos preocupados la semana pasada porque esperábamos un impacto importante, pero finalmente no ha sido así. La situación está contenida y actualmente es más o menos parecida a la semana pasada, por lo que de momento no ha habido un gran  impacto hospitalario», sentencia. Gracias a ello, «se ha podido mantener la actividad en quirófanos y en consultas y se ha logrado sostener también un nivel «elevado» de actividad quirúrgica, lo que explica que el hospital presente una ocupación alta. En concreto, de las 280 camas habilitadas hay 188  ocupadas al cierre de esta edición,  22 de ellas por pacientes COVID. Y, en UCI, de los 14 puestos hay siete ocupados, cuatro con el virus. La nota negativa es que en la última semana han fallecido tres personas con el virus en el hospital.

Refuerzo

Hay una leve mejoría después de los más de 400 positivos diarios que se detectaban la semana pasada pero la resaca navideña no ha terminado y los más de 200 casos al día de esta semana obligan a no bajar la guardia. Además, significan que la presión sobre el sistema sanitaria no se relaja, especialmente en Primaria.

Precisamente por ello, desde la GASSO (Gerencia de Asistencia Sanitaria Soriana) han decidido mantener el refuerzo que se puso la semana pasada. «Se mantiene el sistema de cribado y es probable que la próxima semana volvamos a ir a los pueblos a diagnosticar todo lo que se pueda», anuncia Delgado. Y «se mantiene también el refuerzo que se puso para hacer el seguimiento del COVID y de las bajas, que ha ayudado a descargar mucho las agendas de los médicos de Primaria, especialmente en urbana», añade. Alude con ello a los profesionales de refuerzo (entre los que hay médicos liberados, voluntarios que acuden en horario de tarde, incluso la propia jefa médica de Atención Primaria) que se incorporaron para asumir labores más administrativas y liberar así las agendas, ya que había médicos con hasta 90 pacientes diarios por la presión COVID, lo que había disparado las demoras para recibir asistencia médica. 

Llegada de médicos

Se mantienen estos refuerzos y, además, está previsto que «en el plazo de un mes» se puedan «recuperar» los nueve médicos que Soria perdió tras el polémico proceso de octubre de 2020 (cabe recordar que estos profesionales fueron reclamados para ocupar los destinos obtenidos en la oposición de 2018 tras no autorizarse una comisión de servicios que, según ellos, la Consejería de Sanidad les prometió). A estos se sumarán también los profesionales procedentes de «la resolución de la OPE (Oferta Pública de Empleo) de Medicina de Familia». «Son más de 700 plazas en Castilla y León que han salido ya a adjudicación y que ahora se abrirá el periodo para pedir plaza, de modo que en uno o dos meses esperamos que los podamos tener trabajando», confía el gerente soriano, quien recuerda que a Soria podrían llegar al amparo de este proceso cerca de una treintena de médicos. 

Serán un apoyo para reforzar unas plantillas que ahora están especialmente mermadas porque el virus también les ha atacado de nuevo y hay «mucho personal de baja». En estos momentos, 83 profesionales sanitarios están en seguimiento. Además, están agotadas tras sumar en dos años, a su trabajo ordinario, cerca de 25.000 pacientes COVID, de los que 1.800 han llegado al hospital.