Cristina Juarranz recupera el ritmo

S. Recio
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La piloto de motociclismo ya compite tras dos embarazos y busca su cuarto título nacional

Cristina Juarranz recupera el ritmo

En el año 2018 Cristina Juarranz se hacía con su tercer campeonato de España de velocidad en categoría femenina. La soriana vivía un gran momento, demostraba cualidades de sobra para seguir evolucionando sobre las dos ruedas y lanzaba un mensaje, «es el momento de competir con los hombres». Su objetivo entonces era participar en el campeonato mixto. 

Pero en 2019 todo cambiaba. La piloto decidía formar una familia y tenía a su primera hija, Iris. Después llegó el covid, la cuarentena y una segunda niña, Aurea. Entre unas cosas y otras prácticamente dos años sin competir, «es mucho tiempo sin subirme a una moto», reconoce. Lo asegura ahora que vuelve a estar de nuevo en competición.

Cristina Juarranz competía en el interprovincial de Xerez hace apenas una semana, donde sumaba un pódium. Ahora tiene la vista fija en el Campeonato de España, el acontecimiento que le ha dado tres títulos, «hay que ser realista, no estoy al nivel», asume. Pero aun así deja una pequeña esperanza, «ojalá pueda estar en el pódium». Por delante ahora queda un mes para esa cita única en el calendario y todo puede pasar.

El cambio. En sus inicios, Cristina Juarranz competía con una moto de 600 centímetros cúbicos pero para dar un salto competitivo se decidió por una de 1.000, «es mucho más exigente a nivel físico, pero cuenta con mucha más potencia», analiza. Ahora la propia normativa le obliga a cambiar de nuevo, «el equipo es ahora oficial de Yamaha y era eso o buscar una nueva marca».

Con unos 120 caballos, la soriana sigue con el I+DENT Racing Team pero con un modelo con muchos cambios, «su característica principal es que es menos exigente a nivel físico». Este matiz le beneficia, «ahora tengo menos tiempo para entrenar y por eso valoramos esa opción, con el tiempo considero que es acertada». Pero a pesar de todo, necesita un periodo de adaptación.

Si tuviese que definir de una forma simple el funcionamiento de la moto, Juarranz lo tiene claro, «digamos que es más bonita de conducir». Una frase que merece una explicación mucho más extensa, «el mecanismo a menos potencia ya no consiste en parar, coger la curva y después abrir gas, aquí hay que dibujar esa curva, trazar de una forma diferente». En esencia «es más divertido y además me permite descansar más porque la otra moto exigía agarrarla incluso en las rectas, eso ahora no lo necesito».

En carrera y en este tipo de competición, las posibilidades se igualan, «casi toda la parrilla corre con la Yamaha R6 y en la pista se ha visto que no hay apenas diferencias». Son pruebas «más abiertas en las que se coge mucho rebufo y hay alternativas, a mí personalmente me divierte mucho».

El pódium en Xerez da buena cuenta de la adaptación de la soriana, «de momento uso las carreras como entrenamiento para el Campeonato de España y este fin de semana en Cheste será igual». Competiciones que son rutinas que ahora no puede realizar como antes. Su familia es la prioridad y el tiempo no siempre es el deseado para entrenar.

En peligro. El calendario del Campeonato de España de Velocidad Femenino siempre había contado con varias pruebas, pero en 2020 solo seis pilotos participaron, «el covid ha afectado pero lo más importante es la falta de patrocinadores». Competir «es caro y muchas empresas han reducido estas inversiones lo que hace que muchas no puedan correr». El mundo del motor sigue siendo muy exigente.

Cristina Juarranz sigue al amparo del I+DENT Racing Team, una escudería con la que ha logrado sus tres títulos, «yo tengo esa suerte pero por desgracia esto es dinero». Una situación que espera que cambie, «he hablado con algunas pilotos y este año vamos a ser muchas más». El número será determinante para el mantenimiento del campeonato, «esta vez vuelve a ser una sola prueba en Cheste, si no hay gente suficiente esto se pueda acabar».

No llegará la soriana en su mejor momento pero su participación es segura, «tengo toda la motivación e ilusión del mundo pero hay que tener los pies también en el suelo». A nivel físico su estado no es el óptimo, «estoy en un proceso de adaptación», y no entrena todo lo que le gustaría.

Como ya es sabido, Juarranz ha tenido dos hijas en los últimos años, «ellas me ocupan todo e tiempo y lo que me queda lo dedico a entrenar». Su preparación siempre la realizaba los fines de semana y ahora también lo hace, aunque con matices, «me llevo siempre a las niñas a los circuitos pero si hay 38 grados en la pista no puedo tirarme todo el día allí, tengo que priorizar su bienestar por encima del mío». La solución en las carreras que ocupan todo el fin de semana ha sido la de tener una caravana, «allí tienen aire acondicionado y están como en casa, pero eso no puedo hacerlo cuando solo voy a rodar». Con todo y con más Cristina Juarranz no descarta volver al cajón en el nacional, todo un ejemplo de conciliación y competición, pero también una muestra de lo difícil que es equilibrar ambas facetas. Octubre dictará sentencia.