Fernando González Ferreras

PREDICANDO EN EL DESIERTO

Fernando González Ferreras

Catedrático


El gran apagón

20/11/2021

Se entiende por gran apagón un corte de luz masivo y de larga duración que podría producirse por fenómenos naturales -como una gran tormenta solar-, sobrecargas de la red eléctrica –por elevadas demandas puntuales de consumo-, fallos técnicos o accidentales –corte de líneas eléctricas por accidentes- o ataques informáticos –terrorismo cibernético-; cualquiera de estas situaciones impediría toda actividad dependiente de la energía eléctrica, pararía el transporte público, internet, la red telefónica y los servicios esenciales de seguridad –policía, bomberos y sanidad-.

El primer país que aconsejó a sus ciudadanos que se prepararan para un gran apagón que afectaría durante 15 días a toda Europa a partir del año 2025 –el sol tendrá entre 2022 y 2026 un periodo de máxima actividad- fue Austria; posteriormente lo han hecho Alemania y Suiza. La ministra de Defensa austriaca, ha sido tajante: «La pregunta no es si habrá un apagón, sino cuándo», una amenaza de vivir sin luz durante semanas. Puede parecer una exageración pero recordemos el Covid: nadie esperaba una crisis sanitaria como la que tuvimos.

¿Puede haber un gran apagón en Europa? Me parece poco probable aunque no imposible. Pueden producirse apagones a pequeña escala o en zonas concretas, pero la estructura eléctrica de la eurozona está bastante compartimentada y podrían auxiliarse unas regiones a otras.

¿Y en España? Los expertos opinan que la probabilidad de un gran apagón eléctrico es muy baja porque nuestra red es muy segura. Tendrían que combinarse cuatro situaciones para padecer un riesgo real: poco viento, nada de sol, sequía prolongada y un problema de suministro del gas natural que viene de Argelia, tema delicado aunque el gobierno asegura que el suministro está asegurado.

No es imposible que padezcamos apagones de algunas horas en algunas zonas, pero no un apagón sostenido. Ya ha habido experiencias de apagones locales que se resolvieron con rapidez. Veremos que ocurre con el gas a finales de enero en que la meteorología será muy adversa: mucho frio y poco sol. Me parece que el precio de la luz es un problema mayor que el desabastecimiento del gas o un posible apagón.

Nunca he sido partidario de las teorías de la conspiración y no caí en la tentación, en la pandemia, de comprar papel higiénico como para satisfacer las necesidades de un cuartel. He estado muy tranquilo, después de haber escuchado a los expertos, sin creerme la amenaza de un apagón global. Hasta ahora. Las declaraciones de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica de España, Teresa Ribera, cuando ha afirmado que "el suministro de electricidad está garantizado" y que "descarta con rotundidad el riesgo de que se produzcan en España apagones eléctricos" me han dejado inquieto. Y no debo de ser el único preocupado ya que se están disparando las compras de kits de supervivencia –pilas, botiquín, velas, generadores, linternas, cocina de gas, mantas, comida no perecedera, agua, etc-.

He recordado la crisis económica de 2008 cuando el presidente Zapatero señaló que "sólo se trata de una leve desaceleración económica" o en el comienzo de la crisis del Covid cuando el mensaje oficial fue "en España no habrá más de uno o dos casos a lo sumo". ¡Ojalá acierten esta vez!

De todas formas, no voy a ceder ante mensajes apocalípticos. Ni voy a saquear los supermercados para atiborrar la despensa de casa ni compraré velas como para iluminar una catedral.