La primera ley de derechos de los animales está en curso. El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha presentado el anteproyecto de la denominada Ley de Protección y Derechos de los animales. La intención del departamento dirigido por Ione Belarra es que llegue al Consejo de Ministros el próximo mes de noviembre. El borrador, que aún puede cambiar ya que está a expensas de los informes del resto de ministerios y en plazo de información pública, despliega una batería de medidas que acotan en qué condiciones pueden estar los animales. 

El objetivo de la nueva norma es, en palabras de la ministra:«Algo tan básico en nuestro país como la obligatoriedad de preservar el bienestar animal». También, lograr el «sacrificio cero, abandono cero» de los animales. De hecho, se prohíbe expresamente el sacrificio y solo se procederá a la «eutanasia justificada bajo criterio y control veterinario».

Aunque el documento definitivo está por aprobar, las líneas principales de la ley han sido presentadas esta semana, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de los Animales que tiene lugar cada 4 de octubre. Entre otras medidas, el anteproyecto prohíbe la venta de animales en tiendas con el pretexto de evitar la compra compulsiva. También,  «su exhibición al público» con fines comerciales. 

Limita la tenencia de mascotas en casa a cinco, e impide mantenerlos de forma permanente en terrazas, balcones o azoteas. Se prohíbe la venta entre particulares, y solo será posible la cesión gratuita, que deberá quedar reflejada por contrato. Además, establece cursos para facilitar una tenencia responsable y permitirá retirar un animal de compañía a su dueño si este no garantiza sus derechos y desarrollo saludable. La cría de animales de compañía deberá ser autorizada y los criadores se deberán inscribir en el Registro Nacional de Criadores, que dependerá de la Dirección General de Derechos de los Animales y acreditar formación. La norma acaba también con los circos con animales y con la posibilidad de que los animales participen en romerías, procesiones, belenes o en la cabalgata de los Reyes Magos. El texto parte de la consideración de los animales como «seres sintientes» y recoge un régimen sancionador que puede llegar hasta los 600.000 euros para las infracciones muy graves.

Aunque queda todavía camino por andar, de salir adelante en los términos en los que está planteada obligará a replantear algunos negocios, como las tiendas de mascotas. En la ciudad, Canal, ubicado junto a la plaza de toros, y Caleya, en la calle Las Eras, ofrecen este servicio que, cabe matizar, en estos momentos ya está regulado. Estos negocios especializados son inspeccionados periódicamente a nivel veterinario, deben estar declarados como núcleo zoológico, llevar un riguroso control de cada animal que entra y sale en un registro que se supervisa periódicamente por la autoridad y, por supuesto, someterse a la revisión de la opinión pública a diario cada vez que abren la puerta, ya que son negocios donde sus instalaciones y cuidado del animal quedan expuesto a ojos de todos. Los responsables de ambos establecimientos analizan cómo les afectará la nueva norma.