"El tejido empresarial de Soria no está mal, está fuerte"

Ana I. Pérez Marina
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Acaba de cumplir el primer año de su segundo mandato al frente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Soria, aunque Alberto Santamaría forma parte de la entidad desde 2003, cuando entró como vocal

"El tejido empresarial de Soria no está mal, está fuerte"

La Cámara de Soria cumple 120 años. ¿Cuál cree que ha sido el punto de inflexión de la entidad para situarse como un referente para el empresario soriano?

Ha habido varios. Yo entré en 2003 y al año siguiente nos encontramos con todo el tema del secretario que había, hubo un proceso judicial, hubo que indemnizar después del juicio con mucho dinero y justo seguido entró la retirada de la cuota cameral, con lo cual la Cámara entró en una crisis profunda, como todas las de España, al quitar esa cuota y dejarle todas las encomiendas oficiales como Cámara de Comercio. Era un contrasentido, teníamos que dar servicios sin recurso económico. Como empresario tampoco gustaba pagar porque sí, pero fue muy drástico y no hubo un proceso de ajuste. Sin embargo, ahora las cámaras se han reinventado, se han acercado más al empresariado, precisamente porque tenemos que dar más servicio a través del Club Cámara. Se da una interrelación más profunda entre Cámara de Comercio y empresa, ellos se nutren de servicios y nosotros sabemos lo que realmente necesitan las empresas. Tenemos más de 2.200 socios en el Club Cámara.

Luego ha habido procesos electorales dentro de una tónica de intentar ir a por el poder, que todavía no lo entiendo. Esa cuota de poder que se le atribuye, no existe.

El próximo jueves será un día de reconocimiento a empresarios y a empresas. Si tuviera que dar nombres que hayan marcado un antes y un después de la Cámara, ¿a quién destacaría? 

De entrada, al germen, a esos señores que se juntan para hacer ese acta fundacional en la que ya estaban reivindicando y reclamando cuestiones que a estas alturas son tan actuales, en la que estaban reivindicando lo mismo que hacemos ahora 120 años después. Esa gente fue consciente, en una sociedad más complicada, y tuvo esa visión de agruparse y hacer una Cámara de Comercio para que fuera una herramienta para reivindicar. A partir de ahí hay un homenaje a todos los empresarios y los que han ocupado el puesto de responsabilidad de forma gratuita. Cn errores y aciertos, pero entendemos que hemos llegado hasta aquí. La Cámara es una de las cámaras más activas de España, con un proyecto de gestión más viable y ajustado a lo que los empresarios nos piden. Eso, quizás, nos lo da la propia cercanía con el empresario. Y que duda cabe, este último proceso electoral nos ha acercado muchísimo a las empresas y nos ha legitimado.

En el acto de celebración, ¿habrá momento para la reivindicación? 

El discurso, sin megáfono. Entendemos que hay que exponer de dónde venimos, agradecer a todos los que nos ayudaron en su momento y nos tienen que ayudar ahora. A lo mejor tampoco hemos empujado todos lo suficiente. Soy de los que opina que nadie va a hacer nada por nosotros si no ponemos nuestra parte. Es autocrítica, pero tenemos que decir que no es justo lo que le está pasando a la provincia de Soria y tenemos que trabajar, creernos nosotros mismos lo que es Soria, las posibilidades que ofrece y vender Soria en positivo, porque en la otra parte no hay nadie para escuchar las lamentaciones. 

También es de justicia destacar al personal de la Cámara porque son los que han aguantado la crisis, se han ajustado a ERE, han creído en la Cámara… es un equipo que ha sabido entender la situación que había, que lejos de ser una entidad cómoda, hemos andado muy solos para poder recuperar el sentido que debía tener la Cámara. Agradezco al personal su esfuerzo, porque los técnicos son los que se quedan y dan viabilidad y proyección a la Cámara.

Hace un año, en su reelección, el objetivo era favorecer la creación de 100 empresas y 150 puestos de trabajo. Los esfuerzos de los últimos meses se centran en ese llamamiento para conseguir mano de obra. ¿En qué se ha avanzado?

Se han constituido 102 empresas y se han creado 160 puestos de trabajo, pero la misma buena noticia hubiera sido crear 80, porque lo que toca es que no se escape nada. En esos encuentros que tenemos a principios de año, para tomar el pulso, las empresas coincidieron en el problema que tienen para conseguir mano de obra y veían que a medio plazo esos 1.300 puestos de trabajo que necesitan iba a ser complicado cubrirlos. 

Hemos puesto en marcha localizar trabajadores en otros países, aunque tenemos como prioridad absoluta que sea gente de Soria, de Castilla y León, de España, pero hay puestos que no se cubren porque hay dificultad en todo el país para  ello. Abrimos líneas con Chile, Perú, Argentina y Filipinas. El efecto llamada también se hizo estratégicamente a través de la prensa internacional, se trajo al director general de Inmigración y se sensibilizó con el tema. Es complicado que los inmigrantes ilegales que cumplan los perfiles puedan cubrir algunos puestos, porque la administración es reticente. Es una controversia en la que estamos, porque dicen que si están de una forma irregular, encima no les vas a premiar, y de la misma manera decimos que igual había que castigarlos a ellos porque qué hace gente irregular aquí, cuando es competencia del Estado. Es bueno que se genera esa tensión para intentar dar soluciones.

