La Casa de la Ciudad, en el monte Valonsadero y a la que se llega por una ruta de senderismo, se encuentra en muy mal estado e incluso se ha derrumbado el interior recientemente. El Ayuntamiento de Soria no planea ninguna actuación a corto plazo para salvarla de la ruina (ahora hay temas más importantes dada la situación de crisis derivada de la pandemia), pero sí que es cierto que los distintos equipos del actual alcalde, Carlos Martínez, lo han contemplado y también aparecía el «arreglo» en el programa electotal de 2019.

La concejala de Medio Ambiente, Yolanda Santos, espera que se pueda actuar «a medio plazo» e incluir la rehabilitación en un proyecto «más global» de Valonsadero que opte a fondos europeos y  del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. «Es uno de los inmuebles patrimoniales que el Ayuntamiento siempre ha querido recuperar, pero en un proyecto que le dé sentido, acorde al uso que se le vaya a dar», dice. 

Este mismo mes se denunciaba en Twitter el mal estado de este histórico edificio, que fue la primera vivienda de los guardeses del monte Valonsadero y su construcción puede remontarse al siglo XVIII. «El interior ha acabado por venirse abajo», apuntaban los internautas recordando que de esto se venía advirtiendo 50 años. La actual Casa del Guarda se construyó en 1923 y la Casa de las Autoridades en 1954. La maqueta del monte se exhibe en la Cabaña cercana al Centro de Interpretación y la Casa del Guarda. Esta reproducción se hizo en el año 2000 y se recuperó en el 2009.

El abandono de la casa de la ciudad - Foto: Eugenio Gutierrez Martinezruta. El Día de Soria se acerca a la Casa de la Ciudad para observar su estado y tomar imágenes tras el derrumbe producido. El edificio da nombre a una ruta circular de unos 5 kilómetros que parte de las proximidades del centro de interpretación, discurre paralela al río Pedrajas y pasa por lugares como el popular Puente del Canto. Ya se han hecho mejoras en el entorno, como en las fuentes, y los recorridos están muy bien señalizados, siguiendo las señales amarillas y blancas. Se han hecho distintas actuaciones en los últimos años. 

La concejala destaca el valor ambiental del monte y especialmente del entorno de la Casa de la Ciudad, donde «no se escucha ningún ruido urbano» y puede contemplarse un paisaje impresionante, incluso con el Moncayo de fondo.