Laberinto sin salida

M.R.Y. (spc)
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La caravana de migrantes ha visto cortado su camino hacia el «sueño americano» en la frontera y ahora debe decidir su futuro

Como si de la Tierra Prometida se tratase, miles de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, han recorrido más de 4.400 kilómetros desde mediados del pasado octubre para tratar de alcanzar Estados Unidos. Pero, como le sucediese a Moisés en el pasaje bíblico, ahora parecen quedarse a las puertas de alcanzar su objetivo: la frontera entre EEUU y México está cerrada para ellos y han quedado atrapados en Tijuana, donde siguen aguardando a que se abra la inmensa valla que les separa de lo que para muchos es su «sueño americano».

Unas 5.000 personas se encuentran varadas en la localidad limítrofe y la cifra irá en aumento, ya que miles de sin papeles caminan hacia allí. Y todos lo hacen con una clara convicción: no dar marcha atrás. Han emprendido un largo y agotador viaje para abandonar sus países y no piensan volver sobre sus pasos. Aunque actualmente el futuro se plantea diferente a cuando partieron de sus hogares, cuando huyeron de la violencia, la pobreza y el desempleo de sus propias naciones para buscarse una vida mejor. Ahora, encerrados en Tijuana, les toca pensar cómo llevar a cabo ese propósito, aunque sea lejos del territorio estadounidense.

Donald Trump, desde luego, intenta que sea así. Ha impuesto más restricciones al acceso de irregulares al país e incrementado la presencia militar en la frontera, donde, ante el temor de un asalto multitudinario que lleve a los congregados a atravesar la valla, se están levantando más medidas de seguridad, con alambres de púas, por ejemplo. También las autoridades aztecas sospechan con que esa posibilidad pueda suceder. Y más pronto que tarde. Y, por eso, también han elevado el dispositivo policial en la zona.

Es más, incluso podrían cruzar a nado. Un grupo de migrantes amagó esta semana con aprovechar la salida al mar, por Imprerial Beach, aunque finalmente optaron por darse la vuelta y no causar problemas, en medio de un clima de tensión en el lado mexicano, donde los residentes de Tijuana han mostrado su rechazo a que se alargue la estancia de los sin papeles en la ciudad.