Vista la experiencia reciente de grandes proyectos empresariales que están en la cuerda floja después de haber recibido todo el apoyo, ¿cuál debe ser la apuesta?

Bienvenidas sean las grandes empresas, pero no podemos estar solo apostando a caballo grande. La estructura en la que estamos trabajando en la Cámara a través de Impulso Emprende, ya partiendo de la educación que reciben los chavales como emprendedores, permite que se creen esas cien empresas todos los años y 160 puestos de trabajo. No se hace ruido, pero estamos conectados con la realidad social, económica y laboral de Soria y nos permite tener una foto más amplia de las necesidades que puede haber.

Los datos del paro, conocidos esta semana, son negativos: Soria lidera el crecimiento del desempleo en la Comunidad (un 9,43% más en octubre respecto a septiembre) y el número de trabajadores sin empleo ya suma 3.400. ¿Encaramos otra crisis?

Es cierto que hay desaceleración. Estamos sujetos a que el decrecimiento o la desaceleración vengan en un 99% por agentes externos. En un mercado global y cuando eres una parte tan débil como lo que pueden aportar las empresas de Soria, pues según vaya la corriente económica tendremos que estar ahí. Ya no es que estemos desfasados, como se decía antes, hoy los cambios vienen muy rápidos tanto para bien como para mal. Entendemos que hay una desaceleración y a España le ha pillado en un porcentaje más alto de crecimiento, por lo que la desaceleración es proporcional. Hay que estar ojo avizor, no con miedos, pero las empresas están mirando los proyectos, sus ubicaciones y cada empresa tiene su estrategia para vivir en situaciones más complicadas. El tejido empresarial de Soria no está mal, está fuerte y cada vez más adaptado al mundo global.

¿Hemos aprendido a vivir en crisis?

Sí, sí. Esta crisis cambió el formato tanto de empresas como de trabajadores, la forma de entender las cosas. Fue tan convulsa que todo el mundo teme poder equivocarse y volver a situaciones repetidas. Nos pilla preparados. Nos hemos acostumbrado a trabajar y, al menos, no perder, y antes parecía que si no había un margen mínimo no merecía la pena trabajar. Ahora mismo la sociedad está preparada para esto.

El comercio tradicional atraviesa una profunda crisis. ¿Qué se puede hacer para frenar esta deriva?

Está complicado. Pasa en Soria, en toda España y en todo el mundo. Al final, la irrupción de las grandes plataformas logísticas y de venta, multicanal como Amazon, que cada vez se come más cuota de mercado, hace que los comercios tradicionales lo tengan cada vez más complicado. La solución pasa por adaptar el producto a la demanda del consumidor y en Soria, al turismo. En Soria tenemos un problema de masa crítica que recupera en épocas de turismo. Tenemos que adaptarnos a lo que demandan esos clientes y hacernos visibles en una transformación digital. Hoy día cualquier compra empieza en el móvil y acaba en el móvil. Es la batalla que han ganado las grandes plataformas que nos han acostumbrado a comprar desde casa.

Por otro lado, se hace un llamamiento a los gobiernos porque son los primeros perjudicados, porque estas plataformas no pagan impuestos desde donde venden, y en contrapartida el comercio tradicional, que no vende, tampoco paga esa proporción, con lo cual le están comiendo por los dos sitios. Y el estado de bienestar se nutre de los impuestos.

Mientras se crean nuevos espacios cuando los existentes están vacíos...

Los locales céntricos de Soria no se ajustan a la realidad de los comercios y estamos viendo que tienda que cierra, tienda que no abre. Es complicado lanzarse a una aventura con los alquileres que se piden, legítimos, pero la renta tiene que ser una parte proporcional de lo que puede generar un negocio, sino no se sostiene. 

Ante el actual panorama empresarial, ¿qué papel debe jugar la Cámara a corto-medio plazo?

La Cámara es el enlace de todas las empresas de Soria, es un órgano de servicio público y tiene tender una mano a la administración y otra a las empresas. Es ese puente de comunicación en los dos sentidos. Entenderlo así es lo que nos lleva a estar presentes en todas las empresas. Que nos cuenten lo que pasa en esas reuniones es una información muy valiosa para los que nos administran para ver cómo hay que jugar las cartas. Los empresarios están con el día a día, pero hay que intentar sacarles qué les preocupa. Así lo hemos visto con el tema de la mano de obra, que es un mal común para todos.

¿Cuáles son los sectores con más perspectivas de desarrollo?

Hablando de sectores endógenos, el agroalimentario, por supuesto, porque todo lo que se instale de agroalimentaria aquí queda, tanto en infraestructura como en posibilidades de desarrollo. Ahora estamos con el aeródromo de Garray. Estoy convencido de que hay un activo muy importante en un aeródromo con una licencia virgen, cerca de Soria. No sé si será este proyecto u otro, pero hay demanda para guardar aviones 747, para repararlos, transformarlos... Estamos viendo el ejemplo de Teruel que está saturado a dos años de ponerse en marcha, pues el aeródromo de Garray también puede generar una corriente industrial interesante.

A veces se demuestra que cuando se apunta alto, no siempre funciona, igual habría que ser más modestos…

No hay que perder las oportunidades, ni dejar de trabajar en el día a día. No podemos esperar a que venga la gran empresa que nos solucione el problema de Soria. Hay que poner los huevos en distintas cestas.