Once años de asociacionismo legal en la Guardia Civil

Ana I. Pérez Marina
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En noviembre de 2007 vio la luz la primera ley reguladora de los derechos y deberes de la Benemérita que, entre otras cosas, reconoce el derecho deasociación, aunque no el de sindicación ni el de huelga

Once años de asociacionismo legal en la Guardia Civil - Foto: Ángel Ayala

Hace once años y dos meses que se aprobó la Ley Orgánica reguladora de los derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil. El texto, en su artículo 2, reconoce a los agentes como «titulares» de los derechos fundamentales y de las libertades públicas reconocidos en la Constitución,  «sin otros límites en su ejercicio que los establecidos en ésta, en las disposiciones que la desarrollan y en la presente Ley Orgánica». Por ejemplo, el artículo 7 sobre la libertad de expresión y de información, algo que en cualquier otro colectivo profesional no cabe matiz, se admiten los mismos para los miembros de la Benemérita, pero con «los límites que establece su régimen disciplinario» y se apunta también a la «neutralidad» política y sindical.

Y es que aunque la ley de 2007 reconoce el derecho de asociación, por lo tanto legalizó todas aquellas organizaciones que trabajaban en la clandestinidad, la misma norma les niega el derecho de sindicación o el de huelga. De hecho, algunos de los representantes de estas entidades intervienen desde el anonimato para «evitar represalias a nivel disciplinario, que son siempre directas y personales», señalan desde la delegación soriana de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC).

en el registro. Esta organización es una de las 14 inscritas en el registro de las asociaciones profesionales de la Guardia Civil y cuenta con una representación de «alrededor del 40%» de la plantilla de Soria. Media docena de estas entidades cuentan con delegados en Soria, que precisamente esta semana han sido convocadas a la reunión semestral en la Comandancia de la Guardia Civil de Soria, encuentros regulares en los que se ponen de manifiesto propuestas e inquietudes que atañen al cuerpo benemérito.

«No es que se haya avanzado en estos once años, sino que se ha dado un giro, como conseguir crear un registro de asociaciones», señala el representante de la AUGC en Soria, que también pone el acento en una larga lista de logros que se han conseguido en los tribunales.

sentencias judiciales. Así las cosas, menciona algunos fallos recientes del Tribunal Supremo como la que reconoce el «carácter profesional» de la Guardia Civil o la que este verano tumbó la Orden General de la Dirección General sobre los derechos de las asociaciones profesionales de la Benemérita.

También el Supremo dictó el pasado marzo que reconocía el derecho de AUGC a formar parte de la red Confederación Europea de Policía (EuroCOP) y estableció que la característica principal de la Guardia Civil es constituir un cuerpo policial.

«Han sido muchos los obstáculos que hemos tenido que ir salvando para estar ahí y movilizarnos. Las más representativas formamos parte del Consejo de la Guardia Civil, que es el órgano deliberador. Somos las asociación con más presencia», señalan desde la AUGC.

Una de las funciones prioritarias de este consejo pasa por analizar y estudiar las propuestas que se ponen sobre la mesa sobre por todos los componentes del cuerpo sobre régimen de personal, el ejercicio de derechos y deberes reconocidos, aspectos sociales, así como protección de la seguridad y la salud en el desempeño de las funciones.

«Es como una mesa de negociación. Otro de los logros es de la jornada de laboral, algo que afecta a cualquier trabajador. Ha tenido que ser también una sentencia del Tribunal Europeo la que reconozca once horas de descanso entre servicios», añaden desde la representación en Soria de la AUGC.

Para la AUGC ha habido dos hitos históricos en la trayectoria reivindicativa de la Guardia Cvivil, «dos manifestaciones muy fuertes» a nivel nacional, con repercusión «internacional».

Una de estas movilizaciones tuvo lugar en la plaza Mayor de Madrid en los meses previos a la aprobación de la Ley Orgánica 11/2007, de 22 de octubre, cuando salieron a la calle decenas de guardias civiles, muchos de ellos de uniforme para exigir la modernización y desmilitarización del instituto armado. 

La importancia de estas protestas radica, precisamente, en la prohibición que refleja el artículo 8.3. de la ley: «En todo caso no podrán asistir a manifestaciones o reuniones vistiendo el uniforme  reglamentario, ni portando armas y deberán respetar las exigencias de neutralidad propias de la condición de Guardia Civil».