La laguna de Conquezuela se desecó en 1959 para facilitar su uso agrícola y fue objeto de una concentración parcelaria. En 2005, cuando Cristina Narbona era ministra de Medio Ambiente, se aprobó un Plan Específico para Soria (PAES) en el que se incluía una propuesta de la Asociación Soriana para la Defensa de la Naturaleza (ASDEN) para la recuperación de la laguna de Conquezuela.
Se elaboró entonces un informe de viabilidad en el que se evaluaba la actuación y en el que se planteaba la expropiación de tierras. El estudio concluyó en 2010 que las propiedades afectadas - 357 parcelas correspondientes a 144 propietarios- suponían un coste de 1.725.000 euros, cuatro veces superior al presupuesto base de licitación del proyecto. Ello unido a la crisis, terminó por estancar este proyecto y la regeneración de otros en Campo de Gómara.
Asden pide que se retomen las actuaciones para regenerar y restaurar el ecosistema natural de la laguna. «Hace falta voluntad política porque los técnicos vieron que era factible», recalca su portavoz, Carlos González, quien añade que «el problema fue que había que comprar los terrenos».
Asegura González que «la mayoría de esos terrenos no se cultivan o el rendimiento es mínimo» y que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) decidió apostar por Conquezuela por ser uno de los humedales más valiosos y más fácil de recuperar de toda la provincia. Incluso, apunta, el prehistoriador y arqueólogo Manuel Ángel Rojo preparo un proyecto basado en su pasado neolítico de Conquezuela, ya que existen evidencias arqueológicas de un poblado prehistórico de casas en el agua o palafitos.
«Se puede hacer un centro de interpretación y el planteamiento era reconstruir la vida de esa zona, lo que sería, sobre todo, una manera de potenciar el medio ambiente y promocionar la historia de la zona», insiste González. Con ello, se cumpliría otro de los objetivos de aquel plan: poner en valor el uso público y educacional como hábitat de aves.
TERCERCICLO. Antonio Sastre, profesor en el departamento de Geología, Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá (UAH), reclama «más coraje» para regenerar este humedal, habida cuenta de que la iniciativa proponía cómo aprovechar el espacio restaurado, «lo que da mucha solvencia a la propuesta». Apunta, además, que es «casi residual» el rendimiento de los aprovechamientos agrarios establecidos en la zona, lo que no compensa «el daño ambiental» y la imposibilidad de disfrutar de un emblemático «paisaje del agua» en un espacio geográfico caracterizado por su aridez.
Sastre, muy vinculado a Soria tras coordinar en 2012 la iniciativa de divulgación Geolodía en Conquezuela y Ambrona, y participar el pasado año en la celebración del Día Mundial de los Humedales en esos mismos parajes, recuerda que en este último evento la CHD se mostró interesada en retomar las actuaciones de regeneración del espacio lagunar. «Y ahora quizá sea el momento», incide, ya que la Confederación se encuentra preparando el tercer ciclo de planificación hidrológica 2021-2027, cuyos pasos iniciales se encuentran en trámite de información pública. «Es una oportunidad para volver a insistir en una iniciativa tan estimulante desde la perspectiva ambiental».
La CHD contempla en su esquema provisional de temas importantes el plantear una estrategia nacional con el fin de abordar inversiones para la restauración hidromorfológica de ríos y humedales. Concluye el experto que así se potenciaría un espacio referente en los flujos migratorios de las aves y, por ende, muy adecuado para el avistamiento y un atractivo para el turismo sostenible.