El Numancia visitaba al Langreo con el único objetivo de lograr los tres puntos para mantener la esperanza de estar entre los tres mejores. Alex Huerta apostaba por una alineación que ya habíamos visto en las últimas jornadas con la única novedad de Rubén del Campo en la banda izquierda.

Los rojillos debían adaptarse a un terreno de juego de hierba artificial y en los primeros minutos les costaba llegar al área rival. Lo más destacable en los primeros minutos fue un mal centro de Rubén del Campo cuando Gabarre tenía todo a favor para adelantar a los visitantes.

El Numancia se hacía con la iniciativa mediado el primer tiempo y el propio Rubén del Campo tenía en sus botas el primer tanto del partido pero su disparo de marchaba rozando el palo izquierdo.

A tres minutos del final de la primera parte una jugada en banda izquierda de Aguirre acababa tras un rechace con el balón en los pies de Gabarre. Su centro lo ganaba Moha para adelantar a los de Soria. Un gol que daba mucha tranquilidad a los visitantes justo al final de la primera parte.

Superioridad. Salía el Langreo con la intención de empatar el partido en los primeros minutos de la segunda parte. Tras varias aproximaciones al área de Ximo Miralles, la expulsión por doble amarillas de Marenyà daba un nuevo cambio de rumbo al partido.

Jugar en inferioridad frenó a los locales que se veían impotentes para crear peligro. Por su parte, los rojillos no querían arriesgar más de lo estrictamente necesario y se limitaban a conservar la posesión de balón sin obsesionarse por hacer el segundo.

Los locales esperaban su momento e Iglesias estaba a punto de empatar a 10 minutos del final con un disparo de falta que se estrellaba en el larguero.

Pasaban los últimos minutos sin ocasiones claras cuando llegando al 90 Álvaro Muñiz repetía una historia que ya es habitual en Soria. El del Langreo aprovechaba una falta para empatar el encuentro en un disparo en el que Ximo Miralles pudo hacer mucho más.

El Numancia empata y recibirá al Covadonga con la obligación de ganar para no pensar en, sí lo escuchan bien, no pelear por no descender de la Segunda B.