El nuevo fiscal superior de Castilla y León, Santiago Mena, desveló hoy en Burgos las “líneas maestras” que guiarán su trabajo al frente de la Fiscalía y que consistirán en establecer un desarrollo organizativo interno, marcar criterios “en la dirección efectiva” del Ministerio Fiscal en la Comunidad y las relaciones externas de la institución.

Lo dijo en el Palacio de Justicia de Burgos durante el acto solemne de toma posesión de su cargo ante el teniente fiscal del Tribunal Supremo (TS), Luis Navajas, -presente mediante videoconferencia desde Madrid- y ante la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), presidida por el presidente del Alto Tribunal de la Comunidad, José Luis Concepción, como informa Ical.

En primer lugar, Mena explicó que en relación al desarrollo organizativo interno en la Fiscalía Superior se elaborará un plan de trabajo, realizado por el fiscal superior previa exposición a los fiscales de la plantilla, articulando mecanismos de debate y acuerdos, con asignación a cada fiscal de las partes de trabajo que incluyen las principales materias que les competen, “buscando en lo posible criterios de consenso, adaptándose a la realidad cambiante, siempre impulsando la labor y el trabajo en equipo”, resaltó.

Asimismo, esta reorganización contempla la realización de “visados”, así como la consolidación de las 'Secciones Especializadas'. En este sentido, señaló que entre sus prioridades se encuentra “el deseo de dar respuesta a una inquietud social surgida en torno a determinadas formas de delincuencia que exigen una decidida respuesta de los poderes públicos”.

“La Fiscalía está viviendo un cambio profundo que se traduce en la aplicación y diversificación constante de sus competencias e implica un nivel de especialización directamente proporcional al grado de complejidad que han ido alcanzando los conflictos y problemas sociales, mediante un modelo técnico abierto y comprometido”, resaltó.

Por ello, aseguró que se potenciará la especialización de los fiscales “para poder servir más eficazmente cada una de las nuevas áreas delictivas que constituyen las actuales condiciones de trabajo de la Fiscalía, consolidando las secciones especializadas ya existentes”, subrayó. Sin embargo, advirtió de que “esto no puede hacer olvidar el trabajo diario de los fiscales”.

Fortalecer el desarrollo de protocolos con instituciones y organismos que puedan contribuir, dijo, “a una mejor prestación del servicio”. Así, en el ámbito de la Jurisdicción de Menores con organismos dedicados al cuidado y protección de personas con capacidades diversas, ancianos, migrantes desprotegidos, víctimas de violencia de género, consumidores.

Asimismo, hizo alusión al anteproyecto de una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal y apuntó que la Fiscalía está “en disposición” de asumir el reto del cambio de modelo en la instrucción de los procedimientos penales. “No se puede mantener el actual sistema, anacrónico y único superviviente en nuestro entorno, del juez instructor”, afirmó, y abogó por que “deben erradicarse las reticencias de algunos colectivos que se oponen a la asunción de las nuevas realidades procesales”.

Otros de los retos que se enmarcan en este primer apartado, señaló, son el desarrollo del Consejo Autonómico de Seguridad Ciudadana, seguir potenciando desde de la Fiscalía de la Comunidad el SIMF (Servicio Informático del Ministerio Fiscal), la dotación de medios personales y materiales, así como la disposición del fiscal superior para trabajar al unísono con la Fiscalía General del Estado para la emisión de los informes y/o dictámenes que sean requeridos.

Marcar criterios

El segundo aspecto de sus líneas maestras será, aseveró, marcar criterios en la “dirección efectiva” del Ministerio Fiscal en el territorio de la Comunidad “potenciando”, dijo, la celebración de Junta de Fiscales Jefes Provinciales y Jefe de Área con periodicidad estatutaria de seis meses, sin perjuicio de acortar el plazo si la ocasión lo requiere.

También incluye, apuntó, dictar instrucciones relativas a cualquier materia de relevancia jurídico-social que sirva para armonizar la actuación fiscal, un plan de inspecciones, la unificación de criterios y unidad de actuación como “pilar básico” en el ejercicio de su función. “Tomar conciencia de los problemas de cada Fiscalía Provincial y de Área y de los fiscales y funcionarios que las integran”, puntualizó.

Relaciones externas

El tercer pilar de la Fiscalía Superior se basará, según subrayó Mena, en las relaciones externas de la institución. Así, se refirió a la relación con el Vocal del Consejo General del Poder Judicial en Castilla y León, con la Presidencia e integrantes del TSJCyL y de su Sala de Gobierno, así como con magistrados, jueces, letrados de la Administración de Justicia, funcionarios de la Administración de Justicia, forenses y con todos los operadores jurídicos que tienen relación con la Fiscalía.

“Asumo con valentía ese reto, apoyado en este proyecto, en la certeza de llevarlo al éxito, con el ímpetu y el optimismo con el que enfrento esta misión”, aseveró el nuevo fiscal superior de Castilla y León, quien también manifestó que la propia Fiscalía General del Estado “está comprometida con las obligaciones dimanantes de la legislación sobre transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, para ofrecer a los ciudadanos una gestión transparente de nuestra actividad”. Por tanto, desde la Fiscalía Superior, aseveró, “se dará impulso para el cumplimiento de esta prioridad”. 

En el ámbito competencial de la Fiscalía Superior, el nuevo fiscal superior aseguró que se luchará para llevar a cabo el Plan de Igualdad de la Carrera Fiscal, Plan de Acción 2019 -2020 y que se dará “prioritaria importancia” al conocimiento de los nuevos sistemas informáticos y las TICs.