Cada fin de semana Dani Mateo se subía al autobús en Almazán junto al resto de sus compañeros para participar en los Juegos Escolares, «en ese momento hacía de todo pero te vas dando cuenta en lo que estás más a gusto». En esos años, «no sé por qué, tiré por el atletismo». Así comenzaba a fraguarse el atleta que el adnamantino es en la actualidad. No nacía atleta pero si se hacía corredor, «no era una cosa de que desease correr desde siempre, pero poco a poco iba viendo que se me daba bien, que iba cumpliendo objetivos».

En su cabeza no es fácil recordar toda su infancia en esta disciplina, son muchas victorias, todavía más competiciones, pero si le preguntas por una, él lo tiene claro, «un cross cuando tenía 13 años», duda, «era además un Campeonato de Castilla y León», aclara, «lo recuerdo no por la victoria, sino porque mi madre no podía estar ese día». Porque la familia es una parte vital en la carrera deportiva de Dani Mateo, «siempre me han apoyado y eso ha sido importantísimo». En cuanto a referentes, «es muy sencillo teniendo a Abel Antón y Fermín Cacho. Si eres de Soria es fácil elegir el atletismo, por ejemplo, si viviese en el País Vasco seguro que me hubiese dedicado al ciclismo». Las pocas dudas que le quedaban se disipaban una tarde del año 2011. 

tocar la cima. El año 2011 Dani se citaba con el punto de inflexión de su carrera, el Campeonato Nacional Promesa de Cross, «era una situación en la que pensaba si debía dedicarme por completo a esto o afrontarlo de otra manera». Con 22 años su sacrificio contrastaba con su entorno, «mis amigos salían y yo entrenaba. Ahora ya hago una vida más tranquila pero en ese momento te planteas si debo seguir así porque requería una implicación al 100%».

Esa carrera es uno de los grandes momentos de Dani Mateo, se proclamaba campeón de España y confirmaba que podía ser uno de los referentes del fondo nacional en un futuro. Esa fecha enlazaría con una constancia que le harían un fijo en la selección.