El kickboxing gana el asalto al futuro

EDS
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El club soriano cuenta con la cantera más numerosa de su historia fruto de un programa de formación que prioriza la educación en valores a la competición

El kickboxing gana el asalto al futuro - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Siempre que se investiga a la cantera de deportes de combate, la curiosidad es mayor ante la forma que los clubes tienen de afrontar la formación de este tipo de disciplinas. Soria cubre prácticamente todas las especialidades, pero cuando se descubre la cifra con la que cuenta el Club Kickboxing Soria, la sorpresa está garantizada. En una de las épocas más complicadas para la formación en el deporte, han alcanzado la cifra de 50 niños.

Buena culpa de ello la tienen un grupo de luchadores liderados por Daniel Crovetto que nunca se conformaron con escribir su nombre en las numerosas medallas conseguidas, «nuestra intención siempre fue tener un relevo que garantizase la supervivencia de es deporte», reconoce el propio Crovetto.

Ahora se puede decir bien alto y sin miedo a equivocarse, que el kickboxing cuenta con una de las canteras más numerosas de Soria. A esto se suma que vivir uno de sus entrenamientos es lo mismo que presenciar un ritual de disciplina y educación en valores, y eso es algo que se puede percibir a los pocos segundos de entrar en el tatami.

Rutina. Al llegar al centro de entrenamiento, lo primero es quitarse el calzado para entrar en el tatami. Comienza el calentamiento de uno de los grupos de formación del Club Kickboxing Soria. «Desde el primer momento buscamos que los niños se encuentren cómodos», asegura Daniel Crovetto. No es muy diferente de cualquier calentamiento de otro deporte, solo se distingue cuando ves a niños que no levantan demasiados palmos del suelo equipados en piernas con protecciones y en manos con sus guantes.

No busquen peleas, aquí no las hay. Con un silencio más que reseñable, todos esos combatientes se colocan por parejas para practicar los golpes, pero solo marcando los movimientos, «intentamos que aprendan las nociones básicas, pero de una forma segura», explica,  «a base de repetir movimientos una y otra vez, se acostumbran a no bajar la guardia y a estar siempre protegidos». 

Después también hay que soltar adrenalina y aquí entran en juego los paos, los guantes de protección que sirven para que un compañero golpee, «es la parte en la que perfeccionan lo aprendido antes». Es la parte más exigente, «físicamente es cuando más mejoran, lo hacen además a través de un deporte muy completo». No solo son puños, son patadas y un ejercicio de cardio muy intenso. Para terminar el entrenamiento, los más expertos sí que realizan pequeños combates, el resto reciben sus primeras nociones de mano de sus entrenadores, personas a las que respetan y escuchan como parte de esa formación.

Educación. La visión del entrenador está clara. Pero, ¿qué opinan los propios luchadores? Adriana Verde, a sus 11 años, es una de las más veteranas. Lleva desde los tres años practicando, «siempre me ha gustado el deporte de contacto», asegura. Buena culpa de ello la tiene su padre, uno de los entrenadores, «me encanta venir aquí todos los días».

Es el espejo en el que se miran todos sus compañeros, tanto a la hora de entrenar como de convivir, «aquí nos divertimos muchísimo, hacemos técnica pero también muchos circuitos, intentamos ayudarnos entre todos». Ella además va prácticamente uno por uno realizando estas rutinas con sus compañeros.

La actitud la pone Diego Lozano. Con nueve años cumple su segunda temporada, «empecé en esto porque me gustaba la defensa personal y quería aprender técnicas de combate». Desde el primer día se dio cuenta de que esto no iba de pegarse, «solo entreno y no quiero competir». Esto último lo ha aprendido en el día a día, «me gusta que los compañeros nos ayudemos entre nosotros, esto no es solo lanzar puñetazos y patadas».

Dos ejemplos de como el kickboxing ha calado hondo en Soria. Un deporte en el que el combate es solo una pequeña parte de la formación de esta cantera. Los valores, desde luego, han ganado este asalto.

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