Club Campano se opone al Plan contra el Siluro de la Junta

Ical
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Piden descastes en masa para el siluro y la pesca libre en los pantanos de Los Rábanos y Cuerda del Pozo

El Club Campano se opone al Plan cotra el Siluro de la Junta

El Plan de Control del Siluro, elaborado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, no será efectivo en Soria, según denuncia el Club Deportivo de Pesca el Campano, quien señala que debía de contemplar la pesca libre (descastes en masa) en los dos embalses afectados por esta especie invasora, La Cuerda del Pozo y Los Rábanos y en el azud de Almarail. Además, en su opinión también tendría que haber planteado un mayor control (con celadores y agentes medio ambientales) por parte de la administración sobre la actividad para evitar la proliferación de la especie invasora en otras aguas.

A finales de mayo la Administración autonómica planteó la posibilidad de que los clubes y asociaciones sorianas y también las de Burgos, para que puedan hacer lo propio en el embalse del Sobrón, pudieran pescar siluros, previa inscripción por parte de los club o asociaciones habilitadas para ello en el Servicio Territorial de Medio Ambiente, que dispondrá las jornadas autorizadas.

El jefe del Servicio de Medio Ambiente de la Junta, José Antonio Lucas, explicó a Ical que se ha establecido un mecanismo entre la solicitud de cuatro sociedades de pesca de Soria y las resoluciones del servicio para que puedan pescar y, a la vez, la administración controle lo que capturan con el objetivo de tener una mayor información de lo que realmente ocurre en estas zonas de aguas dulces.

“Para pescar siluros tienen que pertenecer a alguna asociación de pesca, que debe requerirlo y apuntar la jornada, es decir de qué día a qué día pescarán y una relación nominal de las personas que acudirán a dicha jornada. Los celadores comprobarán el nombre del pescador y se les entregará una ficha de control en la que apuntarán el número de ejemplares capturados, que deberán darles muerte o sacrificio”, indicó.

Lucas rechazó la posibilidad de abrir la pesca libre, ya que recuerda “no es viable y la normativa no lo permite”, y recordó que la disposición trata de cuantificar la población de siluro, y ponerle freno de alguna manera, ya que “es difícil erradicarlo si ya existe, está instalado o tiene tres o cuatro generaciones viviendo en las aguas de los pantanos”.

Para el tesorero del Club Deportivo El Campano, Antxon de Miguel, la resolución permitiendo “de esta particular forma la pesca” llega tarde, ya que llevan, al menos tres años, avisando de la proliferación de esta especie voraz conocida como el basurero de los pantanos, y avisa que la legislación o normativa sí permite pescar en otros sitios, incluso de la Comunidad (en Zamora se permitió capturar lucio percas), estas especies como manera de erradicarla.

De Miguel subrayó que la Consejería de Medio Ambiente no permite el descaste en masa al considerar que aprovechando la pesca deportiva algunos pescadores tuvieran la tentación de trasladar siluros a otras aguas para su repoblación, un extremo que “criminaliza al colectivo a priori” y que presume, de antemano, que “cometerán un acto ilegal”.

“Es evidente que esto ha pasado porque los siluros no han aparecido por arte de magia en los embalses españoles, pero dar por hecho que vamos a cometer una ilegalidad es absurdo, como prohibir la compra de un coche porque puedes ser un kamikaze”, lamentó.

Asimismo, puntualizó que la Administración no ha sido capaz de recabar información sobre la especie invasora en Soria, y recuerda que, el pasado año, con una bajada del caudal del agua del 20 por ciento en el embalse de los Rábanos, donde sí existe la certeza de que hay siluros, hubiera sido muy fácil hacer un descaste en masa para conocer su tamaño y la cantidad que pudiera haber. “En la Cuerda del Pozo no existe la certeza de que hay siluros. Yo no conozco ni un solo pescador que haya capturado la especie”, avisó.

En este aspecto, subrayó que la posición del Club pasaba porque se permitiera la pesca libre, con las técnicas precisas, para controlar la especie y como forma de atraer turismo, ya que los pescadores que vengan de fuera no podrán practicar la actividad en ninguna de las tres zonas. Sin embargo, la disposición publicada el 28 de mayo tiene “un montón de condicionantes y mucha burocracia”.

Asimismo, aseguró que de no pescarse el siluro cada vez engordará más y criará, e incluso, en el momento que se abran las compuertas de los pantanos bajará fácilmente al río Duero.

“La única manera de controlar la especie es que se pesque y se retire del agua, gracias a la colaboración de una cantidad considerable de pescadores. Para que ninguno cometa ilegalidades se deberían de hacer los controles adecuados. Lo que es absurdo, es no autorizar porque de antemano presumes que se va a cometer un delito y que se va intentar repoblar la especie en otras aguas”, reiteró.

Juan Pablo Martínez, socio de este club de Pesca, también se muestra en contra de esta medida limitadora, ya que “antes venía mucha gente de fuera a pescar a la Cuerda del Pozo”, que generaba ingresos en la zona.

Asimismo, lamentó que ya se hayan sacado de las aguas del Duero a su paso por la capital algunos ejemplares de siluros, ya que, sentencia, acabarán con las especies autóctonas. Al igual que su compañero pide la pesca libre en las tres zonas y un mayor control por parte de la administración sobre las capturas.

Disposición

El siluro se introdujo en España en 1974 por parte de un particular en el pantano de Mequinenza y Ribarroja en Zaragoza, con fines de pesca deportiva, y se ha extendido a lo largo del río Ebro y sus afluentes, en especial el Segre.

En la disposición, la Consejería recuerda que se trata “de una especie invasora-incluida en el catálogo de especies exóticas invasoras-que causa un gran impacto sobre los ecosistemas acuáticos, al alterar fuertemente la estructura trófica de las comunidades- debido a su carácter eminentemente depredador.

En el plan se reconoce que es muy “complicado y costoso” erradicar la especie y las medidas que se plantean se dirigen, sobre todo, a su control. Sus objetivos son reducir los efectivos poblaciones a niveles inferiores a los actuales para minimizar los daños a los ecosistemas actuales y contribuir a su menor potencial de dispersión en cuanto a su área de distribución. También evaluar, a través de índices de capturas, el tamaño inicial de la población y prospectar la presencia de la especie en otras masas de aguas donde la fuente de información sobre su existencia se basa en citas.

Asimismo, pretende implicar a la sociedad civil, concretamente a las asociaciones colaboradoras de ámbito provincial como actores de este plan de control y mejorar el estado de conocimiento sobre las medidas de control de la especie, divulgar, formar sobre los efectos perjudiciales derivados de su presencia y difundir los resultados.

El plan incluye medidas de control físico de la especie, con la extracción de los ejemplares a través de artes y medios de pesca, desde la orilla o mediante aparatos de flotación.

Para ello, se podrá autorizar la pesca nocturna; el uso de cebos y señuelos diferentes a los autorizados o contenidos en el Plan de Pesca o disposiciones de carácter general; la utilización de fuentes luminosas artificiales como medio de atracción o paralización de los ejemplares de pesca; aparatos punzantes como arpones, flechas, garras, garfios y bicheros; y artes de tirón y de ancla.

El siluro es el pez de agua dulce de mayor talla de toda Europa, con cuerpo alargado y comprimido en la parte posterior, piel sin escamas y recubierta de abundantes mucosidad. Tiene la cabeza grande, ancha y aplanada, con seis barbillones bucales, dos largos y móviles en la mandíbula superior y cuatro más pequeños en la inferior. Puede alcanzar hasta los 2,5 metros de longitud y hasta los 100 kilos de peso y vivir hasta 26 años.