Las empresas sorianas, reticentes a implantar el teletrabajo

Ana I. Pérez Marina
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FOES asegura que las empresas locales muestran «reticencias» a esta modalidad de empleo. Para la Cámara hay que aprovechar este momento para la «digitalización»

Las empresas sorianas, reticentes a implantar el teletrabajo

Unos 5.000 trabajadores teletrabajan en Soria, si se tiene en cuenta la estimación de la empresa de recursos humanos Randstad para Castilla y León, que cifra en un 12,9% el total de ocupados en la Comunidad que trabaja habitualmente desde sus domicilios, una tasa inferior a la nacional, situada en el 16,2%. El Real Decreto Ley 28/2020 de trabajo a distancia entró en vigor este martes 13 de octubre, por lo que a partir de esta fecha se abre un plazo de tres meses para que empresas y empleados en teletrabajo suscriban por escrito un acuerdo que contemple las condiciones de esta fórmula laboral cuya implantación se aceleró por la COVID-19. «La regulación del teletrabajo era necesaria para dar amparo a una realidad que la pandemia ha evidenciado y ha sido positivo que se haya realizado en el marco del diálogo social con el consenso de la CEOE, CC. OO. y UGT», apuntan desde la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES).

Sin embargo, la patronal soriana considera que «va a ser muy complicado generalizar» el teletrabajo en Soria por la estructura del tejido productivo en la provincia, compuesto en un 99,3% por pequeñas y medianas empresas (pymes) y ‘minipymes’, de las cuales la mitad no tiene trabajadores. «Por esta razón entendemos que la aplicación de la nueva ley será complicada en la mayoría de empresas de Soria a causa de las mayores obligaciones legales y requisitos que el teletrabajo implica», argumentan.

A juicio de la patronal soriana, por  el tipo de empresas de la provincia, la modalidad que podría aplicarse es la mixta, en la que el empleado combine el trabajo a distancia con el presencial. Pero, según FOES, existe un hándicap en estos casos, ya que la aplicación de la ley a esta fórmula supone «duplicar el puesto de trabajo del empleado», por lo que aumentarían los gastos para la empresa y mayores obligaciones con sus «consiguientes riesgos laborales».

«Por la relación diaria y directa que tenemos con el tejido empresarial, nos consta que las empresas estaban expectantes con respecto a la aplicación práctica de la ley, si bien una vez conocidas las implicaciones obligacionales y los mayores requisitos, la gran mayoría ha mostrado reticencias y poca disposición a implantar el teletrabajo», abundan desde la patronal provincial.

Según las estimaciones realizadas por FOES, antes del confinamiento, las empresas que permitían el teletrabajo oscilaban en torno a un 7% y subieron al 25% en el estado de alarma, si bien apuntan a la complejidad de elaborar un censo empresarial para ver dónde sería factible el teletrabajo. En este sentido, la organización de empresarios recuerda que el 21,8% del tejido productivo soriano pertenece al comercio, donde es difícil aplicar el trabajo a distancia, y el 54,4% a otros servicios basados en buena medida en la necesidad física de acudir al puesto de trabajo, como turismo y hostelería, donde el trabajo presencial es necesario e insustituible.

oportunidad. El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Soria, Alberto Santamaría, destaca que, ya al principio de la pandemia, desde la entidad se puso de relieve en que esta situación «forzaría» a las empresas a la digitalización, por lo que estima que es una oportunidad para la provincia, en particular de cara a empresas de las grandes ciudades que pueden «deslocalizar» empleo en su periferia, situación en la que estaría Soria respecto a Madrid. «Si para la empresa y el empleado es rentable, pues blanco y en botella. No estábamos preparados en marzo y rápidamente aprendimos. Ahora son necesarias ayudas y ajustes de la normativa para reforzar esta posibilidad de empleo», señala.

Santamaría defiende que se ha demostrado que la productividad no está directamente vinculada a las ocho horas de trabajo en el puesto y apunta a los modelos anglosajones en los que se valora lo que se produce y no la presencialidad. «No vale para todo, está claro. Pero una compañía de seguros, por ejemplo, puede gestionar lo mismo en una oficina que desde casa», sostiene.

El presidente de la Cámara admite que en ciudades como Soria no es tanto el ahorro en los desplazamientos a los centros de trabajo como en las grandes ciudades, pero también es un aspecto a tener en cuenta. «El teletrabajo ha venido para quedarse, hay que ir ajustando la regulación a lo que vaya viniendo», apostilla.

Asimismo, Alberto Santamaría apunta que es «importante» que sean las propias administraciones públicas las que den el paso de esa deslocalización, como parece que se materializará con el Centro de Proceso de Datos de la Seguridad Social que se instalará en la provincia de Soria. «Esto supone mucho ahorro público, al no tener que pagar esas sumas elevadas por oficinas en las grandes ciudades», comenta.

sector público. Los representantes sindicales de CC. OO. y UGT también se refieren al impulso del teletrabajo en el sector público. «La mentalidad de las administraciones es que todo sale por el trabajo presencial, cuando es evidente que el teletrabajo puede funcionar», estima el secretario general de CC. OO. en Soria, Javier Moreno.

En términos generales, Moreno recuerda que el teletrabajo es «voluntario, un derecho, no una obligación», así como el hecho de que la empresa tiene que proporcionar los medios materiales para su desempeño. Pone el acento en que los empleados que opten por esta modalidad tienen los «mismos derechos» que los que lo hagan de forma presencial. «Se ha demostrado que muchos empleos se pueden hacer desde casa, lo que también favorece la conciliación. Hasta ahora el mercado laboral favorecía la presencialidad, cuando lo importante es que se cumpla con el trabajo», sintetiza.

Por su parte, Alicia Barrios, secretaria de autonómica de FSP-UGT Soria, pone de relieve la voluntariedad, la reversibilidad de los acuerdos y la asunción de los gastos por parte de las empresas o administraciones como puntos clave de la normativa. 

Así, la sindicalista apela a la extensión de esta modalidad en la administración, ya que más de 7.800 personas están empleadas en el sector público en Soria y «representan una masa laboral muy alta» en el conjunto provincial. «Sigue siendo residual, no estamos acostumbrados y nos sigue pareciendo extraño. Pero el teletrabajo es posible y de eso se han dado cuenta empresas y administraciones en la pandemia, lo que ha acelerado la negociación de la ley. El teletrabajo se va a reactivar», considera.