Erasmus, de Belluno y Arrás... a aprender soriano

Ana Pilar Latorre
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Lisa y Naomi son dos estudiantes Erasmus Plus que llegaron para continuar con sus estudios de Traducción e Interpretaciónen septiembre al campus de Soria, ya como su casa

Erasmus, de Belluno y Arrás... a aprender soriano - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Tan solo llevan en Soria dos meses pero Lisa Bona y Naomi Gabryelczy, estudiantes Erasmus de Italia y Francia, respectivamente, ya se sienten como en casa. Lisa (21 años) viene de una pequeña ciudad del noreste de Italia llamada Belluno, a una hora de Venecia y Cortina. Estudia tercero de Traducción e Interpretación (en Italia el último curso) en la Universidad Ciels de Mediación Lingüística, en Padua, y quiere se precisamente traductora e intérprete, «pero ya veremos, porque hay muchas posibilidades y me gustan más cosas relacionadas con los idiomas». Sabe hablar inglés, francés y español y desde Bachillerato le atrajo la idea de solicitar una beca Erasmus Plus. En segundo curso lo dejó pasar, pero para tercero se decidió de verdad. Optó por Soria «porque el español es muy bueno a nivel académico y tenía la oportunidad de aprender el español de una manera más perfecta, ya que descarté lugares con acento más fuerte, como Sevilla, conde cortan las palabras y no se aprende tan bien». «En un primer momento creía que era la ciudad de Valladolid, pero era la universidad y el campus de Soria. No estoy decepcionada para nada y me gusta mucho estar aquí, ya que es una ciudad de tamaño medio, ni tan pequeña como mi pueblo ni tan grande como la ciudad en la que estudio». Le llama la anteción que tenga «naturaleza y servicios» y seguramente prolongará su estancia hasta mayo. Comparte piso con tres italianas, una irlandesa y una española y tiene un grupo de amigos sorianos con los que aprende mucho.

Naomi (23 años), desde que estudiaba español en el colegio, sabía que quería vivir fuera de Francia y estudiar otras culturas, con la idea de poder ser algún día profesora de español. Cuando tuvo la oportunidad de vivir un año en Mallorca decidió que quería ser profesora de español. Ya estudiando Traducción e Interpretación, pensó en solicitar una beca Erasmus en Gran Canaria o Granada, lugares donde «hace más calor».  Tampoco quería finalmente ir a Andalucía, porque «hubiera sido aprender a decir la mitad de las palabras, no el español correctamente». «Pero Soria era el único lugar donde ofrecían estar un cuatrimestre, por lo que no perdí la oportunidad y ahora no me arrepiento de mi decisión», comenta la estudiante. «Si quitamos el frío, Soria es una ciudad muy bonita. La gente es simpática, a veces un poco fría también», bromea. Ella es de Arrás, una ciudad al norte de Francia de 40.000 habitantes. «Se parece a Soria en población y arquitectura, porque también tiene una plaza Mayor, aunque más parecida a la de Madrid.La universidad sí que es más  grande que la de Soria. Cerca está Lille, con un millón de habitantes», explica. 

Está en tercero de Traducción e Interpretación (habla español e inglés) en este cuatrimestre le otorgan en Soria los mismos créditos que si estuviera en su universidad. Su idea es seguir moviéndose por Europa hasta acabar el máster de dos años para ser profesora de español, una profesión que le gustaría ejercer en un colegio francés pero en Latinoamérica, en Argentina o Uruguay, por ejemplo. El español le gusta mucho porque «es muy parecido al francés y al estudiarlo desde muy pequeña, me resulta muy fácil de hablar y entender».

En Soria comparte piso con dos estudiantes, también de su carrera, pero de Italia y República Checa. Naomi llevaba cuatro años viviendo sola, pero compartir piso en Soria le ha venido muy bien, porque comparten comida, juegos... «Me gusta la manera de vivir en España, aunque me ha costado acostumbrarme al horario y a costumbres como comer tarde. También se sale por la noche muy tarde, a las doce, pero en Francia es a las diez», detalla. Sus padres acaban de estar visitándola y también les ha gustado Soria, sobre todo pasear por la ciudad. A ella, le ha llamado especialmente la atención la iglesia de Santo Domingo y, como le gusta el senderismo, las márgenes del Duero. Todavía no conocen a Machado y Bécquer, pero tienen ganas de profundizar más en la historia y cultura sorianas.  De Soria ¡Ya! tiene una anécdota. «Veía colgadas las banderas por las calles y no sabía lo que era. Pero cuando viajé a Valladolid lo comprendí por la carretera que había... Es cierto que Soria está aislada...», comenta en perfecto castellano. Hasta el siete de febrero, todavía le queda mucho de Soria por descubrir.

nivel universitario. Tanto Naomi como Lisa destacan el ambiente y el nivel de la universidad, donde dice que se aborda mejor la traducción que en sus centros, con la inclusión de técnicas y herramientas informáticas y la ortotipografía, así como la disponibilidad del profesorado.

Con la beca se apañan bien. Lisa recibe 250 euros al mes de Erasmus (los estudiantes se seleccionan por nota) y Naomi 231 euros de Erasmus y una ayuda de su región de 80 euros a la semana. Recomiendan la experiencia, porque «aprender un idioma no es solo escuchar a un profesor en clase, también convivir con gente que habla otras lenguas y aprender su cultura. Escuchando, hablando, leyendo... se mejora mucho el nivel». Añaden que se aprenden también otras formas de vida, lo que es muy útil. «No todo el mundo está preparado para ser Erasmus, es una decisión personal y madura», comentan destacando que es una experiencia que permite crecer a nivel personal, más allá de simplemente pasarlo bien.