La «intensidad» del trabajo de estos 16 meses de legistalura, en particular desde marzo por la COVID-19, ha llevado, entre otros motivos, a Francisco Javier Barrio a tomar la decisión de dejar el Ayuntamiento de Langa de Duero una vez que le entregue el testigo a la socialista Rosa Pérez, tal y como figura en el pacto de  Gobierno alcanzado. «Como estaba pactado, Rosa tomará las riendas de la Alcaldía y no creo que haya grandes cambios. Yo me iré, me marcharé del Ayuntamiento. Han sido unos meses de trabajo muy intensos. No contemplo continuar como concejal», cuenta Barrio.

Recuerda que «desde el primer día» lamentó que los concejales del Partido Popular no quisieran formar parte del equipo de Gobierno y también pone de relieve que se presentó por Ciudadanos (C’s) por «hacer un favor» a su compañero de lista Iván Aparicio, no por vinculación política.

«Me iré orgulloso de haber invertido todos los recursos que he podido en mi pueblo, es gratificante, pero también he visto de cerca cosas... Si no somos capaces de unir fuerzas, estamos muertos. Puede sonar una pedantería, pero el pueblo ve lo que estamos haciendo y que cada uno saque sus conclusiones», defiende.

La dificultad de compaginar su trabajo en Michelin (Aranda de Duero) y que haya tenido que afrontar prácticamente «solo» las decisiones desde que comenzó la pandemia pesan entre los motivos por los que dejará el Consistorio en junio.  En los próximos meses, quiere concluir  obras pendientes, como el «embellecimiento» de la entrada del pueblo, y ejecutar proyectos como el arreglo de la plaza de Valdanzo, entre otros.