CyL mantiene la subida de precio de la superficie agrícola

P. Velasco
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El valor de los terrenos para uso agrícola en la Comunidad creció durante el año pasado, aunque solo un 0,7 por ciento, con mayores incrementos en el regadío y en el viñedo

La superficie de regadío se ha revalorizado más respecto a la de secano en Castilla y León durante el año pasado. - Foto: Ana M. Díez

La tendencia positiva del precio de la tierra de cultivo en Castilla y León se mantiene en los últimos ocho años y pese al descenso registrado a nivel nacional, la Comunidad se libra y consigue un incremento medio del 0,7 por ciento durante 2019, lo que la mantiene como una de las que más contribuye al aumento del valor de los terrenos agrícolas en España. El precio medio de la tierra para uso agrario en la región aumentó 40 euros por hectárea desde los 5.861 en 2018 a los 5.901 en 2019, lo que supone un 0,7 por ciento más, mientras que a nivel nacional descendió un 0,3 por ciento con 30 euros menos por hectárea.

Según los datos que publica de forma anual el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a través de la ‘Encuesta de precios de la tierra’, Castilla y León no es la única comunidad en la que se incrementa el precio de las parcelas agrícolas y ganaderas, además de encontrarse en la zona baja de las subidas, ya que en 2019 aumentó en doce de las 17 comunidades, las cuales recogen el 67,34 por ciento de la superficie que se analiza.

En este sentido, merecen especial atención los incrementos de Baleares (4,7 por ciento), Asturias (4,2 por ciento), Extremadura (3,6 por ciento), La Rioja (3,1 por ciento) y Comunidad Valenciana (2,5 por ciento). Se producen descensos en Andalucía, Aragón y Galicia.

En Castilla y León, el mayor incremento se produjo en el viñedo de transformación de secano, con una subida del 1,5 por ciento, pasando de los 19.856 euros por hectárea en 2018 a los 20.163 del año pasado. A nivel nacional, el aumento fue de un 0,4 por ciento, por debajo de lo que se paga en la Comunidad con 14.480 euros de precio medio.

El comportamiento del regadío en la región fue mejor que el del secano, con un incremento del 1,3 por ciento en el primer caso y tan solo del 0,4 por ciento en el segundo. En el caso de las parcelas de labor de regadío se pasó de los

12.612 euros por hectárea en 2018 a los 12.772, mientras que a nivel nacional el valor se situó el año pasado en los 17.552 euros.

Los precios tampoco descendieron en los prados y praderas permanentes y otras superficies para pastos, como sí había ocurrido en anteriores periodos, valorados en el año 2018 en 3.221 euros por hectárea mientras que en 2019 tuvieron un coste medio de 3.252, lo que supuso una subida del 0,1 por ciento frente la subida del 2,5 por ciento que se registró a nivel nacional.

Tipos de cultivos

Por categorías de cultivos, Castilla y León es una de las más significativas. En el caso de los cultivos herbáceos de secano más barbecho es la primera con más peso -el 31,5 por ciento- seguida de Castilla-La Mancha (24,9%), Andalucía (12,7%) y Aragón (12,1%).

La situación se repite en el caso de los cultivos herbáceos de regadío, como recoge la mismas encuesta del Ministerio, en los que las cinco comunidades con más importancia en esta tipología son: Castilla y León (29%), Aragón (20,7%), Andalucía (14,4%), Castilla-La Mancha (13%) y Cataluña (8,1%). Además, se da la circunstancia de que el precio sube en todas ellas.

Castilla y León también es líder en otra de las tipologías, la de aprovechamientos -prados y praderas permanentes y otras superficies para pastos- en la que las que tienen más importancia son la nuestra, con un 24 por ciento, seguida de Extremadura (19,7%), Andalucía (14,9%), Castilla-La Mancha (8,4%), Aragón (8,1%) y Galicia (5,7%).

La Comunidad únicamente se queda más retrasada en el caso de la uva de vinificación de secano, donde aporta el 6,5 por ciento, muy por detrás de Castilla-La Mancha (47,8%), Extremadura (9,1%), Cataluña (8,5%), la Comunidad Valenciana (6,6%) y La Rioja (5%).

Desde las organizaciones agrarias han advertido en varias ocasiones durante los últimos años sobre el «desorbitado» precio de las tierras en Castilla y León, ya que consideran que muchas veces la producción de dichas superficies no está a la altura de su precio de venta. Además, denuncian el intrusismo que existe con fincas a las que no pueden acceder los agricultores.