La mina de magnesita de la localidad de Borobia funciona a pleno rendimiento desde 2017, pero la empresa que la gestiona se comprometió a crear, por convenio, una fábrica de transformación de este mineral para la obtención de óxido de magnesio, tarea que actualmente se desarrolla en Navarra. Esta ampliación, que se ubicaría en un terreno de 41 hectáreas que el Ayuntamiento ya tiene previsto ceder para tal fin, supondría la creación de una planta para treinta trabajadores. "Es lo que realmente se quiso para Borobia, si no, no nos habríamos comprometido con este proyecto, puesto que la fábrica iba a ser realmente el beneficio para el pueblo", recalca el alcalde de esta localidad, José Javier Gómez. Sin embargo, la empresa, no dispone de la declaración de impacto ambiental, para toda la superficie que utilizaría para ello, solamente para seis de las nueve cuadrículas mineras que utilizaría, y por ello, alega "que no puede justificar la inversión que comprometió, de 27 millones de euros", explica el regidor. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Léon ya llegó a dictaminar que los trabajos con dicho mineral no precisaban de esta declaración, por tratarse de una materia prima no contaminante y no perjudicial para las cuencas de los ríos de la zona. Por ello, desde la localidad, no comprenden que la inversión se dilate más en el tiempo, ya que además también está comprometida la instalación de una planta machacadora junto al perímetro de la mina, con la que se prevé crear otra veintena de puestos de trabajo, que se unirían a los 30 de la destinada a la transformación de la magnesita. 

Por otro lado, el alcalde del municipio, reconoce que la relación entre la empresa y la localidad es positiva. "Siempre se han comprometido con nosotros, eso es cierto, pero también queremos lo que se acordó en su momento", destaca.