En una nueva cita con el ciclo Soria Saludable en La 8 Soria, responsables de la Unidad de Psiquiatría del complejo hospitalario y del Cecopi (Centro de Coordinación Operativa Integrado COVID-19), el equipo Covid Residencias y el cuerpo de Bomberos de Soria desgranaron su participación y su percepción de la pandemia desde la primera línea, objetivo de este Mes de la Salud de la Fundación Científica Caja Rural (FCCR). Ricardo Martínez, jefe de Psiquiatría del hospital, destacó como lo positivo de la pandemia «la unión y la solidaridad» ante un enemigo común, algo que «faltaba mucho» en esta sociedad; y como lo negativo efectos como el cambio de hábitos y «el poso de soledad y sensación de abandono, especialmente de la gente mayor». Espera que tras más de 30 años intentando «diluir el estigma» de la enfermedad mental haya un cambio de tendencia y se valore lo que se puede aportar.
El psiquiatra profundizó en la sensación de miedo que ha causado el Covid, sobre todo en los mayores;mientras que a los jóvenes les ha influido más la precariedad económica y lidiar con hijos conflictivos. Respecto a las adicciones, aseguró que «son las que mejor han llevado el confinamiento porque están acostumbradas a vivir al límite». «Han conseguido por el sistema delivery, porque ahora ya la droga llega a casa a través de múltiples y variadas circunstancias... El precio ha subido porque hay menos oferta y la demanda es parecida, pero ellos han conseguido crear una red alternativa con cantidad de tretas...», explicó. Hubo casos conflictivos al principio, en el periodo adaptativo, alguno con PCRpositiva y síndrome de abstinencia; pero después han surgido soluciones alternativas y se ha evitado, de alguna manera, el «caos social» que supone un confinamiento para estas personas.
Sobre los que necesitaban salir en el confinamiento, habló de un porcentaje pequeño (con hiperactividad y claustrofobia) y criticó la «picaresca» de «personas que no aceptan la incomodidad», como ahora en el uso de la mascarilla.
El médico de Berlanga de Duero y voluntario del equipo Covid Residencias de la Junta, Clemente Viana, habló de la adaptación para esa lucha urgente contra la pandemia en espacios tan vulnerables. «En muchas residencias había una gran cantidad de casos, como si hubiera explotado de repente», describió. La actuación del equipo ha pasado por tres fases. La primera, de marzo a junio, fue «muy abrupta» y «se hacía medicina de guerra»; mientras que la segunda, en verano, fue más tranquila y se aprovechó para actividades; y la tercera, desde septiembre con la segunda ola, «se ha encarado de una manera diferente» porque se tiene más información.
De la primera ola, el médico recordó que «la gente estaba aterrorizada» y fue «un auténtico drama». Clemente Viana aclaró que «no hubo ninguna restricción» para la derivación de pacientes al hospital y el equipo de apoyo está «orgulloso» de haber salvado la vida a mucha gente, pero no se llegaba a todo... En la fase de transición, se aprovechó para prepararse ante una segunda oleada y gracias a la Gerencia de Salud de Área de Soria se mantuvo la actividad en los mese de verano, no como en otras provincias. «Hoy ese trabajo está dando sus frutos y sabemos cuál es la inmunidad de cada una de las residencias», detalló apuntando también a los protocolos de prevención realizados. En su opinión, hay que repensar el modelo de asistencia sanitaria en residencias de mayores.
En el acto, conducido por Iván Juárez, director de Promecal Soria, se detalló la actuación del Cecopi. José Antonio Lucas Santolaya, director del Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, coordinó un equipo de un centenar de voluntarios de varias administraciones en labores de desinfección. La coordinación y el aprendizaje fueron claves, con el riesgo de contagio y de uso de productos químicos peligrosos (lejías, etanoles...), lo que requería equipos de protección adecuados. Se fumigó de manera selectiva y destaca el trabajo en interiores (130 intervenciones), especialmente en residencias. En exteriores, se adaptó una manguera para desinfectar solo determinadas zonas (barandillas, bancos, cajeros...) y no desperdiciar agua ni contaminar. «Éramos un equipo muy potente», con trabajadores de la Junta, Ayuntamiento de Soria y Covaleda, Diputación y centro Santa Isabel y personas de la Asociación de Voluntarios de Protección Civil de Golmayo y del Club Moto Nieve Urbión.
La actuación de este equipo de voluntarios exigió una coordinación diaria dentro el Cecopi y con la UME y fue un ejemplo de colaboración entre administraciones. Además, se ha formado a mucha gente y «ha sido un elemento fundamental en la evolución de la crisis».
bomberos. Por su parte, Juan Carlos Rodríguez, jefe de Bomberos del Ayuntamiento de Soria, recordó los difíciles comienzos de la pandemia que requirieron una mayor formación y destacó la creación del grupo de desinfección del Cecopi, con voluntarios profesionales de distintos ámbitos. En marzo comenzó a hacerse desinfección exterior con hipoclorito (el personal de piscinas lo extraía manualmente y el químico de la empresa les explicaba) y después llegaron las pautas de Sanidad. La desinfección de interiores presentó más dificultades. Ahora es una etapa más tranquila, en la que se hace hincapié en la calidad del aire y la ventilación.
En cuanto a su actuación, no se podían desatender el servicio contra incendios y la atención en accidentes de tráfico. Además, apoyaron a las ambulancias y entregaron material de protección donde se requería, como las pantallas elaboradas por voluntarios. Los Bomberos, con una actuación intachable en toda la pandemia, consiguieron reducir los tiempos de desplazamiento de ambulancias por la instalación de un túnel de desinfección en el hospital.