El 'turnismo' marca el nuevo curso político en El Burgo

Ana I. Pérez Marina
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Miguel Cobo «cumplirá» el pacto con Martín Navas y le cederá la Alcaldía

El ‘turnismo’ marca el nuevo curso político en El Burgo

Arranca el curso, también el político. La pandemia continúa marcando los espacios y los tiempos institucionales y todo parece indicar que así será durante mucho tiempo. Algunos ayuntamientos como los de El Burgo de Osma y Langa de Duero encaran este segundo año de legislatura con la mirada puesta en la COVID-19, como todos, pero también con los pactos de gobierno sobre la mesa que indican que antes del próximo verano deberá producirse el relevo en la Alcaldía, como así se acordó en junio del pasado año para permitir la gobernabilidad de estos municipios. Tanto Miguel Cobo (electo por el Partido Popular, no adscrito desde diciembre de 2019), alcalde burgense, como Francisco Javier Barrio (Ciudadanos -C’s-), regidor de Langa de Duero, cumplirán con lo que recogen sus respectivos acuerdos y ‘cederán’ su puesto a Martín Navas, en el primer caso, y a Rosa Pérez, en el segundo, ambos del PSOE. 

Cobo advierte de que no es una cesión sin más: él cumplirá con su palabra con Martín Navas, si bien el edil socialista tendrá que recibir el apoyo mayoritario del pleno para convertirse en alcalde. «Ya dije que es un pacto entre dos personas y lo voy a cumplir. La Alcaldía se la cederé siempre a Martín Navas, no a un partido político o a un suplente de esa persona, esto es así. La fórmula para que esto pase es que la Corporación vote a favor de Martín Navas. Mi palabra la cumpliré y el día que toque planificaremos la cesión. Lo que no puedo es dimitir, porque tendría que salir de concejal. Me gusta cumplir con mi palabra sobre todo cuando hay un pacto entre caballeros. Ese es el escenario», resume. 

Cabe recordar que a primeros de diciembre del año pasado, tanto Miguel Cobo como Luis Cuesta, el segundo concejal que obtuvo el PP en las elecciones municipales, pasaron a ser no adscritos para retener la Alcaldía burgense y que no recayera en la fuerza más votada, la Plataforma del Pueblo Soriano (PPSO) liderada por Antonio Pardo,  para mantener la «estabilidad política» en la Diputación Provincial, en la que gobierna el tripartito conformado por  PP, PPSO y Ciudadanos (C’s).

«La oposición ha estado ahí cuando se le ha pedido. El tiempo ha colocado cada ficha en su sitio y se han dado cuenta de que desde la oposición también se puede hacer política», valora el alcalde de El Burgo de Osma. En su caso, al pasar a ser no adscrito tuvo que renunciar a formar parte del equipo de Gobierno de la institución provincial y a las responsabilidades que, en un principio, se le atribuyeron en el área de Turismo.

En cualquier caso, Miguel Cobo pone el acento en que la desvinculación de las siglas políticas ha permitido a los dos concejales no adscritos trabajar en una línea «municipalista», al margen de consignas partidistas. «Además, la disparidad de opiniones en un ayuntamiento es buena porque somos los representantes de todos los votantes», defiende el primer edil.

Más allá del futuro político más inmediato del Consistorio burgense, con la ejecución de ese ‘turnismo’ apalabrado al arrancar la legislatura, queda mucho trabajo por delante en los próximos nueve meses. «Ha sido un año y pico muy complicado. El arranque fue difícil con connotaciones políticas muy diferentes a lo que había vivido El Burgo de Osma hasta ese momento, pero se ha ido asentando poco a poco y se está consiguiendo el consenso político», asegura Cobo. La COVID-19 ha tenido mucho que ver en este panorma ya que, a su juicio, ha obligado a «cambiar el chip a todas las administraciones» y el Ayuntamiento de El Burgo de Osma no ha sido un excepción. «Hemos intentado atajar las consecuencias de la mejor forma posible, acatando las pautas del Gobierno y de la Junta, y cuando salimos del estado de alarma había que reactivar todo lo paralizado», añade.

La anulación de las fiestas, eventos culturales y deportivos ha exigido una modificación del presupuesto, al igual que las necesidades que han surgido en este medio año para dar respuesta a las consecuencias de la pandemia del coronavirus. Cobo alude a la aprobación esta misma semana de la exención de la tasa de basuras a todos los locales industriales que estuvieron sin actividad y próximamente se aprobará una línea de  ayudas directas a autónomos y pequeñas empresas. «Los 180.000 euros del superávit se invirtieron en compras y contratos a mayores por el COVID. El personal se multiplicó por seis para reactivar los servicios municipales, lo que ha supuesto más de 300.000 euros», puntualiza el alcalde. En el horizonte más inmediato está continuar con la obra del polideportivo, cuya remodelación total supone una inversión de más de 650.000 euros en total, y la plaza Mayor, cuyo proyecto de saneamiento, pavimentación y fachadas se ha presentado al 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento. «También hay que planificar el año cultural y festivo, va a ser complejo», admite.